Es posible que te hayas dado cuenta hace mucho que eres gay, lesbiana o bisexual pero que lo lleves en secreto por temor a las consecuencias familiares que ello te podría repercutir. Normalmente este temor lo ocasiona la inseguridad, porque debes tener presente que tú sigues siendo la misma persona y eso no cambiará nunca. Aunque claro, dependiendo de los valores de tu familia quizá pienses que no es tan fácil decirlo.
Es posible que a pesar de las posibles consecuencias creas que es mejor confesar a tu familia que eres gay, lesbiana o bisexual y así, poder ser tú mismo/a al 100% en las relaciones con tu familia. Es una buena decisión... Así sabrás si te pueden aceptar tal y como eres realmente. Aunque si vas a tomar la decisión de confesarlo a tu familia, deberás evitar estos 4 errores que podrían hacer que el resultado de la conversación no sea el que realmente quieres.
4 errores a evitar si confiesas a tu familia que eres gay, lesbiana o bisexual
1 No estar seguro al 100% de tu orientación sexual
Si no estás totalmente seguro/a de tu orientación sexual no les digas nada a tus padres sobre si eres gay, lesbiana o bisexual. Para poder comunicar este tipo de noticia es imprescindible que estés totalmente seguro de cuál es tu orientación sexual. De esta manera, si realmente estás seguro/a podrás comunicarle la noticia con total convicción y podrán ver en ti que realmente sientes lo que dices. Que no es una moda ni tampoco estás jugando a nada, que realmente tu orientación sexual es la que les estás diciendo.
Por esto, si no estás seguro al 100% de tu orientación sexual, entonces es mejor que te esperes antes de confesar nada a tu familia. Tu seguridad será la mejor base para que la conversación con tu familia acabe en buen puerto al comunicarle que eres gay, lesbiana o bisexual.
2 Contarlo en un mal momento
Si la familia está otra cosa y no te hacen caso, no es un buen momento para decirlo.
Para poder dar este dato a tu familia deberás escoger bien el momento. Es cierto que el mejor momento para cualquier cosa se puede crear, por lo que puedes crearlo. Pero si en algún momento en el que quieras confesarlo tu familia está a otra cosa y no te están haciendo caso a lo que estás diciendo, entonces no será un buen momento y lo ideal será que esperes a otro momento para que te presten su total atención.
Contarlo en un mal momento será arruinar un buen resultado. Por eso, piensa un momento idóneo para contarlo. Puedes pedirles hacer una reunión familiar por cualquier otro motivo y cuando tengan tu atención comentarlo de forma lo más natural posible, o simplemente buscar un momento en el que estén todos reunidos.
3 No entender las primeras reacciones de tu familia
Del mismo modo que quieres que te entiendan, deberás entender tú las primeras reacciones de tu familia. Es posible que para algunos de ellos no reaccionen como te gustaría que lo hicieran porque les ha sorprendido demasiado. Quizá sus reacciones incluso son negativas, pero es necesario que entiendas que no todo el mundo entiende realmente qué significa ser gay, lesbiana o bisexual.
Por eso, si es necesario deberás estar preparado/a para cualquier pregunta que quieran hacerte e incluso puedes tener información preparada para cuando des el dato que todos puedan saber de qué se trata.
4 Hacerlo de forma impulsiva y sin pensar
Las prisas o la impulsividad nunca traerán nada bueno. Una acción hecha sin pensar puede tener graves consecuencias y por eso, es mejor que antes de decirle nada a tu familia lo pienses muy bien. Piensa si realmente estás seguro/a de tu orientación sexual, piensa cuál puede ser el mejor momento y también, deberás pensar muy bien las palabras que quieres decirles. Si es necesario, escríbelo primero todo en un papel para poder tener una buena estructura mental de la conversación que quieres mantener con tu familia.