Cuando una pareja toma la decisión de divorciarse ha de estar muy segura debido a que se encuentra en una situación de no retorno. Además, debe valorar hasta qué punto conviene a cada cónyuge una ruptura legal que nos desligue definitivamente de quien hasta este momento ha sido la persona con la que hemos compartido nuestra vida. Está claro que la decisión tiene que estar muy pensada y sopesada, puesto que el cambio va a ser completamente radical.
Existen parejas, principalmente matrimonios de cierta edad que llevan muchos años casados, cuya relación no les hace felices y que dista mucho de ser un unión perfectamente engrasada con el paso de los años. Hay muchas personas que celebran con felicidad incluso sus bodas de oro a pesar de haber estado tantas décadas juntos y esto se debe a que todavía el amor no se ha apagado entre ellos.
En otros casos la rutina, el desapego, las infidelidades o los cambios que se experimentan a lo largo de nuestra vida han hecho una mella irreparable en nuestra historia. Llegados a este punto no son pocos los que deciden poner punto final y seguir adelante, aunque no siempre es tan fácil tomar la decisión con la que se cambiará la vida. Hay veces que, depende de lo que suceda en el matrimonio, se puede perdonar y seguir adelante, pero otras veces no tiene remedio y lo mejor es tomar caminos separados.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de pedir el divorcio
Son muchos los aspectos que se pueden tener en cuenta si la persona se está planteando pedir el divorcio a su pareja desde hace años. No hay que echarse para atrás si la decisión está tomada pero hay ciertas cosas que se deben tener en cuenta a la hora de dar el paso definitivo.
- En primer lugar hay que valorar las circunstancias familiares, pues cuando hay hijos de por medio se deben tener en cuenta sus sentimientos, aunque sin olvidarnos de los nuestros. Lo cierto es que hay muchos matrimonios que 'aguantan' por sus hijos, pero esto tampoco es acertado. En los matrimonios se debe luchar por ser feliz y, aunque los hijos vayan a sufrir un gran cambio, es mejor que vean cómo sus padres rehacen las vidas antes que haya constante tensión en su casa.
- Por otro lado las condiciones económicas también pueden frenarnos a la hora de firmar los papeles de disolución matrimonial, y es que cuando la crisis económica golpea al núcleo familiar será muy difícil que uno de los dos se cambie de domicilio, y más aún si hay que pasar pensión de manutención; así, este freno puede ayudar a que redescubramos a nuestra pareja y quizás nos demos cuenta de que aún no es demasiado tarde.
- No se puede olvidar también que el amor y la pasión se van tarde o temprano, por lo que es probable que una pareja que cumpla varias décadas de amor siga enamorada como el primer día, pero también lo es que más que un amante, tengas al lado a un amigo, a un compañero y testigo de tu vida con el que has compartido tus momentos más importantes. A la hora de tomar la decisión definitiva hay que tener esto muy en cuenta, sopesar si compensa tener a una persona a tu lado con la que más que amor exista amistad y cariño.
El recuerdo de los buenos momentos
Cuando afloran los problemas debemos echar la vista atrás y recordar qué nos enamoró de nuestra pareja, y de qué forma fuimos felices un día, porque ahí puede estar la clave para que nuestro amor resucite. Si el amor no vuelve, recuerda que la persona a la que tienes al lado te ha dado los mejores años de su vida, y el cariño, la compañía, la lealtad y el respeto pueden ser los sentimientos que vayan contigo a partir de entonces.
No debemos renunciar al divorcio, que es una opción que existe para todos los matrimonios, desde los que acaban de pasar por el altar, hasta para los que ya no recuerdan dónde guardan los retratos de boda, pero sí tenemos que asegurarnos que es realmente lo que necesitamos y lo mejor para todos, pues a veces el divorcio no es la solución a nuestros problemas. Esta decisión tiene que estar muy sopesada y pensada, teniendo en cuenta la situación personal de la pareja a la que se quiere dejar y demás. También es verdad que no se pueden dejar a un lado los verdaderos sentimientos y, si tienes claro que te quieres divorciar, debes ser un poco egoísta y dar el paso que va a cambiar tu vida.