Las segundas citas pueden ser una oportunidad para corregir los errores que cometiste en la primera. Quizá después de tu primera cita, al llegar a casa te echaste las manos a la cabeza pensando en todas las cosas que no deberías haber dicho o hecho. Posiblemente tu cita pensase que no eras de este planeta. Pero ante tu sorpresa, tu teléfono sonó de nuevo y esa persona te pidió o aceptó una segunda cita... ¡Es tu oportunidad para demostrar todo lo que vales!
Así que si piensas que en la primera cita comestible algunos errores que no van contigo ni con tu persona, no te preocupes... porque la segunda cita es una oportunidad para demostrar lo que realmente y para sanar esos errores que tuviste la primera vez.
Llegar tarde
No hay nada que moleste más que la impresión de que la otra persona no respeta tu tiempo y llega tarde a la cita. Si hiciste eso, aunque tuvieses una excusa realmente buena, no lo vuelvas a hacer. Llegar tarde además de dar una mala imagen de ti, también puede generar malestar en la otra persona.
Si la primera vez llegaste tarde por el motivo que sea, en esta cita es mejor que no solo seas puntual, sino que deberás llegar 10 minutos antes para asegurarte de que estás en el momento indicado y que así, cuando tu cita se acerque te vea en el lugar donde habéis quedado.
Haber mirado el móvil más de la cuenta
Cuando tengas una cita, lo último que debes hacer es atender más a tu teléfono que a la cita que tienes delante. Si empiezas a mirar las redes sociales o a comprobar tu móvil una y otra vez, aunque sea por culpa de los nervios... estarás mostrando que la cita no te importa y que quieres desconectar del lugar. No es buena idea que lo hagas, así que la mejor forma de evitarlo es dejar el móvil guardado en tu bolsillo y mirar la hora en tu reloj en caso de que necesites saber el tiempo que ha pasado.
Parece que la sociedad tiene un problema de adicción con el uso de los teléfonos móviles. No hay nada más grosero que mirar el teléfono cuando tienes a una persona delante tuya hablándote. Recuerda esto en tu segunda cita y no vuelvas a hacerlo si quieres tener una tercera.
Ser demasiado negativo
Quizá hayas sido demasiado negativo sin darte cuenta o has hablado sobre aspectos de ti o de tu pasado de los que no te sientes del todo orgulloso/a. Es posible que hayas hablado más de cosas negativas y no hayas sido la persona positiva que normalmente te gusta ser. Esto en una primera cita
es un error, por lo que en esta segunda cita apuesta por ser más positivo/a y que tu cita piense que eres una persona más optimista. A nadie le gusta estar cerca de pesimistas que lo ven todo oscuro.
Piénsalo bien, ¿te gustaría salir con una persona sarcástica o que lo ve todo negativo a cada momento? Lo más probable es que tu respuesta sea que no.
No dejar hablar a la otra persona
No dejar hablar a la otra persona y además, hablar solo de ti. Esto puede resultar grosero e incómodo para tu cita. Aunque sea la mejor persona escuchando a otros y aconsejando en la vida de los demás, si estáis en una cita es porque ambos debéis tener la oportunidad de hablar el uno del otro y así, poder conoceros.
Si solo hablas tú, no le estarás dejando hablar sobre su persona y tampoco tendrás la oportunidad de conocerla. Aunque tu cita sí tendrá algo claro de ti: eres una persona egocéntrica y no te importa que los demás lo piensen. No respondas solo a las preguntas que te hace, cuando lo hagas, acaba con una pregunta para que tu cita pueda responderte hablando sobre su vida. Si esto no lo haces, tu cita se sentirá que no le estás prestando la atención que merece.
Si en tu primera cita hablaste demasiado de ti, quizá por los nervios... en esta segunda cita deberás darle prioridad a que la otra persona te cuente cosas sobre su vida y que de esta manera puedas conocer más sobre quién es y si realmente os interesáis mutuamente. No quieras impresionar más de la cuenta, simplemente céntrate en conocer y descubrir a la persona que tienes delante.
Hablar de tu ex
Quizá en tu primera cita hablaste demasiado de tu ex porque es una ruptura reciente o porque le tienes demasiado presente en tu mente. Sea como sea, cuando estás conociendo a otra persona y que quizá pueda ser un candidato/a para una relación, no es muy apropiado hablar del ex a no ser que sea para decir algo puntual. Si te pasas hablando de tu ex, pensará que no le has olvidado y que no estás preparado/a para seguir conociendo a otra persona de forma sentimental.
Lo ideal es que a menos que te pregunte directamente, evites hablar de tu ex demasiado. Esto solo mostrará que no has avanzado en tu vida y que sigues estancado/a. Si te pregunta algo sobre tu ex, lo mejor es que seas lo más breve posible y que educadamente, cambies de tema.
Comportarte de forma grosera
No hablar correctamente, contestar mal a las personas que te atienden en un restaurante, mostrar irritabilidad u hostilidad hacia otras personas, etc. Son comportamientos que generan mucho malestar para la persona que está contigo. Si en tu primera cita no fuiste capaz de controlar estos impulsos negativos, hazte un favor a ti y al resto de la sociedad y controla ese mal genio.
Si tuviste un mal comportamiento en la primera cita primero pide disculpas a tu cita y dile que no volverá a pasar. Y que no vuelva a pasar. Si en la segunda cita un camarero os atiende de malos modos dile a la persona que está contigo que consideras inaceptable el servicio y que pondrás una hoja de reclamaciones. Si tu cita siente incómodo o incómoda ante esta situación lo mejor es que lo dejes pasar.
Estos son algunos comportamientos que quizá tuviste en la primera cita y que sin duda son errores. Lo ideal es que si tienes la oportunidad de tener una segunda cita, puedas arreglar estos errores teniendo un mejor comportamiento.