Estamos muy acostumbrados a que en las campañas publicitarias aparezcan los preservativos masculinos como el principal método anticonceptivo. Sin embargo existen diferentes alternativas, entre ellas el preservativo femenino. Hoy en día es muy importante que la mujer afronte su sexualidad como protagonista al igual que hace en otros aspectos de su vida. Además del uso de un método anticonceptivo en el caso de que quiera controlar su natalidad, el uso de protección sexual es importante para proteger nuestra salud.
¿Qué es el preservativo femenino?
El preservativo femenino, condón vaginal o condón interno es, como señalábamos, un método anticonceptivo con las mismas garantías contra elembarazo y las enfermedades de transmisión sexual que el masculino. Está hecho de poliuretano, un plástico delgado y fuerte, o bien de nitrilo (versión más barata).
Se ajusta a las paredes del conducto vaginal y se puede llevar puesto hasta 8 horas. La adherencia es cómoda por la humedad y temperatura de la vagina y no depende de la tensión como el masculino. También se les puede introducir dentro del ano en el caso de que estas sean las relaciones sexuales deseadas.
Características
Además de la parte interior que cubre las paredes vaginales, también tapa la zona exterior de la vagina (labios y clítoris), lo que le permite ofrecer una mayor protección a la mujer contra las enfermedades de transmisión sexual.
Se calcula que su efectividad es del 88 al 98% cuando es utilizado correctamente, al final te propones algunos consejos para su uso que te permitan alcanzar los mayores niveles de efectividad.
El preservativo femenino es una funda lubricada con productos espermicidas y dos anillos, uno en cada extremo. Uno interior y cerrado permite que la mujer lo introduzca con facilidad en la vagina y, el otro, de un diámetro más grande, además de abierto y flexible, facilita cubrir los labios y clítoris e impide que se introduzca demasiado.
Las dimensiones del preservativo femenino son similares a las del condón masculino. Siendo aproximadamente de 160 mm de largo y 44-56 de ancho.
Origen
El preservativo femenino apareció en Inglaterra y Estados Unidos en torno a 1992. A partir de ahí se difundió por Europa y el resto del mundo, aunque nunca ha alcanzado niveles muy altos de popularidad. Se creó para potenciar en la mujer la capacidad de ejercer sus derechos sexuales, decidiendo y controlando sobre su seguridad.
Aunque en la actualidad, no parece muy necesario ya que la mujer podría llevar consigo un preservativo masculino, sí es necesario si tenemos en cuenta las relaciones homosexuales entre mujeres en las que, por razones obvias (ausencia de una erección) no es posible utilizar un condón externo o masculino.
Pasos de colocación
1 Comprobar que está en buen estado y no caducado. Puede parecer obvio pero muchas veces ignoramos estos datos que hacen que disminuya notablemente la eficacia del preservativo.
2 Se coloca de forma similar a un anillo vaginal o un diafragma. Se aprieta el anillo cerrado y se introduce en la vagina con cuidado, como es común hacerlo con un tampón o los otros productos nombrados.
3 Una vez dentro, con el dedo pequeño dentro del preservativo se empuja hasta pasar el nivel del hueso del pubis y llegando al final teniendo cuidado con los objetos cortantes (uñas, anillos...).
4 Fuera quedan el anillo externo y un segmento del preservativo femenino para proteger las áreas externas de la mujer (clítoris, final del tubo uretral y labios).
5 Tras el coito se dan un par de vueltas al anillo externo para que no salga el semen y se extrae con cuidado.
Ventajas e inconvenientes
Entre las ventajas:
- No hace falta esperar a la erección del pene. Como señalamos antes se puede colocar tiempo antes del coito.
- No es necesaria la extracción inmediata tras la eyaculación.
- Su uso es fácil.
- Protege de las enfermedades de trasmisión sexual como el virus del papiloma humano y el VIH.
- Es útil para relaciones homosexuales entre mujeres, donde muchas veces no se tiene en cuenta que también es posible la transmisión de enfermedades.
Entre las desventajas:
- Es más caro que el preservativo masculino.
- Se cree equivocadamente que, al ser la anatomía de la mujer más compleja también lo será la colocación.
Consejos de uso
- No usar nunca con un preservativo masculino a la vez.
- Como con en el masculino, el preservativo femenino solo debe usarse una vez.
- Es recomendable envolverlo en papel higiénico al terminar y tirarlo a la basura. Nunca al WC.
- Si produce algún malestar o irritación debe consultarse inmediatamente a un especialista médico.
Esperamos que esta breve descripción sirva para que veáis al preservativo femenino como un método anticonceptivo útil que, a pesar de su uso minoritario, en caso de que sea necesario lo debemos tener en cuenta. Pone el foco de atención, como el preservativo masculino, en evitar las enfermedades transmisión sexual. Muchas veces nos olvidamos de que existen ya que nuestros pensamientos están enfocados en evitar el embarazo.