Las relaciones de pareja son imprevisibles. Nadie puede controlar de quién se enamora, y aunque lo normal es que las personas acaben emparejadas con otra de su mismo país y de su misma cultura, cada vez se producen más casos de parejas formadas por miembros de diferentes países.
Hay gente a la que le parece positivo que las dos personas sean de distinto país y disfruten de la distancia, mientras que a otras les parece más lógico es que los dos miembros que están en una relación vivan su amor dentro de las mismas fronteras para facilitar todo.
Una persona que sea extranjera en la pareja puede traer cosas positivas para la relación, pero también puede venir acompañado de una serie de problemas que a medida que va avanzando la unión se pueden ir complicando y llegar a afectar cuando estén casados.
Como en toda relación de pareja, todo se va volviendo más serio y más formal con el paso de los años. Primero llega el momento de casarse para convertirse en marido y mujer y, posteriormente, serán los hijos los que llegarán al núcleo familiar.
Lo bueno del amor es que puede superar cualquier problema, aunque cuando la pareja está formada por dos personas de distintos países, es decir, una relación entre miembros extranjeros, los pequeños contratiempos se convierten en grandes inconvenientes.
Ventajas
La distancia en una relación puede parecer que solo tiene desventajas, pero también tiene una serie de cosas buenas que hace que la pareja crezca mucho más que cualquier otra, siempre y cuando los dos miembros lleven bien los kilómetros que les separan.
La primera ventaja es aprender un nuevo idioma y perfeccionar otro, ya que lo normal es comunicarse al principio en un segundo idioma como puede ser el inglés y, posteriormente, se aprende el idioma nativo de la pareja con el objetivo de comunicarse mejor.
El aprendizaje de idiomas es algo bueno, tanto a nivel personal como profesional, y en el caso de interactuar con el otro miembro de la relación se convierte en una obligación, por lo que se hará todo lo posible para que la comunicación sea perfecta en un entorno de amor y felicidad.
La cultura del miembro extranjero es otro de los puntos fuertes de mantener una relación con una persona que no vive dentro de nuestras fronteras. Este hecho enriquece a ambas personas, que aprender otros estilos de vida, otros ritmos y otra gastronomía.
A las personas a las que le guste viajar y moverse por el mundo les vendrá muy bien que su relación sea con un extranjero, ya que el número de viajes se incrementa considerablemente para verse. De esta forma, se puede conocer el país del otro miembro de la relación de arriba a abajo.
Otro punto a favor de las relaciones a distancia es la pasión, que aumenta en estos casos. Esto se produce al no tener a la otra persona cerca todos los días por lo que se acumulan los deseos de verse y esa pasión se desata cuando las dos partes de la relación se juntan.
Desventajas
Al igual que hay una serie de puntos positivos a la hora de salir con un extranjero, también hay unos inconvenientes que pueden provocar que la relación acabe en un periodo corto de tiempo, ya que no todos pueden soportar estas circunstancias.
En primer lugar hay que tener en cuenta que la distancia puede ser un factor muy importante y que la mayoría de las citas serán a través de las videollamadas. Esto provoca que no exista una regularidad, que no se genere una convivencia y que sea más complicado avanzar como pareja.
Los kilómetros que hay entre un miembro y otro retrasa los habituales planes de pareja como convertirse en marido y mujer o, por ejemplo, plantearse la posibilidad de tener hijos salvo que uno de los dos decida irse a vivir al país del otro.
El segundo inconveniente es la difícil decisión de elegir un lugar de residencia ya que los dos suelen querer vivir en su país y suele generar numerosos problemas decidirse. Este paso suele ser el punto y final de muchas relaciones.
Superada esta fase de la relación, el siguiente problema suele venir marcado por la religión dominante en la relación en el caso de que difieran. Normalmente se suele aceptar como dominante la del país de residencia de la pareja. Esto va relacionado con la educación que se les va a dar a los hijos así como la nacionalidad de los mismos, otro de los temas difíciles en una relación.
Por otra parte, la boda es otro de los puntos en contra ya que es otra decisión en la que hay que tener en cuenta el país en el que se celebra el evento. Cualquier elección va a provocar que la mitad de la familia tenga que recorrer muchos kilómetros y buscar un alojamiento. Convertirse en marido y mujer no es tarea fácil.
El idioma puede ser un arma de doble filo ya que es una ventaja pero también un inconveniente que provoque problemas. Al no ser la lengua materna de uno de los miembros de la relación, puede provocar una sensación de frustración en muchos casos que lleve a una crisis de pareja.
La cultura de la pareja extranjera, que más tarde puede ser la de los hijos, también puede jugar una mala pasada porque hay tradiciones o costumbres que son opuestas y se produce un choque cultural entre ambos que puede llevar a problemas. Tradiciones, religión, horarios o la forma de entender la relación, entre otras cosas.
Por último, las relaciones con la familia de la pareja son complicadas, sobre todo al principio, porque habrá que conocer su idioma a la perfección y sus costumbres a la hora de sentarse con ellos para mantener una conversación.