Los temas relacionados con las diferencias existentes entre hombre y mujer están generando, en la actualidad, multitud de confrontaciones, problemas y polémicas que vienen marcados por el trato que reciben tantos unos como otros.
Dentro del marco de este campo tan amplio en el que se encuentran todas las polémicas que hacen referencia a esas diferencias entre el hombre y la mujer está el saber diferenciar lo que es género y lo que es sexo , términos usados como si fuesen sinónimos por muchas personas pero que en realidad son totalmente distintos.
Tanto el concepto de género como el de sexo suele ser utilizado de forma errónea en las diferentes polémicas que hacen referencia a hombres y mujeres. Estos dos conceptos deben ser usados correctamente porque cada uno de ellos tienen unos matices.
Según la Real Academia Española, el género es el grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico. El detalle sociocultural es el que le diferencia del sexo.
Por su parte, la Real Academia Española define sexo como la condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas. Una persona es de un determinado sexo (masculino o femenino) por la condición exclusivamente biológica.
Hay una serie de puntos clave que permiten diferenciar, de forma aún más clara, los términos género y sexo, que tanta confusión generan en la sociedad actual. Estos matices pueden ayudar para saber cuando usar un concepto adecuadamente y cuando usar otro.
El género tiene un carácter sociocultural
La principal diferencia, como se ha citado anteriormente, es que el género es una construcción social. Las ideas y pensamientos de la sociedad influyen a la hora de determinar el género mientras que en el sexo no hay ninguna interpretación posible, es masculino o femenino.
Si una persona nace con pene o vagina su sexo será masculino o femenino, respectivamente. Por el contrario, el género permite que la valoración de las cosas o las expectativas que tienen las personas vayan más allá de lo que el sexo indica.
El género va unido al pensamiento abstracto
El concepto de género únicamente lo tienen aquellos seres vivos que tienen una alta capacidad de pensamiento abstracto. El sexo está presenta en todas las especies de animales y plantas pero el género se puede reducir, prácticamente, al ser humano.
Al tener un carácter sociocultural, el género solo aparece en aquellas sociedades más desarrolladas que presentan un pensamiento abstracto que va más allá de lo puramente biológico, es decir, que realizan una interpretación que sobrepasa el concepto del sexo.
El sexo y la reproducción
Una de las diferencias fundamentales entre los dos términos es que el sexo viene acompañado de una función reproductiva diferente para hombres y mujeres. Estas últimas, independientemente de las ideas relativas su género, no tiene las mismas funciones que un hombre en la reproducción. Una de las diferencias es el periodo de nueve meses de embarazo.
En este caso, las percepciones relacionadas con el género de cada persona pueden llevar a la realización de estas funciones de una forma o de otra pero en ningún momento conseguirán cambiar los roles que vienen determinados por el sexo de las personas.
El género es simbólico
Otra de las diferencias que hay que tener en cuenta es que el concepto género tiene una parte simbólica e interpretable. Las ideas en cuanto al género se expresan en la forma de ser, en el día a día o en los movimientos pero el sexo, por su parte, es algo más objetivo que se ve en ciertos rasgos.
Hay determinadas acciones relacionadas con el género que se pueden entender de diferentes formas según el contexto de la situación, por ello tiene una parte simbólica, mientras que el sexo, al ser algo biológico, no admite ese tipo de apreciaciones.
El género se aleja de categorías cerradas
A diferencia del sexo, el concepto de género se forja según las diferentes opiniones de las personas. Cada uno puede sentirse femenino o masculino según unas ideas o unos pensamientos propios, es decir, no hay unos valores absolutos en este sentido.
Además, también hay personas que, a pesar de ser de un determinado sexo, no se sienten ni femeninos ni masculinos por lo que su género no va a coincidir con el sexo. El género, en ocasiones como esta, se aleja de las categorías hombre o mujer.
Por otro lado, el sexo tiene una serie de criterios absolutos con los que se puede determinar y que son iguales para todo el mundo. El principal criterio de valoración del sexo son los genitales pero también están otros como los cromosomas o las gónadas.
El concepto género tiene una vida más corta que el de sexo y la sociedad aún está asimilando su presencia en el vocabulario diario pero es un concepto necesario que debe usarse correctamente. Cada vez más personas exigen que se diferencie porque no siempre representa lo mismo el sexo y el género.
La libertad de opinión y de pensamiento en las sociedades modernas genera que cada persona puede decidir lo que es mejor. Cuando nacen, todos están marcados por un sexo (se les califica como hombre o mujer) pero la decisión del género es propia de cada uno.