El origen del primer vibrador nada tiene que ver con el uso al que se asocia hoy en día. Empezó a utilizarse en el año 1870 para tratar médicamente " la histeria femenina ", una supuesta enfermedad, que muchos pensaban que sufrían las mujeres cuando mostraban un carácter irritable.
Según varias creencias, especialmente un mito de la antigua Grecia, el útero no estaba estático en el cuerpo de la mujer, sino que iba deambulando y causando distintas enfermedades. Esta insólita teoría da origen al nombre, ya que la raíz proviene de la palabra griega que se emplea para identificar al útero: hystera. En la época medieval se creía que su principal causa era la abstinencia sexual y que ésta era el principio de todos los males.
Para poder tratarla, algunos de los remedios que aconsejaban eran mantener relaciones sexuales si estabas casada, el matrimonio o el masaje de una comadrona, que consistía en que ésta se impregnaba un dedo en aceite de flores y tocaba la zona genital de la mujer hasta que llegara al clímax.
En el siglo XIX, esta supuesta enfermedad se convierte en toda una plaga entre las mujeres de la época, ya que cualquier comportamiento que se saliera de lo establecido era considerado un claro síntoma de histeria. Los médicos continuaban combatiéndola acariciando el clítoris de las pacientes hasta que alcanzaran el orgasmo, derivarlas a las comadronas o no realizarles su debido tratamiento era un pérdida de ingresos y oportunidades que los médicos no estaban dispuestos a experimentar. Así que, cansados de tantos masajes con las manos, comenzaron a buscar otro tipo de soluciones y herramientas. ¿El resultado? El primer vibrador de la historia.
El primer vibrador
En 1879, el médico británico Mortimer Granville, cansado de masturbar manualmente a las mujeres que se acercaban a su consulta, patentó el primer vibrador con forma fálica y que se convirtió en todo un éxito, ya que lograba aliviar a sus pacientes en menos de diez minutos. Comprobado su gran potencial, una empresa llamada ' Hamilton Beach ', comenzó a crear vibradores de distintos tamaños. Su comercialización llegó a tal punto que, algunos modelos incluían también recambios para convertir este juguete sexual en batidoras.
La variedad de vibradores comenzó a ser inmensa, mucho de ellos funcionaban con baterías, corrientes eléctricas y algunos, incluso con gas o pedales. De hecho, hasta los años 20, se convirtió en uno de los aparatos con más auge en ventas, y a pesar de la concepción sexual que tenemos en la actualidad del vibrador, en aquellos años su uso estaba exclusivamente vinculado a prácticas médicas.
Sin embargo, a partir de 1920, los vibradores empiezan a aparecer en películas para adultos y comienzan a perder su imagen de instrumento médico. Además, en la década de los 50, la asociación de psiquiatras americanos, confesó que la histeria no era una enfermedad. Un dato que sirvió para que el vibrador comenzara a verse con otros ojos diferentes, es decir, como un juguete sexual y de placer para las relaciones sexuales.
Gran revolución con el vibrador
No obstante, no fue hasta los año 60 cuando la revolución sexual trajo de vuelta el vibrador a las tiendas. Hitachi, una marca japonesa, presentó en 1968 la conocida como Magic Wand, un masajeador de alta potencia que ayudaba a desestresarte. Su popularidad fue tal que Hitachi renombró el aparato y durante años, este juguete sexual con apariencia de lámpara y eléctrico fue uno de los modelos más vendidos y populares hasta que en los 90, llegó un nuevo modelo que revolucionó completamente la industria: Rampant Rabbit.
El Rampant Rabbit, era un vibrador que incluía en un mismo dispositivo estimulador de clítoris y vaginal. Varios estudios, y con los datos proporcionados por la empresa, en el año 1999 en Reino Unido se vendieron más vibradores de esta marca que lavadoras o secadoras.
El uso del vibrador tuvo otro gran impulso en 1986, cuando en medio de la crisis del sida, un cirujano estadounidense llamado Everett Koop lo incluyó en una lista que diseñó sobre prácticas de sexo seguras dentro de un documento informativo acerca del sida que se envió a más de 100 millones de familias. En la actualidad, se acepta generalmente que la utilización de vibradores no causan ningún efecto negativo y se pueden disfrutar de él en pareja como parte de las relaciones sexuales.
Los vibradores en la actualidad
Ahora, los vibradores no tienen nada que ver con la concepción que se tenía de ellos en sus orígenes. Se utilizan como herramienta y juguete sexual para ayudar a las mujeres a llegar al clímax a través de la masturbación y las relaciones sexuales. Hoy en día, existen vibradores de todo tipo, desde pequeñas esferas para insertar en la vagina o discretos en forma de labial hasta anillos vibradores o incluso vibradores inteligentes que funcionan mediante Bluetooth y que vibran según lo que estés observando, leyendo o incluso escuchando. Lo cierto es que, a día de hoy, todavía parece seguir siendo un elemento ligeramente tabú. Aunque se sabe perfectamente que todo el mundo se masturba, parece que el uso de los vibradores en mujeres no está bien visto, aunque se trata de un utensilio para darse placer de la forma más natural posible. No hay de duda de que su uso debería extenderse más porque no debería ser un asunto tabú.