Afortunadamente, los tiempos cambian y las mentalidades de las personas también. Cosas que antiguamente se consideraban normales, poco a poco, van adaptándose a los nuevos tiempos y haciendo que dejen de ser aceptadas. Por eso, en la actualidad las mujeres gozan en parte de la libertad de la que fueron privadas anteriormente, siendo la mayoría de ellas capaces de escoger con quién quieren compartir el resto de su vida, teniendo la opción de querer estudiar una carrera o bien de trabajar.
Sin embargo, todavía nos queda mucho por cambiar, puesto que existen aspectos de la sociedad que siguen las ideas machistas que heredamos de antaño. Muchas mujeres siguen viviendo oprimidas por sus parejas o son cuestionadas en su puesto de trabajo, por su valía física o intelectual, su edad, el sueldo que deben cobrar o el hecho de que puedan quedarse embarazadas y tener hijos, algo que no se cuestiona en ningún momento en el caso de los hombres.
Movimientos como el feminismo buscan la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres, luchando por que toda mujer pueda disfrutar de todos los beneficios que los hombres han gozado durante gran parte de nuestra historia, pero sin que eso signifique una guerra contra el sexo masculino. En busca de la igualdad será muy importante resaltar aspectos que no han sido tenidos en cuenta hasta el momento y luchar por unos derechos que no siempre son tan evidentes por una sociedad dominada por el patriarcado durante muchos siglos.
Las mujeres tienen que apoyarse entre sí
Por eso, es muy importante que las mujeres se apoyen entre ellas a la hora de conseguir estos objetivos. Si bien el apoyo de los hombres es esencial (y gracias a las nuevas generaciones de hombres que comprenden la importancia de la igualdad se puede llegar a conseguir mucho más), la clave para que el feminismo triunfe está en que las mujeres consigan trabajar en equipo por un objetivo común. Sin embargo, todavía existen muchas mujeres machistas, quienes no creen en la igualdad entre hombres y mujeres y consideran que estas últimas tienen un rol muy marcado que deben seguir, como estar subordinadas o ser dependientes de los hombres, algo que no ayuda en absoluto a conseguir la igualdad que busca el feminismo, puesto que estarán activamente o no en contra de sus principios, educando a niños con esta mentalidad machista que, en el futuro, puede que lleguen a dañar a otras mujeres con sus actos o pensamientos.
Durante la última celebración del día de la mujer trabajadora, el ocho de marzo, se celebraron varias manifestaciones y protestas en contra del abuso a la mujer y en busca de la igualdad, sobre todo la salarial. Una de las palabras que más en boga estuvo fue la de "sororidad". Puede que nunca hayas escuchado este término antes, pero cada vez está tomando más fuerza y, seguramente, sigámoslo escuchando durante bastante tiempo.
¿En qué consiste la sororidad?
La palabra sororidad viene del latín 'soro, oris', adaptándose primero al inglés con 'sorority' y después al español, y es un término que se ha adaptado a nuestra lengua por su gran importancia y significado en el instante que vivimos, siendo el día 8 de marzo un gran momento para tenerlo en boca. Sorodidad quiere decir la unidad y hermandad de las mujeres, de igual a igual en fuerte conexión, comprensión y apoyo, en busca de un objetivo común: terminar con el patriarcado opresor. Es decir, que las mujeres deberían aliarse entre sí, en lugar de estar enfrentadas (como ha sucedido durante muchos siglos) con tal de poder luchar a favor del feminismo y de la igualdad. Si las féminas se mantienen unidas serán más fuertes y podrán conseguir lo que desean con mayor facilidad.
Anteriormente, siempre se había considerado que las mujeres eran enemigas entre ellas, sobre todo a la hora de conseguir el amor o el deseo de un hombre, por lo que debían competir para conseguir sus objetivos. Esto también se trasladaba a ámbitos laborales, en los cuales había muy pocas mujeres y debían competir de forma feroz entre ellas y entre los hombres para demostrar su fuerza y valía, al igual que las madres tenían competencia entre ellas a la hora de demostrar quién cuidaba mejor de sus hijos o era mejor madre.
Por lo tanto, el concepto sororidad es muy importante porque supone un cambio de pensamiento para las mujeres. Deben aceptarse entre ellas en todo momento y apoyarse con tal de conseguir la igualdad que desean respecto de ellas mismas y con los hombres, comprendiendo que cada una tenga unos objetivos distintos, pero buscando siempre el fin común : que las mujeres tengan los mismos derechos y obligaciones que se merecen y el respeto del cual no han disfrutado durante muchos años a lo largo de la historia. Esto sólo se puede conseguir gracias a la sororidad, el hermanamiento de las mujeres que buscan apoyarse entre ellas, comprenderse y luchar juntas por una causa común que les beneficiará en el futuro, tanto a su persona como las generaciones (tanto masculinas, como femeninas) que están por venir, porque el respeto y la confianza entre sexos será la clave para poder vivir ambos felices y en paz como se merecen.