El sexo se puede disfrutar de muchas formas y maneras. Existen unas más conocidas y, en cierto modo, aceptadas por la sociedad en general, y otras muy distintas y en ocasiones incluso inconcebibles. Aunque habitualmente sea la cama o la habitación el lugar por excelencia en el que las personas, ya sea en pareja, en grupo o en solitario, llevan a cabo sus prácticas sexuales favoritas, existen otros muchos lugares que pueden ser escenario de un buen rato de placer, aunque no son aptos para todo el público. Uno de esos lugares son los sitios completamente cerrados o muy pequeños, espacios que pueden aumentar el morbo de ciertas personas. Esta práctica sexual recibe el nombre de claustrofilia.
Claustrofilia, una filia no apta para todos
Por lo tanto, esta claustrofilia consiste en encontrar el placer al llevar a cabo técnicas sexuales en espacios cerrados y pequeños, es decir, todo lo contrario a la claustrofobia. Se disfruta de esos lugares que pueden privar hasta del movimiento: duchas cerradas, armarios, ascensores, los baños de un avión o hasta debajo de la cama. Lo importante es que se trate de un lugar reducido y con poco movimiento. Dependiendo del gusto de cada persona, las dimensiones pueden cambiar. Habrá a quien le guste un sitio diminuto y quien quiera disfrutar de más capacidad de movimiento. Esta filia no debe confundirse con la claustromanía, que es la tendencia o necesidad de un individuo a encerrarse en su propia casa.
Las filias sexuales son muy comunes en el ámbito privado. Aunque muchas de ellas no se tratan de forma pública por miedo a ser juzgados, lo cierto es que son unas técnicas que, en mayor o menor medida, todo el mundo practica en la intimidad. Para Rubén Hernández Serrano, quien fuera presidente de la Asociación Mundial de Sexología entre 1993 y 1997, las parafilias " constituyen el segundo motivo de consultas, después de las disfunciones sexuales", entre las personas que acuden al sexólogo. Tan amplio es el espectro de filias, que incluso existen importantes estudios sobre ellas, en los que se ahonda en su origen y significado.
Lo más importante a la hora de un intercambio sexual es que las dos personas (o las que sean) disfruten de la experiencia y no se sobrepasen los límites de ninguno de los implicados, pero también que haya comunicación para que cualquiera pueda expresar cómo se siente al respecto. La comunicación en este ámbito es primordial. Es importante dejar atrás la vergüenza o el miedo a decir qué es lo que nos gusta o cómo nos estamos sintiendo a la hora de un intercambio sexual, para que el acto sea placentero para todas las partes y ninguna se sienta mal después, algo muy común.
¿Dónde se practica la claustrofilia?
Son muchos los sitios cerrados o de espacio reducido en los que se pueden llevar a cabo estas prácticas sexuales. Todo depende del gusto de los implicados. Hay personas a las que les gustan los sitios límites, lugares en los que el movimiento se limita al máximo y únicamente hay lugar para el placer. Estos pueden ser armarios pequeños, ascensores, cajas o el baño de un avión.
Pero también está la práctica que se relaciona más de lleno con el BDSM (que se entiende como Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo y consisten en prácticas sexuales practicadas libremente). Se trataría, en estos casos, en mantener relaciones sexuales o permanecer encerrados para encontrar el placer en jaulas, ataúdes o incluso con camisas de fuerza. En este sentido, guarda mucha relación con el gusto por estar atado o con los ojos vendados, de tal forma que se prive de la libertad o de alguno de los sentidos.
Entendido incluso como una forma de tortura, esta filia se encuadraría dentro del mundo sadomasoquista y es practicada abiertamente por aquellos que prefieren las "sexualidades alternativas". Sin embargo, también puede ser una práctica independiente y practicarse de la forma más tradicional o incluso de vez en cuando, como un juego más.
Otras filias o sexualidades alternativas
En el mundo del sexo existen multitud de filias y prácticas sexuales que se realizan con la intención de encontrar el placer. Muchas de ellas son desconocidas por la gran mayoría, que no llega a hacerse una idea de la cantidad de posibilidades que existen y que, con consentimiento, pueden ser disfrutadas por todas las partes implicadas. Algunas de las filias que guardan relación con la Claustrofilia y que resultan igual de impactantes son:
- Agorafilia: Parafilia basada en el gusto por practicar relaciones sexuales en espacios abiertos. Da igual el sitio, solo importa que sea abierto y/o al aire libre.
- Amomaxia: Excitación por practicar sexo en coches estacionados. Este tipo de parafilia guarda una relación muy estrecha con el exhibicionismo, pues la parte morbosa deriva del poder ser visto por cualquiera en pleno acto sexual.
- Agrexofilia: El placer deriva del hecho de saber que otra persona está escuchando la práctica sexual.
- Capnolagnia: La excitación deriva al ver a una persona fumando. Esta no tiene nada que ver con el lugar o el exhibicionismo, pero es bastante curiosa.
- Escopofilia: Atracción al mirar abiertamente a otras personas durante el acto sexual. Se traduce como el deseo de mirar y guarda mucha relación con el cine y la necesidad del espectador de ver lo que ocurre en pantalla.
- Harpaxofilia : Morbo al ser robado con violencia.