Divorciarse de la persona con la que has pasado momentos importantes de tu vida, siempre es algo difícil. Pero no toda la complicación queda en la decisión de tramitar la separación, sino que desde este momento comienza un largo camino y con unas grandes minutas para los abogados, para finalmente poder certificar que se ha producido el divorcio. Aquí encontrarás unas orientaciones sobre aquellas etapas legales con las que cuenta el proceso del divorcio, así como el dinero que se debe invertir en la separación.
El divorcio supone un proceso legal muy complejo, que en ocasiones puede resolverse con total facilidad y ligereza o por el contrario puede prorrogarse durante años. De esta manera, lo principal a la hora de comenzar una separación es que el interesado en iniciar el proceso contrate a un abogado. Un factor a tener en cuenta en esta elección son sus minutas, ya que de por sí el trámite es algo costoso, y pesa aún más en época de crisis. Este abogado será el encargado de redactar la petición del divorcio, en la que no solo se comunica el interés por comenzar el proceso, sino también los términos bajo los que la persona desea establecer la situación económica, la custodia de los hijos (en el caso que los hubiera) u otros asuntos que resulten relevantes en relación al divorcio.
De este modo, una vez que el abogado de la persona que solicita la separación redacta la petición, es llevada a la corte, que será la que se asegurará tanto de que haya llegado como de que haya sido entregada a la otra parte para su conocimiento, junto con un citatorio que el otro componente de la pareja deberá responder en un plazo aproximadamente de tres semanas. Mediante esta respuesta por parte del citado a la corte, se puede saber si se está o no de acuerdo con la petición realizada. En el caso de que no responda, la corte asumirá que la persona que ha sido citada está de acuerdo con los términos que se han impuesto en la petición.
Aportación de documentación e información al proceso de divorcio
La siguiente etapa del proceso estará marcada por la presentación por ambas partes de documentos e informaciones que certifiquen todos aquellos temas relacionados con propiedades e ingresos. Tras examinar estos documentos, la corte y los interesados en la separación deben decidir cómo se reparten los bienes que hasta ese momento han compartido, así como determinar la manutención infantil si existen hijos en la pareja y la respectiva pensión que cada mes debe pasarse.
En algunas ocasiones, la pareja establece de forma voluntaria todos los asuntos relacionados con la separación, y mediante la mediación o el acuerdo se resuelven todas las diferencias que puedan existir en la pareja. En este caso, si la pareja llega a un acuerdo, el documento es mostrado ante el juez en una audiencia informal. Este podrá hacer algunas preguntas y pedirá que las dos partes comprendan y acepten los términos que en él se reflejan.
- Si el juez y la pareja están de acuerdo con todo lo establecido, se generará el acta de divorcio donde se muestra el convenio al que la pareja ha llegado.
- Por el contrario, si el juez no aprueba el documento, o si la pareja no ha llegado a ningún acuerdo, se inicia el juicio, donde los abogados presentarán los términos que cada parte haya exigido y que no se pueda resolver mediante la mediación de la pareja. Estos asuntos pueden ser muy variados, como la manutención infantil, asuntos económicos o la división de bienes. De esta manera, al no haber llegado a un acuerdo, el juez pone solución a todos los temas que no hayan podido resolverse en un acuerdo y otorga el acta de divorcio.
Aunque las dos partes de la pareja pueden apelar a una corte superior toda decisión que el juez haya tomado tras no haberse llegado a un acuerdo, es raro que la corte de apelaciones cambie la decisión que ha tomado el juez.
El tiempo que pasa desde que comienza el proceso hasta el día en el que se genera el acta de divorcio, es muy difícil de establecer, ya que depende de muchos factores, como pueden ser la comparecencia ante el juez de las dos partes de la pareja o si se está o no de acuerdo con los términos que aparecen en la petición y los que decreta el juez en caso de que la mediación no haya dado sus frutos.
Costes de un divorcio
Con respecto al dinero que debe invertirse en el proceso del divorcio puede variar según donde se lleve a cabo o tramite y según el tipo de divorcio que sea. Con la ley de tasas que entró en vigor hace unos meses, los costes de estos trámites aumentaron de manera considerable, y el dinero que había que pagar por divorciarse se situaba en torno a los 300 euros por el simple hecho de realizar una petición de divorcio y en torno a 900 euros si se interpone una apelación. A esto habría que sumarle el dinero correspondiente a las minutas de los abogados y los procuradores e impuestos.
De esta manera, si se trata de un divorcio de mutuo acuerdo que se tramite en un despacho de abogados de manera tradicional, puede tener unos costes de 750 euros más impuestos, sólo por la actividad que lleve a cabo el abogado. Además las minutas de los procuradores, es decir, los costes que sus acciones conllevan, que se sitúan en torno a los 200-250 euros. Si se le desea dar al procurador el poder en el notario en vez de en el juzgado, se tendrá que añadir al coste las minutas del notario, que son entre 30 y 40 euros. Si por el contrario se le da el poder al Juzgado, será gratuito.
En la actualidad se está dando con mayor asiduidad los llamados divorcios express, que piden muchísimos menos requerimientos que el divorcio tradicional, por lo que el proceso se reduce mucho así como su coste, y el divorcio por internet, en asociaciones que incluyen todos los servicios necesarios en los que a abogados y procuradores se refiere, y que tienen unos costes de entre 400 y 450 euros.
Por el contrario, si os encontráis ante un divorcio contencioso, el coste es difícil de estimar, ya que dependen de muchas variables, pero los honorarios de procuradores serían los mismos, así como la la gratuidad del poder en los juzgados. Si se trata de los conocidos divorcios online o express, el dinero que debe invertirse en los tramites se sitúan en torno a los 1.000 euros, donde se incluyen tanto abogados como procuradores.