El Sida es una enfermedad provocada por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), que anula la respuesta inmune de nuestro organismo ante enfermedades infecciosas. Una persona padece el síndrome de inmunodeficiencia adquirida cuando el número de anticuerpos que atacan al virus es menor de 200 células por mililitro de sangre. Es entonces cuando se manifiesta una dolencia que era mortal de necesidad y que gracias a los tratamientos puede llegar a controlarse en algunos casos. Aun así, un enfermo de Sida tiene que tener cuidado en su día a día, ya que cuenta con un sistema inmunitaria muy delicado.
Una persona que ha estado en contacto con el virus VIH comienza a producir estos linfocitos T, que determinan que esa persona es seropositiva. Cuando el organismo del contagiado es incapaz de producir más anticuerpos que luchen contra el virus, es cuando se dice que esa persona padece Sida.
Cómo se transmite y cómo prevenirlo
Al contrario de lo que algunas piensas por ignorancia y desconocimiento, no es tan fácil contraer esta enfermedad. Para que el virus VIH se transmite por intercambio de fluidos corporales: sangre, semen, saliva, fluido vaginal y leche materna. Cuando cualquiera de estos entra en contacto con los de una persona seropositiva, el sujeto está introduciendo en su organismo moléculas del virus, que pasa a infectarlo al correr por el torrente sanguíneo. Todos estos fluidos contienen una alta concentración del virus, por lo que no existe un contacto con el que la probabilidad de contagio se reduzca.
Las relaciones sexuales son la principal fuente de contagio, ya que al intercambiar cualquiera de los fluidos anteriormente citados se abre la puerta a que el virus llegue a la sangre a través de una pequeña herida o desgarro imperceptible por la persona. Quizas alguien no sabe que tiene una herida, y al entrar en contacto con el virus, este utiliza este canal para entrar en el cuerpo e infectarlo irremediablemente.
La masturbación no es una práctica de riesgo
El Sida es una enfermedad que no tiene cura. Una persona infectada pasa a considerarse un enfermo crónico, que con la debida medicación puede mitigar los efectos del virus, llegando a no desarrollar el Sida. Sin embargo, por muy temprana que sea la detección es imposible eliminar el VIH de nuestro organismo. Lamentablemente, estará ahí para siempre y no se eliminará de forma espontánea, como puede ocurrir con el Virus del Papiloma Humano.
Para evitar la transmisión del virus deben tomarse medidas a la hora de mantener relaciones sexuales. El preservativo es la única barrera frente al Sida, tanto en su versión masculina como femenina, y debe utilizarse durante la penetración y el sexo oral. La masturbación no es una práctica de riesgo, y ante la insuficiencia de medios que eviten el contagio, son el único contacto sexual recomendable para no sufrir un inesperado contagio que pueda truncar nuestra vida. Ningún otro método anticonceptivo sirve para luchar contra el traspaso del VIH, una enfermedad que aunque gracias al avance de la ciencia y la medicina no quiere decir muerte, al menos en los países desarrollados, sí condiciona la vida de los enfermos.