El trauma de haber sufrido una violación o de haber sido agredido/a sexualmente, puede ser algo devastador. Los sentimientos de miedo, vergüenza y soledad pueden aparecer una y otra vez en forma de pesadillas, recuerdos u otros síntomas desagradables. Es necesario que si has sufrido una violación no olvides que no tienes la culpa de lo que ha pasado y que puedes recuperarte, puedes volver a sentir seguridad y confianza.
No es fácil recuperar o superar una violación o trauma sexual, lleva tiempo y el proceso de curación puede ser bastante doloroso. Pero si sabes las estrategias adecuadas y cuentas con el apoyo necesario, podrás conseguirlo. Aprenderás a tener el control sobre ti y a que tu autoestima poco a poco, empiece a resurgir, volviéndote más fuerte y resistente.
Qué es una violación
Cuando se habla de 'violencia sexual' estamos hablando a un acto delictivo y penado por la ley como es la agresión, violación y abuso sexual. Una agresión sexual se puede entender como cualquier tipo de contacto sexual o comportamiento que ocurra sin el consentimiento explícito del receptor. Esto puede ser un contacto inapropiado o indeseado, actos sexuales forzados, intento de violación o la violación en si misma.
Todo tipo de violación o agresión sexual es traumática. Es normal que la persona afectada experimente un trauma después de haber sufrido el asalto. El 94% de las mujeres que han sufrido una violación presentan síntomas de trastorno por estrés postraumático en las dos semanas posteriores a la violación... y esto es normal. Es una reacción al miedo sufrido, a la sensación de pérdida de control y a la vulnerabilidad que se experimenta en este tipo de situaciones tan desagradables, que son situaciones inesperadas e impactantes.
Los síntomas de estrés postraumático que se sufre después de la violación puede incluir:
- Volver a experimentar a través de recuerdos o sueños la agresión sexual
- Evitar estímulos que recuerden el trauma
- Alteraciones de pensamientos y estado de ánimo negativo
- Aumento de la reactividad (ansiedad, hipervigilancia, irritabilidad, etc.)
Si además el agresor sexual está en el entorno de la persona afectada aún es más fácil que muestre signos de trauma (las parejas, personas del trabajo, amigos o familiares, etc). La buena noticia es que las personas que sufren una violación, el 90% es capaz de recuperarse con la ayuda y apoyo adecuado.
Las personas que se recuperan más fácilmente son aquellas que no niegan el trauma, que no lo evitan, ni tampoco evitan pensar o hablar de ello (con un profesional de salud mental apropiado).
Las secuelas de la agresión sexual
La violencia sexual es demasiado común en nuestra sociedad. Según el CDC, casi 1 de cada 5 mujeres en los EE. UU son violadas o atacadas sexualmente en algún momento de sus vidas, a menudo por alguien que conocen y en quien confían.
Esto puede causar daños mucho más allá que los físicos, el dolor psicológico puede ser mayor. Cuando una persona ha sido violada el mundo deja de ser un lugar seguro para él o ella. Dejan de confiar en los demás o en ellos mismos. Las personas que han sufrido una violación se pueden sentir culpables por lo sucedido o sentirse sucio o dañado. Pueden estar luchando contra el trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión.
Las secuelas son todos los síntomas característicos a un trauma. Son sentimientos de impotencia, vergüenza, defecto, culpa, de vivir en una realidad que no es real. Es necesario que la persona afecta busque ayuda para poder superar la violación y poder vivir en armonía consigo mismo/a.
Cómo superar la violación
Reformula lo que te pasó
Será difícil admitir que fuiste violado/a sexualmente, te puede hacer sentir muy mal o incluso, puedes tener miedo a la reacción de los demás. Pero no debes mantenerlo en secreto porque entonces estarás negándote una ayuda que necesitas.
- Acércate a alguien de confianza y cuéntale qué te ha pasado. Es necesario que seas selectivo/a con la persona a quién se lo cuentas. Lo mejor es hacer con una persona que sea comprensiva, empática y calmada. Si no tienes a nadie de confianza habla con un profesional o llama al 016.
- No te sientas solo/a. Es posible que te sientas impotente y vulnerable. Recuerda que eres fuerte y que tienes habilidades para afrontarlo. Solo tienes que encontrar las estrategias adecuadas. Para recuperar el sentido de poder ayuda a los demás. También puedes buscar ayuda en grupos de apoyo para víctimas de agresiones sexuales.
- El culpable es el violador, tú no tienes que sentir mal porque no detuviste el asalto o porque confiaste en quien no debías.
Tendrás que enfrentarte a recuerdos molestos
Cuando se pasa por un hecho muy estresante, el cuerpo se queda un tiempo en el modo de lucha o huída... cuando la amenaza ha pasado el cuerpo se calma, pero las experiencias traumáticas pueden hacer que el sistema nervioso se quede estancado en un estado de alerta máximo. Los recuerdos, pesadillas y pensamientos intrusivos pueden ser demasiado frecuentes.
Para evitar los pensamientos intrusivos o recuerdos molestos:
- Intenta anticiparte y prepararte para los factores desencadenantes.
- Presta atención a las señales de peligro que tu cuerpo te dice.
- Aprende técnicas para relajarte en cualquier momento.
- Recuerda que los pensamientos están en tu mente, no es la realidad actual.
- Vive el presente e intenta conectar contigo y con tu entorno más cercano.
Conecta contigo de nuevo
Tu sistema nervioso está en un estado de hipersensibilidad y es necesario que empieces a hacer cosas para evitar cualquier asociación con el trauma. Poco a poco podrás apagar las sensaciones desagradables y aprender a sentir alegría de nuevo. No te desconectes emocionalmente, debes sentirte vivo/a.
Puede ser aterrador volver a estar en contacto con tu cuerpo y tus sentimientos después de un trauma sexual. En muchos sentidos, la violación puede hacer que sientas que tu cuerpo es tu enemigo porque está 'contaminado'. Además enfrentarse con los sentimientos que produce la violación también puede dar bastante miedo. Conecta con tu cuerpo y con tus sentimientos de nuevo. Los recuerdos no son la realidad, pero tu cuerpo y tu mente sí están en el presente y debes cuidarlos para que de esta manera, puedas volver a conectar contigo. Puedes hacerte masajes, meditar... y sobretodo, no dejes de la lado la ayuda profesional y sus pautas.