El lubricante se ha convertido en los últimos años en un producto prácticamente imprescindible a la hora de practicar sexo. Si primero su uso se limitaba a las penetraciones anales se ha extendido su utilización y es de lo más común a la hora de practicar sexo vaginal y en los juegos preliminares. Al fin y al cabo se trata de algo que busca hacer las cosas más fáciles e incrementar el placer con la pareja o en solitario.
El lubricante es un producto fácil de utilizar y que es más que recomendable tener a mano, especialmente las mujeres con problemas de sequedad vaginal. Lo que hace el lubricante es, precisamente, eliminar esa sequedad y permitir que la penetración no resulte dolorosa y ofrezca placer. De ahí que primero se generalizase su uso en el sexo anal.
Al aplicarlo es como si generáramos el 'lubricante' natural que las mujeres segregan cuando se excitan. Se trata de un líquido traslúcido que rodea las paredes de la vagina y que permite que la penetración sea más fácil. De no producirse de forma natural o en suficiente cantidad la penetración resultará dolorosa ya que se hará prácticamente en seco y se producirá una fricción que resulta de lo más dolorosa. Para evitarlo nada mejor que tener a mano un lubricante.
Cómo elegir el lubricante adecuado
Existen lubricantes de muchos tipos, desde los meramente prácticos para resolver una situación como la mencionada anteriormente hasta los que tienen sabores o son capaces de cambiar la temperatura corporal y que buscan experimentar y tener nuevas sensaciones. ¿Qué hacer para saber cuál es el que más nos conviene? Probar y probar hasta dar con el adecuado. No hay que tener miedo a usarlos y elegir el que (o los que) más nos guste.
Los que tienen distintos olores y sabores son perfectos para los juegos preliminares del sexo en pareja, pero hay que tener en cuenta que no se pueden utilizar con determinados juguetes sexuales. Para el sexo rápido o el placer solitario resultan suficientes aquellos que no tienen ningún añadido y cuya función es únicamente lubricar la zona.
Al margen de estos detalles, según su composición, hay dos tipos de lubricantes básicamente:
- Los lubricantes que tienen base de agua: No tienen efectos secundarios ni incompatibilidades y resultan más fáciles de limpiar. Eso sí, no pueden usarse para practicar sexo dentro del agua, porque desaparecen con este líquido, así que sería igual que si no los hubiéramos aplicado.
- Los lubricantes que utilizan siliconas. Estos pueden resultar más conflictivos ya que no se pueden usar con juguetes sexuales y pueden producir reacciones en quienes son alérgicos a la silicona.
Es por eso que a la hora de elegir un lubricante habremos de tener en cuenta cuando lo vamos a utilizar. También hay que echar un ojo a sus ingredientes, para asegurarnos de que no vamos a sufrir alergias mientras practicamos sexo. En caso de que así fuera hay que acudir rápidamente al médico para que nos dé el tratamiento adecuado para aliviar las molestias, que pueden ser especialmente dolorosas e incómodas dado las zonas que se pueden ver afectadas.
Como cualquier otro producto, especialmente los que se van a utilizar en zonas íntimas, hay que guardarlo en buen estado de conservación. Hay que estar pendiente de la fecha de caducidad y retirarlo si ésta ha vencido. También se ha de conservar en un lugar fresco y seco, lejos del calor directo o la humedad.
Uso del lubricante con preservativo
El lubricante puede ser utilizado con cualquier tipo de anticonceptivo, incluidos los preservativos. El hecho de que estén confeccionados en látex puede llevar a pensar que no pueden combinarse. Sí se puede, pero se ha de tener especial cuidado. En caso de que usemos demasiada cantidad de lubricante puede hacer que el condón se deslice con demasiada facilidad, tanto que acabe por desprenderse mientras se practica sexo con la pareja. Basta con ser cuidadoso las primeras veces y pronto veremos que no entraña dificultad alguna.
Además, en el caso de utilizar preservativos es mejor combinarlos con un lubricante que con otro tipo de productos empleados habitualmente para favorecer la penetración con placer. Es el caso de la vaselina, que aunque pueda parecernos más práctica y fácil de utilizar, contiene unos ingredientes que pueden dañar el látex y causar poros en el preservativo, lo que ocasionará malestar mientras se practica sexo.
Modo de empleo del lubricante
A la hora de utilizar el lubricante ya comentamos que puede tener una función meramente práctica o ser utilizado en los preliminares del sexo. En el primero de los casos bastará aplicar una pequeña cantidad en la vagina, el ano o el juguete sexual que vayamos a utilizar antes de la penetración para que todo vaya sobre ruedas y no se produzca ningún tipo de dolor.
Si lo incorporamos a los juegos sexuales las posibilidades que ofrece el lubricante son muchas más. Ya os comentamos que el mercado actual ofrece una amplia gama de propuestas que van desde sabores -el lubricante es comestible, no produce intoxicaciones- hasta olores y cambios de temperatura corporal tras su aplicación.
La pareja tiene numerosas opciones entre las que escoger el lubricante que mejor se adapte a sus juegos. Bastará con aplicar una pequeña cantidad en los dedos y empezar a jugar. Se puede masajear con él, extender sobre el cuerpo de la pareja, chupar, utilizarlo para realizar pequeñas penetraciones con los dedos,... Al fin y al cabo se trata de disfrutar y obtener placer. El límite está en nuestra imaginación.