El fetichismo de pies o podofilia es la excitación sexual producida por los pies. Parece un gusto tanto extraño, pero es más común de lo que parece. Algunos artistas famosos, como Quentin Tarantino, Marilyn Manson y Andy Warhol, por ejemplo, se declararon totalmente podólatras y esto se ve reflejado en su trabajo. Tarantino ha hecho muchísimas referencias al fetichismo de pies en el cine, en películas como 'Kill Bill', 'Jackie Brown' y 'Abierto hasta el amanecer' (donde son los pies de Salma Hayek los que vuelven loco al director).
Fetichismo como negocio
Es cierto que el fetichismo por los pies de las personas suele aplicarse en el día a día de esas personas que son fetichistas, pero todo el mundo ve negocio en las peculiaridades de las personas. Este es el caso de muchos negocios, respetables o no, que han considerado que esto se puede utilizar como negocio.
- Dentro del mundo del sexo se pueden encontrar burdeles donde las personas trabajan exclusivamente con sus pies, puesto que hay clientes que piden estas prácticas.
- También la industria de los juguetes eróticos se ha movilizado a favor de esta fantasía erótica y ha dado a conocer el Sifeet Pussy Foot, un objeto un poco estrambótico que consiste en, nada más y nada menos, que un pie de silicona con una vagina en medio de la planta. Sin duda, los diseñadores de juguetes eróticos son gente práctica y altamente creativa.
- Por supuesto, el amor por los pies también ha influido en el mundo de la moda. Existen anillos, tattoos, pulseras, medias, stilettos... Una estética muy relacionada con el BDSM y el bondage.
Origen de la podofilia
Pero, ¿qué hay detrás del fetichismo? Freud explicaba (en su línea) que el niño, cuando le dejan de amamantar, sigue con la necesidad imperiosa de ver los pechos de su madre. Al tener ese instinto reprimido, baja la vista y se queda con una parte mucho más accesible: el pie. Además, al ser una de las primeras partes que más ve el niño al empezar a caminar, tiene una gran influencia en nuestro desarrollo. Por otra parte, Jung afirmaba que los pies son el símbolo del alma porque es lo que sostiene al hombre erecto. Hay multitud de teorías, algunas con más sentido que otras, pero no se ha llegado a ningún consenso.
Y es que esta obsesión por las extremidades que nació en los países asiáticos (poniendo de moda los deformados pies de loto de las geishas), llegó con mucho éxito al panorama popular en el siglo XI con un famoso cuento reescrito por Charles Perrault : 'Cenicienta'. En el cuento original, el príncipe, un podófilo consumado, estaba como loco por desposar a la chica con los pies más pequeños del reino.
Feet worship o trabajo de pies
Pero, ¿cuáles son las fantasías y prácticas más habituales de un fetichista de pies? El feet worship consiste en ver, tocar, acariciar, chupar, oler, lamer, besar o castigar de distintas formas cualquier parte del pie. Para llevar a cabo este tipo de prácticas, puede utilizarse desde cepillos para el pelo a plumas, vaselina, cepillos de dientes, bolígrafos o barras de labios, pinceles, cuerdas finas... Algunos fetichistas disfrutan haciendo cosquillas, otros haciéndole la pedicura a sus parejas... Creatividad al gusto del consumidor.
No hay duda de que se pueden llevar a cabo muchas prácticas sexuales con los pies e, incluso, no necesariamente estar relacionadas estrechamente con el sexo. Son muchas las personas que tienen este fetichismo y que no desean hacer nada sexual en el estricto sentido de la palabra, sino que realizando la pedicura, acariciándolo o haciendo cualquier otro tipo de práctica sin ser relacionada con el sexo, puede generar muchísimo placer a la persona fetichista.
¿Perversión o no?
No hay que tachar el fetichismo de pies con perversión, ya que es otra parte más del sexo y de nuestra sexualidad. Está quien acepta esta fantasía con naturalidad, y luego está Joseph Weir. Este neoyorkino se tiraba directamente a por los pies de las mujeres que viajaban en el metro de Nueva York. Más de 70 mujeres fueron acosadas por este señor, que terminó declarando ante los tribunales: "Me arrodillaba, inclinándome respetuosamente, les agarraba los pies y los besaba. Les cogía la mano y les decía: 'Eres tan bella. No soy digno'. Algunas me dieron una patada y gritaron".
Por tanto, toma este como un mal ejemplo: si te gustan los pies, intenta convencer a tu pareja para que abra su mente y se deje hacer... O búscate alternativas saludables para que esta fantasía no te lleve al calabozo. Sin duda, personas psicóticas hay de todos los tipos pero esto no tiene nada que ver con el fetichismo en el sentido normal de la palabra. Esto se puede realizar en pareja y con total normalidad si hay consentimiento por ambas partes. A veces, innovar es todo un acierto.