Cualquier día es perfecto para abandonar las conductas negativas en nuestra relación y recuperar la ilusión de los primeros meses, pero si quieres que sea doblemente especial apuesta por el día de San Valentín para demostrarle a tu pareja que es la persona más especial de tu vida.
Los problemas del día a día, los celos, la rutina o el estrés de la vida laboral debilitan a la pareja y ponen distancia entre las dos personas implicadas, por lo que es muy importante saber buscar huecos en los que recuperar el entusiasmo de los primeros días. La vida sexual es lo primero que se resiente en malas épocas, por lo que te proponemos que este 14 de febrero le regales a tu pareja una noche de pasión que no olvidará.
Una noche de pasión sin distracciones
Lo primero para crear una atmósfera romántica es buscar el lugar idóneo en el que disfrutar el uno del otro. Aleja la rutina de vuestra habitación apagando las luces, llenando de velas los alrededores de la cama e impregnando el ambiente de incienso.
Iniciad vuestra noche de pasión en la bañera con un relajante baño
Iniciad vuestra noche de pasión en la bañera con un relajante baño de sales y burbujas. Pon toda tu atención en tu pareja y sorpréndelo con un suave masaje que os lleve a iniciar los preliminares sexuales en la tibia agua que os rodea. Cuando el cansancio haya abandonado vuestros cuerpos y la excitación vaya en aumento dirigíos a la cama, donde colmarás de atenciones a tu chico.
A la hora de la penetración sé la protagonista. Tú debes marcar el ritmo, siempre atenta a darle el mayor placer a tu compañero. Olvidáos de vuestras posturas sexuales habituales y estudia días antes el Kamasutra para sorprenderle con nuevas posiciones con las que desatar vuestra pasión.
Sigue estos consejos y vuestra pasión se renovará, alejando de esta forma los problemas del pasado que os han podido estar acechando. La clave para que funcione es dedicaros el tiempo necesario, ya que en la noche de San Valentín no valen las prisas y es un momento muy íntimo en el que debes dejar el reloj a un lado. Siempre debe serlo, pero el 14 de febrero tu pareja tiene que ser lo más importante. Olvida las preocupaciones del día a día, deja la mente en blanco y piensa solo en el amor de tu vida, ese que tienes delante y al que vas a hacer pasar un San Valentín inolvidable, que, por supuesto, va a ser recíproco.