No todo somos igual de flexibles y, a ciertas edades, hay posturas que no deberíamos realizar durante el sexo si no queremos producirnos dolor. Nuestro objetivo será proporcionar placer a nuestra pareja y a nosotros mismos del modo que nos sea más cómodo y excitante para los dos. No pienses que por hacer posturas más complicadas demostrarás poder hacer el amor mejor que alguno de sus antiguos amantes, ya que él o ella no medirán tu habilidad en el sexo según las posturas que sepas realizar sino en cuánto les ha gustado la experiencia. Recuerda que la salud es lo más importante, antes también que el placer.
Posturas sencillas y sin dolor
El misionero es una de las posturas más conocidas para hacer el amor, puesto que no es complicada y no suele ocasionar tanto dolor como otras más difíciles. La mujer estará tumbada boca arriba con las piernas abiertas y el hombre la embestirá colocándose arriba. Si la mujer se coloca un cojín debajo del trasero conseguirá que el esfuerzo de ambos sea más leve y el hombre pueda estimular más fácilmente su punto G. Además esta postura es muy romántica porque puedes ver el rostro de tu pareja durante todo lo que dure el sexo.
Si el hombre es el que suele sufrir de salud más que la mujer puede ocasionalmente colocarse encima. Él estará tumbado con las piernas ligeramente juntas y la mujer encima con las piernas abiertas. El esfuerzo del hombre será mínimo y eso impedirá que pueda hacerse daño. Lo bueno de esta posición para el hombre es que sentirá más placer al poder observar el cuerpo desnudo de la mujer durante el sexo sin lesiones.
Al contrario, si es la mujer la que suele sufrir tirones o dolor corporales tras hacer el amor una postura para que ella tenga que realizar menos esfuerzo es la cual ella se coloca al borde de una superficie, como la cama, estirada, con las piernas abiertas y colgando del borde de la cama. El hombre, de rodillas, embestirá a la mujer y será el que haga todo el esfuerzo. El esfuerzo de esta postura por parte del hombre tampoco es extremo, por lo que ambos podrán disfrutarla sin sufrir lesiones en la mayoría de los casos.
Finalmente, con la posición de la cucharilla ambos estaréis tumbados. El hombre detrás de la mujer y de lado y ella tumbada también hacia el mismo lado, es decir, dándole la espalda al hombre. Os tumbaréis muy juntos y la mujer juntará las piernas acercándolas ligeramente al pecho. El hombre podrá embestirla por detrás y al estar los dos estirados en la cama parecerá que el esfuerzo es más leve.
Consejos para evitar sufrir lesiones practicando sexo
Nunca intentes realizar una posición si sabes que puedes hacerte daño. Como ya hemos contado, no por saber más posiciones o ser más elástico tu pareja disfrutará más del sexo contigo. Tu salud es lo más importante. Si sabes que tienes tendencia a lesionarte mientras haces el amor, procura emplear más tiempo en los preliminares. Así si optas por una de las posturas más sencillas que hemos mencionado no te harás daño. Conociendo que te sucede esto, habla con tu médico porque él o ella mejor que nadie puede aconsejarte qué es lo mejor para salud.
A veces sucede que practicando sexo puedas sentir un calambre o empieces a encontrarte mal. Si esto sucede deberás parar de inmediato e intentar recomponerte. Tu pareja lo entenderá, ya que es algo totalmente normal. Tanto si el dolor persiste como no deberás contárselo a tu médico. Puede que solamente haya ocurrido una vez, pero casos como ataques al corazón suceden durante una sesión de sexo y tu médico puede prever que esto suceda examinándote como es debido.
No te avergüences por hablar de sexo con tu médico, ellos están acostumbrados y forma parte de su trabajo. Mirarán por el bien de tu salud, que es lo más importante. Tengas la edad que tengas es imprescindible que realices un poco de deporte, como andar más de media hora al día, correr o ir al gimnasio, puesto que así te sentirás más ágil y seguramente evitaras muchas dolencias al hacer el amor.
La clave en el sexo está en practicar para aprender, por lo que no tengas vergüenza con tu pareja y menos contigo mismo y arriésgate, poquito a poquito, a probar nuevas posturas sin hacerte daño y llegando al máximo placer.