Las mujeres embarazas y sus parejas a menudo se pregunten si está bien tener sexo durante el embarazo. Son muchos los mitos que recorren la sociedad e Internet sobre los peligros de practicar sexo a lo largo del embarazo : desde lo que puede sentir el bebé durante el coito hasta la falta de apetito sexual de las mujeres según se acerca el parto. La falta de desinformación puede llegar a provocar que las parejas se abstengan de mantener relacione sexuales durante los nueve meses de embarazo o, por el otro lado, cometer errores que puedan poner en riesgo la salud de la madre y el bebé. Aquí encontrarás los mitos más famosos en relación al sexo durante el embarazo, los beneficios de realizar el acto sexual y los peligros de no estar correctamente informados.
El sexo puede desencadenar un aborto, el parto o un nacimiento prematuro
Para nada. No se ha demostrado científicamente que el sexo sea el desencadenante de abortos y partos prematuros. Se puede practicar sexo en todas las etapas del embarazo, siempre y cuando el médico asegure que no hay ningún tipo de riesgo para la madre y el bebé debido a alguna condición especial durante el embarazo.
En lo que respecta a la inducción al parto hay estudios que han demostrado que el esperma contiene prostaglandina, una de carácter lipídico que es habitualmente usada para inducir el parto, por lo que podría decirse que es el esperma lo que favorece al comienzo del trabajo de parto.
Además, las contracciones que se producen durante los orgasmos femeninos no son perjudiciales para el bebé ni tiene similitud con las contracciones de parto. De hecho, la sensación de calma y bienestar que acompaña a los orgasmos femeninos es muy beneficiosa para la futura mamá. Por otro lado, el acto sexual mejora el aumento de la circulación, lo que permite una mejor oxigenación para el bebé.
Podemos hacerle daño la bebé
Incorrecto. Siempre y cuando el médico no nos indique lo contrario se pueden mantener relaciones sexuales sin miedo a hacer daño al bebé o invadir su espacio personal. De hecho, durante el acto sexual es imposible que el pene alcance la profundidad a la que está el bebé, bien protegido tras el cuello del útero, el tapón mucoso y el saco amniótico.
Esta es una de las mayores preocupaciones de los hombres, creer que su pene puede alcanzar la zona donde está alojado el bebé, algo imposible aun teniendo en cuenta los mayores tamaños de pene existentes. Además, otro mito relacionado con la salud del bebé es aquel que dice que los nonatos sienten cuando sus padres están teniendo relaciones sexuales.
El bebé se haya flotando en el líquido amniótico, que aunque no lo aísla de ruidos y movimientos sí que minimiza las sensaciones. La diferencia entre una sesión de ejercicio o el movimiento cotidiano que realiza la mamá no es tan diverso de lo que el cuerpo de la madre transmite al bebé durante el acto sexual. Se ha comprobado que la segregación de endorfinas y dopaminas durante el coito también se traspasa al bebé, dejándolo en el mismo estado de paz y tranquilidad del que goza la mamá.
El sexo anal no es recomendable durante el embarazo
Este tema ha de tratarse de la misma forma que el sexo convencional. Salvo prescripción médica no hay nada que prohíba mantener sexo anal durante el embarazo, aunque, al igual que el sexo vaginal, hay que tomar ciertas precauciones a la hora de practicarlo.
Las hemorroides son una dolencia frecuente durante el embarazo, que podrían dificultar la práctica del sexo anal si no se hace con cuidado. Por otro lado, hay en casos en los que las hemorroides están tan desarrolladas que deja de ser recomendable este tipo de sexo, ya que podría causar un gran dolor a la embarazada.
Por otro lado, se debe de evitar pasar de la penetración anal a la vaginal sin tomar precauciones antes, ya que esto podría causar infecciones que podrían terminar por ser mortales para el bebé. Como consejo se recomiendo no realizar los dos tipos de sexo a la vez, cambiar el preservativo o asear la zona antes de continuar con el coito.
Las embarazadas no tienen apetito sexual
Posiblemente uno de los mitos más absurdos que ha podido crear el ser humano. La segregación de hormonas y el aumento del riego sanguíneo provocan una mayor sensibilidad corporal, no solo en la zona vaginal y los pechos, sino también en el cuello y el resto de la piel del cuerpo. Además, los niveles de lívido suelen dispararse por las nubes en muchas ocasiones a lo largo del embarazo. Pero no todas las mujeres son iguales.
Hay quienes no se sienten cómoda con el tamaño de la tripa según avanza el embarazo, sobre todo en el último trimestre. También hay que tener en cuenta que las mujeres no sentirán el mismo deseo sexual durante el primer trimestre, lleno de nauseas, mareos y cansancio, que durante el segundo trimestre, mucho más calmado y satisfactorio, y encima sin la incomodidad general que va brotando en el cuerpo de la mujer según se acerca la fecha de parto.
Por otro lado, las mujeres acostumbradas a una vida sexual activa tendrán un aumento de la lívido superior a aquellas que no tengan experiencias sexuales con tanta frecuencia. De hecho, el aumento de flujo vaginal hace que muchas embarazadas encuentren especialmente satisfactorio el sexo en esta etapa.
El embarazo nos protege de enfermedades de transmisión sexual
Lo único de lo que nos protege el embarazo es de sufrir la regla durante nueve meses y volver a quedarnos embarazadas. Por lo demás, la gestación no hace a la mujer inmune a ninguna enfermedad de transmisión sexual o infección.
Es durante el embarazo cuando más cuidado hay que tener con coger alguna infección o ETS, ya que puede afectar tanto a la madre como al bebé y dificultar el embarazo y el parto. Aunque el tapón mucoso evite la entrada de determinados gérmenes y patógenos hasta el bebé no evita que las infecciones puedan afectar notablemente a la salud de madre e hijo, pudiéndose producir severas complicaciones con el embarazo, que pueden llevar en casos extremos al aborto o un parto prematuro. La correcta higiene íntima y el uso de preservativo si no estamos teniendo relaciones sexuales con nuestra pareja son dos cuidados esenciales que toda embarazada debe procurar llevar a cabo durante los nueve meses de gestación para evitar problemas indeseados.
Peligros del sexo durante el embarazo
- Hay posturas sexuales que no están recomendadas para las embarazadas, sobre todo una vez la tripa empieza a ser notoria. Además, según avanza la gestación habrá que ir variando las posturas para que la futura mamá se encuentre a gusto y no vea su vientre como un problema más que una bendición. Por otro lado, diversas posturas pueden causar dolor o incomodidad a las embarazadas, por lo que lo mejor es investigar y ponerse creativos a la hora del acto sexual.
- Se debe de evitar el acto sexual cuando la embarazada haya tenido abortos anteriores, corra el peligro de tener un parto prematuro o esté llevando un embarazo de riesgo. Siempre habrá que consultar con el ginecólogo antes de pensar tener relaciones sexuales, ya que es la persona más indicada para resolver cualquier tipo de duda.
- El primer y el tercer trimestre del embarazo pueden ser mucho más complicados de llevar para la mamá, por lo que en muchas ocasiones lo mejor es no intentar mantener relaciones sexuales si la embarazada no se siente al cien por cien de energía y salud. Es durante el segundo trimestre cuando más disfrutará la embarazada del sexo.
- Si no tienes pareja estable o te gusta experimentar en el ámbito sexual procura usar preservativos y mantener una buena higiene, ya que nada protege al bebé de enfermedades de transmisión sexual y muchas infecciones.