El sexo es un mundo aparte lleno de múltiples experiencias que vivir, disfrutar y experimentar, no solo se basa en una simple penetración, sino que detrás de la percepción que se tiene sobre el sexo, existen numerosas formas de dar y recibir placer. Una de ellas es mediante las cosquillas, también denominado como knismolagnia o tickling. Esta práctica es uno de los fetiches sexuales por excelencia en el mundo del sexo. Son muchas las personas que a través del placer de recibir cosquillas llegan a sentir excitación e incluso pueden llegar al orgasmo.
Sin embargo, no solo se puede sentir la excitación y llegar al clímax al practicar el tickling, sino que también hay personas que pueden llegar al orgasmo cuando realizan ellos la knismolagnia o cuando ven cómo una tercera persona realiza dicha acción. Sí, como lees, el ser humano es capaz de alcanzar al clímax sexual con tan solo ver cómo dos personas se hacen cosquillas entre ellas.
En qué consiste la knismolagnia o el tickling
Esta práctica en el ámbito sexual puede suponer un juego erótico entre la pareja, independientemente a la consumación del acto sexual, incluso sin la necesidad de desnudarse o estar vinculado sentimentalmente con la persona con la que se practica el tickling. Lo importante de esta práctica sexual es disfrutar al máximo el momento y conseguir alcanzar el preciado orgasmo a través de ella.
Y es que, las cosquillas se pueden hacer en cualquier parte del cuerpo, aquí es donde entra el juego de arriesgarse y descubrir a fondo a tu pareja, con el objetivo de descubrir cuál es su punto débil y hacerle ver las estrellas. Pero, para eso tienes que olvidar el clásico concepto de cosquillas y hacerte a la idea de que ahora son plácidas caricias. Un suave soplo en la oreja o nuca que recorra toda la columna vertebral, un ligero pero sensual mordisqueo en el cuello y las orejas, o un simple contacto con la lengua en la zona del abdomen, provocará en tu pareja un gran placer.
¿El tickling o knismolagnia es seguro?
Seguro que te estarás preguntado qué método usar para aguantar las cosquillas sin moverte y lo normal en esta práctica sexual, es que las personas que las recibe se encuentre atada, siempre y cuando sea una decisión consensuada por ambas partes. En algunas ocasiones se opta también por vendar los ojos, con el objetivo de intensificar las sensaciones y centrarse solamente en los estímulos que se perciben a través de la piel.
El hecho de estar atado puede generar también cierta excitación sexual, la cual es un común en el mundo BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo). Ver a tu pareja atada y con los ojos vendados puede otorgarte una sensación de pleno control y de sumisión por la otra parte que puede terminar un un placer para los dos miembros de la pareja. Recuerda que para llevar a cabo este tipo de prácticas sexuales hay que tener el permiso de las dos partes y establecer alguna palabra clave por si se necesita parar por cualquier motivo.
Por otro lado, según los expertos la knismolagnia tiene muy pocos riesgos para la persona que recibe las cosquillas, a lo mejor un pequeño golpe derivado de los movimientos generados tras el reflejo que producen las propias caricias. Sin embargo, hay que tener especial cuidado en la duración de este fetiche sexual, pues mucho tiempo riendo puede provocar algún que otro desmayo, cosa poco frecuente, pero posible. Es por eso que entre la pareja se tiene que establecer una palabra de seguridad para prevenir, en este caso, los desmayos.
Un juego de roles
El tickling o knismolagnia puede identificarse como un juego de roles consensuado dentro del BDSM. Dentro de este fetiche sexual nos encontramos dos figuras el tickler y el ticklee.
- Tickler: Es el encargado o encargada de llevar a cabo las caricias y tiene bastante claro qué es lo que busca con esta práctica sexual. Cuanto más fuerte sea la carcajada, más intensa o variaciones tenga, más excitante termina siendo. El tickler busca en todo momento generar risas y reacciones en su acompañante (ticklee)
- Ticklee: Su rol en esta práctica es más complejo y posee distintos enfoques. Si la persona que recibe las caricias es sumisa, la satisfacción puede estar generada por el simple hecho de aguantar el castigo impuesto por el tickler. Sin embargo, si no es seguidor de BDSM, el placer que siente está siendo generado por el simple juego de recibir caricias y de complacer a la otra persona. O simplemente el de ver qué se siente cuando cedes todo tu control durante unos momentos.
Como practicar el tickling o knismolagnia
Para llevar a cabo el tickling no es necesario emplear mucho material. Se puede empezar con una pluma para ir localizando los puntos débiles de la persona. Después es el turno de las manos, que en la mayoría de casos es el 'instrumento' predilecto para realizar adecuada y satisfactoriamente la knismolagnia, sobre todo en la zona del vientre.
La gracia de este fetiche sexual es la de seguir los pasos establecidos en orden progresivo. Primero buscar los puntos sensibles y jugar con ellos. Para los asiduos en este tipo de prácticas lo divertido del tickling es que es accesible y despoja al ser humano de los estigmas de depravación, pues los trasforma de cara a la sociedad en simples juegos que en los que accedes o no jugar.
Efecto frío-calor
En la mayoría de los casos, lo que más provoca cosquillas y excitación dentro del tickling son los cambios de temperatura. Así que lo mejor que puedes hacer es probar a introducir los efectos frío-calor, más allá de los clásicos lubricantes, también existen vibradores líquidos que harán que llegues a disfrutar al máximo durante la knismolagnia.
Con los vibradores líquidos, solo serán necesarias una pequeñas gotas para que tu pareja o tu veáis las estrellas. Una vez aplicadas y después de masajear la zona, empezaras a sentir como su efecto frío se intensificada originando ondas de placer por todo el cuerpo. Este efecto es perfecto para disfrutar por completo de los orgasmos más vibrantes. Una vez que pruebas estos vibradores líquidos durante el tickling, no podrás dejarlos.
Hemos hablado del frío, pero ¿qué pasa con el calor? También se pude emplear un poco de chocolate derretido templado y un bote de nata fría para jugar con los contrastes. El calor provoca que el cuerpo de relaje y, por tanto, sea más vulnerable a las cosquillas que se realizan mediante la knismolagnia. Además, después de embadurnaros y de jugar con la nata y el chocolate, podéis finalizar y culminar la práctica sexual en la ducha mientras os deshacéis de los excesos.
¿Listo para probarlo?
Ahora que ya sabes todo sobre la knismolagnia o el tickling, te animas a probar esta fantastica experiencia que te hará ver las estrellas y con la que podrás hacer que tu pareja vea las estrellas.