La sexualidad humana es la más compleja de todas, y, desde luego, la más variada. Por eso no es de extrañar que en los humanos haya tantas filias sexuales y tan dispares. Por filias sexuales se entienden aquellos patrones de comportamiento sexual en el que el placer no se alcanza a través del coito o las relaciones sexuales, que también, sino a través de otra actividad que lo acompaña o algo que en algún momento le otorgó a la persona un subidón sexual respecto a su libido y en su subconsciente queda tan marcado que desea volver a repetirlo.
En su momento las parafilias eran entendidas desde el plano médico como una desviación sexual, pero actualmente la sexología demuestra que las filias sexuales no tienen que tener una connotación negativa, - si no afecta directamente a alguien o algo- es decir, entra dentro de la diversidad sexual del ser humano y, por tanto, es más una peculiaridad o fetiche que una desviación, tal y como entendemos el sentido de la palabra. Ahora bien, ¿qué dicen las filias sexuales de cada persona? hoy vamos a descubrir lo que dicen aquellos fetiches más comunes de las personas que los sienten.
Las filias más comunes
Ya no resulta extraño que alguien admita tener un fetiche sexual, como, por ejemplo, los pies o las manos, puesto que los médicos y sexólogos aseguran que poseer un fetiche sexual no tiene nada de extraño o extravagante, es más, cada vez más personas hablan abiertamente de las filias sexuales con su pareja y esto puede llegar a enriquecer enormemente el sexo.
Lo que para ti puede parecerte raro a otra persona puede excitarle, y mucho, por eso, siempre desde el respeto y el consentimiento, abrir la mente a otras experiencias sexuales y dejarte llevar por los fetiches de tu pareja no tiene nada de malo. Compartir las filias, siempre que haya confianza, con tu pareja puede avivar enormemente la pasión en el sexo.
También hay filias sexuales que están más aceptadas socialmente que otras, el contexto cultural y la sociedad en la que vivas influirá enormemente, lo que para ti puede parecerte normal o a la gente de tu entorno como, por ejemplo, el sexo anal, en determinados países y estados está penado con cárcel. Por eso, mientras haya un consenso mutuo entre tu pareja y tú, y no haya personas y/o animales que resulten perjudicadas o dañadas por estas prácticas, es lícito.
Una de las filias sexuales más comunes, y cuyo nombre es bastante desconocido, es la knismolagnia: Excitación sexual producida al recibir cosquillas. No hay mucho más que añadir, puesto que es de los fetiches más normalizados. Dentro de este grupo de fetiches normalizados socialmente, cuyo nombre no es tan conocido, también encontramos; clismafilia - placer sexual de introducir líquidos en el ano-, altocalcifilia- atracción sexual por observar o llevar puestos zapatos de tacón-, vincilagnia - excitación sexual por hacerse atar-, triolismo - excitación por ver a tu pareja manteniendo sexo con un tercero-, ofolagnia - atracción sexual por sonidos o ruidos eróticos-, martimaclia - deseo sexual de ser observados por otros mientras se mantiene sexo-, entre otras, estas filias son bastantes comunes, sin embargo su nomenclatura aún no está suficientemente extendida.
Lo que dicen las filias de las personas
Pero, ¿qué es lo que dicen de las personas que lo practican o le gustaría practicar? Por ejemplo, uno de los fetiches sexuales más extendidos es la podafilia, excitación sexual a través de los pies, es una variante del parcialismo. Se piensa que la persona que siente una fuerte atracción hacia los pies es porque ciertas áreas del cerebro relacionadas con esta parte del cuerpo se encuentran muy cerca de los genitales, por tanto, existiría un cruce de dichas áreas por lo que le llevaría a la persona a arder en deseo sexual al lamer o tocar un pie.
Otros de los fetiches más comunes y que también tienen su explicación lógica son aquellos referentes al ser observados manteniendo relaciones sexuales u observar, es decir, aquellas como el voyerismo, la martimaclia, el deseo de mantener sexo en lugares públicos, etc. La explicación vendría dada por el subidón de adrenalina que se experimenta al poder ser descubierto, al contrario de lo que se piensa, no es un comportamiento meramente exhibicionista, sino de personas que quieren romper con su rutina.
Las filias sexuales relacionadas con los azotes o el sadomasoquismo soft, es decir, aquello que las pautas son leves y moderadas y es más un juego de rol que de auténtica dominación, tienen también su explicación. Por un lado, también encontramos esa explicación de romper con la rutina, unida a la excitación que puede provocar y que es común el juego de rol de dominante y sumiso. En pequeños toques como pueden ser los azotes, se estaría incrementando ese juego de rol y de poder leve en el que se estimulan ciertas partes erógenas con un breve golpecito en un período leve de tiempo.
Las filias referidas a mantener sexo o estimularse con una persona dormida, hasta despertarla o no, también tiene que ver con el deseo de poder sobre la otra persona y el disfrute del propio placer sin tener que pensar en la otra parte. En pareja, siempre que la otra esté de acuerdo y sea consciente, se pueden dar estos juegos de rol en los que uno se hace el dormido mientras el otro está manteniendo sexo. Aquí podría darse una relación de poder incluso mayor que en los azotes. Es de las filias más comunes que hay, en algunos les excita el poder despertar a la persona y en los otros casos prefieren que esto no ocurra. No tiene por qué llevarse al coito, a veces, es masturbación.
Por último, dentro de los fetiches sexuales más comunes encontramos a los referidos a la lencería, conjuntos picantes o disfraces eróticos en los que se puede llegar a experimentar un enorme placer sexual antes de mantener relaciones sexuales. Esto se debe a la anticipación, la persona sabe que va a ocurrir y entonces el cerebro comienza a mandar señales a todo el organismo, lo que a veces hace que se adelante y se pueda llegar al orgasmo.