Está claro que la idea de formar una familia -más tarde o temprano-, no es una idea universal pero si un objetivo muy perseguido por muchas. Y es que el hecho de estrenarse dentro del complejo, y a la vez mágico, mundo de la maternidad y la paternidad parece seguir siendo una meta imprescindible de alcanzar para muchos hombres y mujeres.
Un sueño que para muchos llega según lo esperado pero que para otros acaba convirtiéndose en un auténtico imposible. Ya sea por tiempo, espacio o porque simplemente nunca terminas planteándote esta situación con la seriedad que se merece. Porque tener hijos también requiere su correspondiente planificación, aunque muchas veces aterrice de forma inesperada.
De ahí que para muchas parejas y pequeñas familias, este deseo vaya derivando, poco a poco, en una obsesión un tanto incómoda, en la que diversos factores entran en juego. Círculos cercanos con niños, tópicos irresistibles, dificultades de la vida, compañía forzadas, un cambio de vida... Circunstancias muy diferentes que llevan a una una sola idea: la necesidad de tener hijos. Y desde Bekia Pareja también hemos querido destacar algunas de ellas:
1 'Baby boom' en tu entorno más cercano
Quizás siga siendo uno de los principales motivos que anime a muchas parejas a lanzarse a la aventura de ser padres. Suele ocurrir con bastante frecuencia entre grupos de amigos grandes y familias numerosas, haciendo que uno incluso se pueda sentir culpable de no haber desarrollado, todavía, la necesidad de formar una familia.
Es entonces, en este momento, cuando las conversaciones comienzan a girar en torno a un mismo tema, convirtiendo la ropa de bebé, los pañales y las múltiples clases de cremas en los puntos clave del día. De esta forma, el que no sufre en sus propias carnes estas ciertas preocupaciones comienza a desarrollar, muchas veces por necesidad, esa sensación de querer compartirlo también con el resto.
Incluso en algunos perfiles en concreto, el hecho de ver que amigos, primos o hermanos ya se encuentran inmersos al cien por cien en la vida paternal invita a que ese instinto se desarrolle con mayor eficacia sobre ellos. Lo que también podríamos llamar como un punto y final en base a lo que dictamine la vida de quienes nos rodean.
2 Vida en pareja y algo más...
Llevar una rutina un tanto monótona o querer hacer un poco más especial la vida en pareja también son las excusas perfectas para convertirse en padres. Un sentimiento que suele nacer, sobretodo, en relaciones bastante afianzadas y que, en ciertas ocasiones, incluso despierta la obligación suprema de tener, cuanto antes, un bebé.
Esto no quiere decir que vaya a ser utilizado como excusa para suplantar cierta falta de amor o cariño entre ambas personas, sino que surge para complementar o afianzar ese sentimiento existente. De ahí que parejas que lleven juntos un largo periodo de tiempo y que aún no parecen haber comenzado a sentir esa necesidad de formar una familia, desarrollen un sentimiento extraño entre el miedo y la obligación.
3 "Se me pasa el arroz..."
Muchos tacharían esta expresión, hoy en día, de machista y clasista, pero lo cierto es que todavía se sigue utilizando -y mucho- entre nosotros. ¿Pero cuándo comienza a plantearse esta idea? Sobre todo, cuando ciertas personas alcanzan una determinada edad en la que se consideran lo suficientemente preparados para afrontar esta nueva etapa de la vida y, sin embargo, se acaban encontrando con algún que otro bache que lo dificulta.
Lo que podríamos también llamar como el momento en el que comienza a picar el gusanillo de estrenarse dentro del mundo de la paternidad y la maternidad pero, aún así, no se dispone de los "materiales" necesarios para poder cumplir ese sueño. Un episodio donde la idea de formar un hogar con nuestra pareja y nuestros hijos parece presentarse como la meta primordial a alcanzar y en la que, por supuesto, suelen darse ciertos obstáculos.
Y es que, en muchas ocasiones, este " se me está pasando el arroz " termina convirtiéndose en una auténtica pesadilla para muchas personas cuando, por ejemplo, no se consigue dar con la persona idónea para poder estrenarse como madre o padre. Asimismo, en una de esas típicas expresiones que también suele repetirse hasta decir basta cuando la gente que te rodea ya va incluso por el segundo y tú, todavía, ni siquiera tienes planes futuros de formar una familia.
4 Pérdidas anteriores
En este caso, la necesidad de tener hijos llega acompañada de un muy mal sabor de boca. Una situación que suele darse en parejas o futuras madres que han visto frustrado el sueño de la paternidad y la maternidad por uno o varios abortos anteriores. Amargas experiencias que uno nunca imagina que puede llegar a vivir y que hace aún más necesario la gesta de un nuevo bebé.
Sin embargo, en ocasiones extremas, la necesidad acaba transformándose en una auténtica obligación, haciendo que para sus protagonistas suponga, incluso, un problema. De ahí la necesidad de no fijar periodos concretos y hacer que esta meta se cumpla de manera mucho más natural, ya que muchas veces la tensión y la obsesión pueden provocar un funcionamiento un tanto reacio de nuestro organismo. Algo que no debería estar presente en esta etapa tan especial de la vida.
5 Un compañero de juego
Aquí, el hecho de alcanzar el sueño de la maternidad y la paternidad no resultaría nada nuevo para sus propios protagonistas. En este punto, nos encontraríamos con todas aquellas parejas cuya experiencia como padres novatos parece haber ido sobre ruedas y se ven lo suficientemente preparados y entusiasmados para adentrarse en una nueva aventura.
Aunque más que por su propio interés, muchas veces también se ven un tanto forzados por la presión de dar a ese primer hijo un nuevo hermanito o hermanita. Frases comodín del tipo "¿para cuándo la parejita?" o "¿no quieres darle un compañero de juego a tu hijo/a?" son algunos de los causantes de que esta nueva aventura vuelva a convertirse en una efímera pesadilla.