La felación es una práctica sexual incluida dentro del sexo oral que tiene como propósito estimular sexualmente a un hombre a través de sus genitales. Para ello, su pareja utilizará la lengua y los labios para poder darle ese placer. La felación no debe centrarse sólo en el pene, ya que los testículos tienen también su importancia en este tipo de sexo.
Como cualquier cosa, no se nace aprendido, por ello no desesperes si al principio te ves un poco perdida y piensas que no satisfaces a tu novio. En caso de que seas a quien se le va a hacer la felación, no presiones a tu pareja y vete indicándole qué es lo que más te gusta o qué te gustaría que te hiciera. Es una práctica que gusta mucho a los hombres, ya que aparte de una estimulación directa, verte cómo se lo haces les ayuda a que la sensación de placer sea mayor. Lo mejor es que habléis en pareja para poder ir mejorando.
También es posible que exista el problema de que a tu pareja le pueda dar un poco de asco esta práctica. Por ello será necesario que la entiendas, que la respetes y que pongas todo de tu parte para que eso cambie. Es algo que tiene que ser optativo, obviamente, pero si le demuestras que tienes una buena higiene y que puede ir al ritmo que ella elija, o que solamente pruebe, se sentirá mucho más cómoda.
Dentro de este tipo de sexo oral está la posibilidad de que tu pareja trague o no el semen al final de la felación. Este tipo de cosas han de hablarse entre los dos miembros de la pareja y tratar de entender el uno al otro. Para empezar, quien practique la felación ha de tener claro que no corre ningún tipo de riesgo en caso de que ingiera el semen, además no es necesario ni que lo trague, puede escupirlo perfectamente en una servilleta una vez que su pareja haya eyaculado. La elección está en ti.
La importancia de la respiración
Será muy importante que aprendas a controlar tu respiración. Muchas veces es posible que sientas que te ahogas cuando introduces el pene en tu boca, pero si tienes una correcta respiración utilizando bien la nariz y no únicamente la boca, evitarás este problema. También es posible que sientas náuseas si el pene llega hasta tu garganta. Para solucionarlo, o no introduces el miembro hasta tan adentro o relajas la garganta para que no acabes vomitando.
Otro aspecto a tener en cuenta es que has de tener cuidado con los dientes. El pene es una zona muy sensible, y más cuando está erecto, por lo tanto cualquier presión con ellos, más que placer lo que le va a producir a nuestra pareja es dolor. Evita mordiscos y daños involuntarios poniendo tu boca en forma de "o" para así taparlos con tus labios. Eso sí, entonces tendrás que tener cuidado de no hacerte daño tú, ya que si ejerces mucha presión, se te clavarán los dientes y acabarás con heridas.
Cómo realizar una felación
Se puede entender como una práctica aislada, o como una parte más del sexo que se tiene entre una pareja. La mejor opción es la segunda. Introducir el sexo oral dentro de una relación sexual hace que esta sea más completa y, por lo tanto, bastante más satisfactoria ya que no resulta monótona.
Para que puedas comenzar con esta práctica de sexo oral, tendrás que esperar a que tu novio tenga el pene erecto, ya que así será mucho más fácil jugar con él. Para ello, podrás ir estimulándole dándole pequeños besos y caricias por sus puntos erógenos e ir masturbándole hasta que veas que está receptivo para el sexo oral. Así debes seguir con esta práctica:
- Vete acariciándole el pene y los testículos mientras poco a poco vas a acercando tu boca hasta sus genitales.
- Una vez que estás centrado/a en esa zona, comienza a darle pequeños besos por todo el pene, prestando mayor atención a la zona del frenillo, ya que es una de las más sensibles al roce.
- Cuando ya veas que basta de besos, comienza a utilizar la lengua. Para ello lame el tronco del pene de arriba abajo con suavidad y ternura. Puedes ir alternándolo con un poco de atención a sus testículos, ya que ellos también contribuyen a que la erección se mantenga.
- En el momento que consideres, comienza a introducir el pene en tu boca. Si no estás acostumbrada/o, lo mejor es que para empezar sólo introduzcas la cabeza y el resto lo vayas estimulando con tu mano.
- Poco a poco puedes ir probando a ir introduciendo más y más hasta que notes que llegas a tu tope. Lo principal es que él disfrute y que tú estés a gusto haciéndolo.
- A medida que vayas viendo su respuesta, sabrás si debes acelerar, ralentizar, introducir más, prestar más atención a los testículos...
No te preocupes, aunque tu pareja esté centrado en su placer, te irá indicando que es lo que necesita en cada momento, así que mantén la calma y déjate llevar. Es muy importante que adoptéis una postura cómoda para ambos. Ésta puede ser tumbados, él de pie o sentado y tú de rodillas o aquella que se os ocurra pero que sea cómoda para ambos. Lo importante es el disfrute, así que si eres la pareja haz todo lo que esté en tu mano para volver loco de placer a tu pareja, y si eres la otra parte, déjate llevar por lo que tu pareja te haga y disfruta del momento.