A la hora de practicar sexo existen muchas actitudes y formas de hacerlo, todo depende de los gustos de la persona que lo practique. Entre esta variedad de prácticas sexuales, encontramos una un tanto controvertida por el hecho de utilizar el dolor en el sexo para aumentar el placer, hablamos del sadomasoquismo.
Algunas personas no están muy a favor de esta práctica sexual, no encuentran el placer en algo que en realidad les va a causar dolor. El sadomasoquismo en la pareja suele ser algo que se realiza desde el comienzo de la relación, ya que ambas partes estarán seguras de que disfrutan y desean practicar sado.
Qué es el sadomasoquismo
Dentro del sadomasoquismo encontramos dos tipos de actitud:
- En primer lugar, los seguidores del sadismo, que son aquellas personas que sienten placer al ser dominantes en la relación, disfrutan ejerciendo su crueldad en la otra persona y la manejan durante el sexo. Si este perfil es solo de naturaleza sexual y ambas partes están de acuerdo en la pareja, estamos ante una persona sadomasoquista, si por el contrario esta actitud se extiende a otros ámbitos de la vida y esta persona disfruta siendo cruel con el resto de la sociedad, podríamos encontrarnos ante un trastorno mental.
- Por otra parte, encontramos la actitud del masoquismo. La persona masoquista disfruta sufriendo durante el acto sexual. El sentirse humillado, dominado, víctima y ver cómo otros ejercen prácticas dolorosas sobre su cuerpo le proporciona placer y le hace disfrutar.
Obviamente, en una pareja de sadomasoquistas debe existir una persona con cada perfil, o bien dos con una mentalidad capaz de cambiar de rol durante cada relación sexual. Aún así, el sadomasoquismo no es solo una práctica de sexo en pareja sino que puede disfrutarse en grupo, siempre y cuando todos estén de acuerdo en lo que van a realizar. Por esta razón, hay locales donde estos seguidores del sadomasoquismo se reúnen para realizar sus prácticas en comunidad.
Algunas prácticas del sadomasoquismo
A partir de esta breve explicación y entendiendo mejor lo que es el sadomasoquismo, entenderemos que hay diferentes niveles de sado en el sexo. Existen los sadomasoquistas más extremos y después existen personas curiosas que quieren introducir el dolor en sus prácticas sexuales, pero siempre dejando unos límites marcados. Durante la práctica sexual, existirá el papel del dominante y el papel del dominado.
- La persona dominante puede utilizar juguetes durante la práctica sexual, bien sea para penetrar al dominado con consoladores u otros artilugios, atar al dominado con unas esposas para que no pueda moverse, insultarle o humillarle, o bien si se desea y ambos están de acuerdo flagelarle o atacarle físicamente.
- Algunos sadomasoquistas disfrutan también utilizando disfraces para meterse en otro personaje y recrear una historia paralela a la realidad. El hecho de meterse en otro personaje ayuda a que puedas comportarte de un modo más libre y puedas exteriorizar tus actitudes más reprimidas. De este modo, si el sumiso se disfraza de animal, el dominante recreará una escena en que trata violentamente a su fiera.
- La utilización de cuero en la vestimenta se ha extendido mucho en el mundo sado, ya que acompaña muy bien a este tipo de prácticas y ayuda a meterse más en el papel si esto es necesario. Además, el uso de máscaras puede ser muy interesante durante las relaciones sexuales ya que los personajes perderán su identidad durante un tiempo.
Practicar la tortura
En cuanto a las prácticas de tortura física, es necesario saber a lo que vamos a enfrentarnos y estar seguros de que ambas partes tienen los mismos límites a la hora de realizar el sado. De lo contrario, podríamos llevarnos una sorpresa un tanto desagradable. Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de tortura física nos referimos a prácticas como pellizcar o pegar, pero podemos llegar a quemaduras con cera caliente o realización de perforaciones en nuestro cuerpo.
Si crees que ninguna de estas prácticas te va a producir placer, será mejor que antes hables muy bien con tu pareja sobre los actos que llevaréis a cabo durante la realización del sexo. Lógicamente, el hecho de hablarlo durante el sexo para llegar a un acuerdo iría en contra del espíritu sado, ya que estarías dejando de lado el rol de dominador y sumiso.
Estas prácticas sexuales pueden realizarse tanto entre parejas heterosexuales como homosexuales, pues es una cuestión de gustos personales que no tiene nada que ver con la orientación sexual.
A mi pareja le gusta el sadomasoquismo, ¿es normal?
Si a tu pareja le ha gustado el sadomasoquismo desde que empezasteis la relación, no es ninguna sorpresa. Se entiende que tú también disfrutas con ello y que vuestras relaciones sexuales son estupendas. Por otra parte, si tu pareja es sadomasoquista y pensaste que le podrías cambiar, has caído en un grave error, pues cada persona tiene sus propios gustos y hay que aceptarlos tal y como son.
Si tu pareja siempre ha disfrutado con el sexo convencional y ahora empieza a decantarse por el sexo sadomasoquista, quizá es debido a que vuestras relaciones sexuales empiezan a aburrirle y necesita realizar cosas nuevas. Es posible que haya conocido estas prácticas gracias a la pornografía y tú deberás pensar si quieres realizar estas prácticas junto a él o no. Si la respuesta es negativa, háblalo con tu pareja, puede que simplemente quiera cambiar sus relaciones sexuales y lleguéis a una práctica diferente en la que ambos disfrutéis por igual.
En cuando a saber si el sado es normal o no, la respuesta es clara. Si el sadomasoquismo no sale del ámbito sexual, es completamente normal. A tu pareja le gusta el sadomasoquismo y disfruta con ello. Si por el contrario tu pareja se ha vuelto agresiva, se comporta cruelmente con todo el mundo y en la cama se muestra violento contigo, seguramente no le interese el sadomasoquismo. En estos casos quizá deberíais buscar la ayuda de un especialista que diagnostique si está sufriendo algún tipo de trastorno mental y así poder tratarlo a tiempo.
¿Debo practicar el sadomasoquismo?
Ahora, si te ves con ganas y quieres probar este tipo de prácticas sexuales con tu pareja, adelante. Si eres soltero, hay muchas personas abiertas a este tipo de práctica y solo hay que buscarlas. Además, si al fin descubres que esto es de verdad lo que te gusta, sentirás que tus relaciones sexuales son más placenteras de lo que podrías haber imaginado.
El hecho de hacer en la cama lo que de verdad nos gusta es algo muy positivo para nuestro estado de ánimo. Reprimir nuestras necesidades es lo peor que podemos hacer y con ello no solucionamos nada. Si esto sucede en tu relación de pareja, lo que hoy es silencio crecerá hasta convertirse en incomprensión. La clave del sexo es siempre hablar los problemas y llegar a un acuerdo para así poder disfrutar ambos del placer por igual.