Casarse no está en los planes de todas las parejas. Unirse a alguien para siempre ya no es un paso obligatorio en la vida. Los convencionalismos y el compromiso han quedado en un segundo plano. No solo eso, sino que una boda no está a mano de cualquier bolsillo. Pasar por el altar o por el juzgado es muy caro y romper la alianza mucho más. Es una decisión importante, ya que no todos están dispuestos a cumplir la frase de "hasta que la muerte os separe".
Quizás estas sean algunas de las razones por las que las parejas deciden saltarse este paso y pasar directamente al siguiente: crear una familia. Según las últimas encuestas, el matrimonio está decayendo y las parejas con hijos van ganando la partida. Es cierto que una boda no es barata y conlleva más de un dolor de cabeza o incluso la ruptura, en casos extremos.
Sin embargo, no tener el papel de casados puede meternos en más de un problema, sobre todo con hacienda. Por si esto no fuese una razón de peso, después vienen las ventajas educativas y sanitarias. Ah, y no menos importante, el libro de familia, ese documento que nos hace descuentos hasta para apuntarnos al gimnasio.
Aunque casarse nos cueste más de un riñón, a la hora de tener hijos nos puede evitar más de un susto ¿o no? Comprobemos las ventajas y desventajas que trae tener hijos sin pasar por el altar o el juzgado. Algunas veces ahorrarte un par de euros puede hacerte fan de los convencionalismos: elegir el vestido de novia, el sitio, el banquete y las tarjetas de los invitados.
Ventajas de tener hijos sin estar casados
- Formar una familia sin ser pareja de hecho no está demonizado en la actualidad. Gracias a los avances y el cambio de mentalidad de la sociedad, tener hijos fuera del matrimonio se considera como una situación habitual. Es lo mismo que ocurre con las madres solteras, mujeres que en otra época sufrían rechazo social y político. Este hecho es una gran ventaja, puesto que antes estaba "mal visto" que una pareja decidiese tener un miembro más sin ponerse los anillos de compromiso.
- El descenso de los matrimonios también se debe a un aumento de las parejas de hecho. La diferencia entre un matrimonio y una pareja de hecho es que la segunda es una unión libre, pública y estable de dos personas con independencia de su orientación sexual. No están sujetos a los derechos que supone ponerse el anillo de casados. De hecho, en algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha, todavía no hay una ley específica para las parejas de hecho.
- En cuanto a la legalidad, la propia Constitución Española reconoce, en su artículo 39, la igualdad de los hijos sea cual sea el estado civil de los padres. Lo verdaderamente importante es la existencia de los vínculos paterno-filiales, o al menos un núcleo de convivencia parental. Es decir, que los derechos y los valores de la familia están siempre presente, sea haya pasado o no por el altar.
- Muchas parejas también deciden huir de la formalidad de una boda por el simple pensamiento de ganar libertad y huir del papeleo. Debido a la disminución de matrimonios, la ley apuesta por dar amparo legal a la convivencia antes que al matrimonio. La pareja con hijos no tiene las ataduras que supone un anillo de compromiso, ni tienen que enfrentarse al grueso de la legalidad.
Desventajas de tener hijos sin estar casados
- Sin embargo, a la hora de la verdad, las desventajas que se presentan, tanto por el lado de la legalidad como por la pareja de hecho, son varias. Una boda significa compromiso, unirse a una persona siempre, aunque en España un matrimonio puede disolverse tres meses después de la unión. Al fin y al cabo, el matrimonio no deja de ser un contrato, inscrito en el Registro Civil, que deja patente la unión de dos personas.
- Entre las desventajas que trae el matrimonio aparecen las tributarias. A la hora de hacer la declaración de la renta, existe la posibilidad de hacerla conjunta en el IRPF. Así mismo, conseguimos derechos a la herencia o la pensión de la viudedad, en el caso de que uno de la pareja muera. Ya lo dice la frase: "Hasta que la muerte nos separe". Estar comprometidos implica que la unión hasta el fallecimiento. Las herencias, el impuesto de sucesiones o la pensión de la viudedad solo está disponible una vez que se firme el papel en el Ayuntamiento. Y es que esos beneficios fiscales no solo son para los padres, sino también para los hijos. Por su parte, la seguridad social también pone su granito de arena. Si la pareja está casada, solo se necesita que uno de con cónyuges trabaje para que el otro tenga derecho como beneficiario.
- Una parte de la que no se libra nadie, ni un matrimonio ni una pareja de hecho, es la separación de bienes. Es una parte que viene adherida a la legalidad de la unión de los cónyuges. En el caso de que dos personas decidan poner punto final a su relación, hay que repartir los bienes. Un hijo es para toda la vida, es el fruto de, a priori, una decisión importante y que no debe tomarse a la ligera. El procedimiento que habría que seguir en un lado o en otro es el mismo.
En definitiva, parece que una boda se ha convertido más en un proceso legislativo que en una cuestión de sentimientos. Las emociones ya vienen de atrás, desde el momento en que dos personas se conocen, conviven y deciden tener un hijo. La familia viene de antes, organizar una fiesta, comprarse un vestido o un traje y preparar un banquete depende del gusto, ideología y bolsillo de la pareja.