El trabajo es uno de los lugares en que más personas encuentran pareja. Y eso que algunas llegan a él ya teniendo a ese mismo compañero. Se trata de un espacio en que pasamos muchas horas al cabo del día y es normal que las relaciones se intensifiquen, llegando en algunos casos a adquirir un cariz romántico.
Pero, ¿es recomendable compartir el trabajo con tu pareja? ¿Está bien visto por la propia empresa o los compañeros? ¿ Crees que favorece a vuestra relación pasar tanto tiempo juntos ? ¿Durará el amor para siempre? ¿Es mejor buscar otro empleo?
Si alguna vez has tenido una relación con alguien de la oficina -o siquiera te has planteado tenerla- seguro que te has hecho estas preguntas más de una vez. No siempre tienen una única respuesta, dependen de numerosas variables y de las condiciones de cada uno.
Sin embargo, para ayudarte a tomar una decisión si te encuentras en esta tesitura en Bekia nos hemos parado a pensar sobre las ventajas e inconvenientes de trabajar con tu pareja y a continuación te mostramos las conclusiones.
Compartir muchas horas juntos
El compartir trabajo con tu pareja conlleva compartir muchas horas juntos, comenzando por la jornada laboral. Eso puede suponer que apenas os separéis un momento al cabo del día, si es que vivís juntos, con todo lo que esto lleva parejo. Claro que toda pareja desea estar junta durante todo el tiempo que sea posible, pero también es verdad que cada individuo necesita su espacio propio. Y eso es difícil de conseguir si se comparte casa y oficina.
Resulta muy cómodo tener los mismos horarios, ir juntos a trabajar y salir a la misma hora. Incluso puede ser hasta romántico. Pero también supone que sea difícil separar la relación amorosa de la laboral. Y esto conlleva que los problemas del trabajo os los llevéis a casa y también a la inversa.
Además, en el momento que entablas una relación con alguien del trabajo los compañeros os verán como un pack. Es como si perdieras tu individualidad y todo lo que implique a tu compañero de algún modo también te afecte a ti.
Eso sin contar que existen empresas que prohíben las relaciones entre compañeros de trabajo, para evitar precisamente que las situaciones personales se trasladen a la oficina. Si trabajas en una de estas firmas deberás plantearte si apuestas por esa relación o alguno de los dos debéis empezar a buscar empleo fuera.
Amor surgido en la oficina
De no ser así será decisión vuestra qué hacer con vuestra relación, que puede haber nacido en el trabajo o ser de antes. Son casos diferentes, porque en el primer caso es el "roce" laboral el que os ha acercado dando pie a una relación romántica.
Cuando ocurre así ya sabes cómo se comporta tu compañero en el trabajo y la oficina estará presente en tu relación de pareja porque es algo que ya existía antes. Puede ser incluso de lo más romántico y apasionante si empezáis vuestra relación en secreto, no queréis os descubran los compañeros y debéis disimular vuestro amor durante el horario laboral.
Las cosas cambian cuando la relación ya existía antes de que coincidierais en el mismo espacio de trabajo. No se trata de un secreto, todo el mundo sabe que estáis juntos y eso incluso puede ser una desventaja para el que llega nuevo, al que se asociarán cosas del que ya trabajaba allí.
En ese caso poco se pierde el romanticismo y lo que hay es una mayor presencia del trabajo en la vida hogareña. Las conversaciones sobre los problemas de la oficina, los proyectos existentes o las dificultades se incrementarán sobre manera y os costará mucho diferenciar un espacio del otro. Se puede conseguir, sobre todo si es un objetivo que os marcáis desde el primer momento.
Misma empresa, distinta oficina
Cuando no funciona trabajar con tu pareja y son más los problemas que esto conlleva que los beneficios es el momento de tomar una decisión y pensándolo fríamente lo mejor es que uno de los dos busque otro empleo. Pero puede sonar algo radical, especialmente si ambos están contentos con el que tienen ahora y ninguno quiere renunciar a él.
En esa situación, siempre que sea posible, lo mejor es pedir un cambio de departamento. Puedes seguir compartiendo trabajo con tu pareja, pero no hace falta que os estéis viendo durante toda la jornada laboral. Si no estáis tan 'encima del otro' continuamente vuestra relación de pareja saldrá afianzada, tendréis qué contaros al llegar a casa del trabajo, viviréis experiencias diferentes y siempre estaréis cerca el uno del otro, lo suficiente como poder recurrir a tu compañero cuando sea necesario.
De compartir trabajo con tu pareja es la mejor de las posibilidades. Una que os brinde la oportunidad de quedarte con lo mejor de ir a la misma oficina: hacer juntos el trayecto, trabajar en el mismo horario y conocer su trabajo y a sus compañeros. Pero al no compartir espacio físico os libraréis de compartir problemas, de llevaros los malos rollos del trabajo a casa (o viceversa) y de que todo el mundo os vea como un pack.
¿Y si hay ruptura?
El hecho de no estar en la misma oficina también es una ventaja a la hora de afrontar una posible ruptura de vuestra relación. Es algo que has de tener en cuenta. Por muy bien que os vayan las cosas el fracaso de la relación es el principal temor que existe a la hora de iniciar algo con alguien con el que compartes trabajo.
Si trabajáis en el mismo lugar las tensiones serán inevitables, aunque haya sido una ruptura mutua o el amor que os profesabais se haya esfumado. Incluso pueden llegar a formarse bandos en la oficina y esto hará que los problemas se incrementen derivando en una situación que puede llegar a ser insostenible y derive con la salida de un miembro de la pareja -o de los dos- y la búsqueda de un nuevo empleo.
Cuando se da una ruptura en dos personas de la misma empresa pero de distinto departamento la situación es mucho más llevadera. Es probable que os encontréis, pero con menos frecuencia, e incluso cabe la posibilidad de que no tengáis siquiera que interactuar, lo que será un alivio, especialmente cuando el amor regrese a la vida de uno de los dos.