Una vez han pasado las primeras semanas tras la decisión del divorcio y tras haber empezado a superar y a controlar la parte práctica del mismo, es probable que nos vengan a nuestra mente sentimientos encontrados en apariencia contradictorios, y otras veces ilusorios. Lo principal para evitar caer en errores que luego podemos lamentar es identificarlos y ser conscientes realmente de lo que queremos para nuestra nueva vida, sin dejarnos llevar por sentimientos de venganza, de abandono o por ?consejos? de amigos y allegados.
¿Esperar una posible reconciliación?
Puede que surja la tentación, y más si no has sido tú quien tomó la decisión de divorciarte, de pensar que si esperamos pacientemente a nuestra (hasta hace poco) pareja, pasado un tiempo y viéndose sola, ésta recapacitará y volverá a nuestros brazos.
Está claro que es una posibilidad que puede darse, sin embargo, la experiencia nos muestra muchos casos en los que cuando alguien rompe una relación estable como es un matrimonio es porque ya ha sopesado los pros y contras y quiere comenzar una nueva vida, bien en solitario o con nueva compañía y rara vez vuelve con la antigua pareja.
No te estanques y quedes atrapado en las miserias de una relación que ya no existe
Aquí la cuestión es que tu pareja, tras el divorcio y pasado el tiempo de duelo inicial, consiga superarlo creciendo como persona y haciéndose más fuerte, que es lo deseable, pero en cambio tú te estanques y quedes atrapado en las miserias de una relación que ya no existe y que no volverá.
Buscar una nueva relación
La vida está llena de misterios y nunca se sabe cuándo ni dónde aparecerá un nuevo amor en nuestro camino. Pero es distinto a salir a buscarlo desesperadamente, como si fuera una competición. Seguramente encontrarás a alguien, pero ten presente que quizá empieces una nueva relación simplemente por despecho, por darle en los morros a tu ex demostrando que ya pasaste página y que te has recuperado. Y cuando lo hayas hecho y veas que esa pequeña ?venganza? no ha hecho mucho efecto en la otra persona, es probable que te sientas peor y veas a tu nueva pareja de otra forma.
¿Te gustaría ser la nueva pareja "recambio" de un recién salido de un divorcio todavía fresco? Seguramente no, pues a tu nueva pareja tampoco. Y lo más fácil es que si empiezas una nueva relación, cuando todavía te quedan por resolver varios problemas emotivos y complicaciones no resueltas, traspases todo esto a la misma y la conviertas en la continuación de un infierno que no se apagó del todo, con el fracaso que eso puede conllevar.