La gonorrea es una enfermedad infecciosa de transmisión sexual provocada por la bacteria gonococo que afecta en la mayoría de los casos a las mucosas del aparato genital y urinario, pero también pudiendo aparecer en los ojos, la faringe o el recto.
La gonorrea se contrae al mantener relaciones sexuales con una persona que sea portadora de esta enfermedad, haya o no existido eyaculación. De igual manera, una madre también puede transmitirle a su hijo la enfermedad durante el embarazo si esta ha sido portadora de la misma y no ha sido tratada correctamente para su cura.
Diagnóstico y tratamiento de la gonorrea
En la mayoría de los casos en los que se procede a diagnosticar la existencia de una ETS como ésta, se puede llevar a cabo una muestra de orina en la que se detectará si se encuentra esta enfermedad o no. Por su parte, si la persona en cuestión ha mantenido una relación sexual oral o anal, también se deberán obtener muestras de la garganta o el recto para asegurar la no-presencia de la ETS.
Lo principal para la cura de esta enfermedad de transmisión sexual es llevar a cabo todo aquel tratamiento que los especialistas médicos hayan establecido tras la realización de un diagnóstico. Lo que hay que tener muy claro es que el tratamiento que los médicos establezcan en relación al diagnóstico realizado podrá detener la infección pero no repararán los daños que la enfermedad de transmisión sexual haya provocado.
El método utilizado para acabar con la gonorrea serán los antibióticos, aunque es cierto que, en algunas ocasiones, este tipo de infecciones pueden ser resistentes a los antibióticos. Lo habitual en este tipo de casos es dar varios tipos de antibióticos para luchar por varios frentes contra la infección. Estos antibióticos se suministrarán vía oral o bien en el hospital a través de una inyección, pero luego el paciente deberá continuar el tratamiento en casa.
De esta manera, el enfermo deberá acudir a una consulta médica después de siete días para ver si se ha solucionado la infección de forma definitiva. Si tras haber asignado el tratamiento correspondiente para la cura de la enfermedad con el diagnóstico de la persona sigue teniendo síntomas una vez hayan pasado unos días, deberá regresar al médico para establecer otra forma de cura diferente.
Síntomas de la gonorrea
Los síntomas que pueden darse en esta enfermedad relacionada con el sexo son muy diferentes según se dé en hombres o mujeres. Es por ello que hay que estar muy atentos a los síntomas que se presentan y ponerle solución cuanto antes. De este modo, es muy probable que algunos hombres no presenten ningún síntoma a pesar de que sean portadores de la enfermedad. Aun así, los síntomas más comunes de esta infección por relaciones de sexo en los hombres son:
- La sensación de ardor al orinar.
- Una secreción amarillenta en el pene que aparece en la primera quincena de la enfermedad.
- Otros síntomas en los hombres pueden ser la inflamación de los testículos e incluso el dolor de estos.
Por su parte, en el caso de las mujeres, la gonorrea no presenta ninguna clase de síntoma a pesar de que después de haber practicado sexo se haya contraído la enfermedad. Aún así, si por el contrario sí presentan síntomas, serán muy leves y muy fácilmente podrán confundirse con infecciones vaginales corrientes. También pueden darse sensación de dolor o ardor al orinar, aumento del flujo vaginal o hemorragia vaginal para lo que habrá que tener un tratamiento especial.
Prevención de la gonorrea
Para reducir el riesgo de sufrir una ETS como la gonorrea hay que pensar en poner una serie precauciones que nos ayuden a protegernos de estas. Así, el uso de preservativos de látex de una manera correcta en las relaciones sexuales reduce considerablemente el riesgo de padecer la enfermedad. Aunque lo más importante, como aseguran todos los profesionales, es asegurarte antes de tener relaciones con una persona que está sana.
También cabe destacar que la gonorrea se puede contagiar a través del sexo oral. No suele ocurrir muy a menudo, pero lo cierto es que puede suceder. Por ello, es importante la utilización de preservativos adecuados para sexo oral y así evitar cualquier tipo de riesgo con el que luego haya que acudir al médico para tratarlo.
Una vez la persona se haya contagiado con la gonorrea conviene no practicar relaciones sexuales durante una temporada, concretamente el tiempo que dure el tratamiento. No hay que arriesgarse a que suceda cualquier tipo de contratiempo y provocar un nuevo contagio. Por ello, aunque uses preservativo, evita hacerlo con una persona libre de contagio cuando tú sí que tengas la gonorrea.