En muchas ocasiones, por mucho que una pareja se quiera no lo tiene nada fácil para sacar adelante su relación. En la mayor parte de estos casos, los problemas vienen por las discusiones que provoca el fuerte carácter que tienen ambas personas. Muchas veces, esto supone un obstáculo para progresar como pareja dando pasos que, después de transcurrido un tiempo, son casi obligatorios para que la relación se vaya afianzando. Uno de estos es vivir juntos.
La convivencia es uno de los pasos más importantes que da una pareja cuando quiere avanzar en su relación. Por ello, han de estar las dos personas listas ya que se trata de un cambio muy grande de afrontar. Por ello, ésta tiene que ser una decisión muy meditada y en la que las dos personas que conforman la pareja estén de acuerdo para que ninguno se sienta obligado.
Formas de irte a vivir con tu pareja
Son varias las maneras en las que puedes marcharte a vivir con tu pareja, teniendo en cuenta distintos aspectos en vuestra manera de vivir.
Ir a casa de tu novio
Esta circunstancia se da cuando es tu novio el que ya vive independizado y tú te vas a vivir con él. En este caso es importante que él no te vea como una extraña en su propia casa. Para ello, deberás ir adaptándote poco a poco a medida que él lo vaya haciendo. Intenta no ir demasiado deprisa ya que eso sólo conllevará discusiones y problemas. Si él te ha invitado a ir a vivir con él es porque quiere, pero eso no quiere decir que no necesite de una adaptación.
Tu novio viene a vivir a tu casa3>
Se puede dar también la circunstancia contraria. En este caso, deberás ser tú la que invite a tu novio a vivir contigo porque crees que ya es el momento de dar ese paso. Por mucho que sea tu casa, tienes que pensar que ahora has decidido compartirla con él y no deberías hacerle sentir que está en el lugar que no le corresponde. Para ello, has de hacerle partícipe de tu casa. Incluye elementos decorativos que a él le gusten, fotos de los dos... Todo lo que consideres que es necesario para crear el clima perfecto, y sin problemas, para una perfecta convivencia.
Ir a vivir con tu novio de alquiler
Esta forma, en principio, es la más justa para ambos componentes de la pareja. Cuando decidís empezar vuestra convivencia en un piso de alquiler, aunque puedan aparecer problemas por las discusiones provocadas por vuestro carácter, siempre estáis a tiempo de abandonar esta decisión sin que suponga una carga. Un contrato de alquiler no implica una relación permanente, y que no tiene que tener una vigencia eterna. Por ello, esta es una opción para aquellas personas que no saben si podrán llegar a convivir con su pareja. Por lo tanto, opta, en primer lugar, por irse a vivir de alquiler a modo de prueba.
Comprar un piso con tu pareja
Esta opción es la más arriesgada, sobre todo si, aunque quieras mucho a tu pareja, las discusiones y los problemas están a la orden del día. Comprar un piso implica, aparte de un desembolso económico, una implicación mayor ya que no es tan fácil echarse atrás si las cosas salen mal. Optar por esta opción cuando hay problemas en la relación es muy arriesgado porque no se sabe cuánto va a poder dar de sí vuestro amor. Elegid comprar un piso siempre y cuando estéis seguros de que vais a poder sacar adelante los problemas que entorpecen vuestra relación.
¿Qué puedo hacer para mejorar la convivencia con mi pareja?
Antes de nada, es necesario que sepáis identificar los problemas que están afectando a vuestra relación. Para ello, deberéis estar seguros del amor que sentís el uno por el otro ya que, de lo contrario, sería absurdo buscar avanzar en una relación a la que, ni vosotros mismos, veis futuro alguno por la falta de optimismo.
No discutir por todo
Muchas veces, las discusiones son completamente evitables. Son producto del choque de dos personas con carácter que, aunque se quieran mucho, no dan su brazo a torcer de manera tan fácil. Por ello, será necesario controlar ese carácter para que no salga a relucir cada vez que algo no nos gusta. Es necesario hacer un ejercicio de reflexión previo a la discusión en el que podréis ver si realmente es un tema tan importante por el que merezca la pena llegar a ese punto.
Aceptar al otro tal y como es
Muchas de las discusiones vienen provocadas por una falta de comprensión y empatía hacia la otra persona. Este ejercicio es muy importante para que la convivencia sea buena. Tienes que entender que, al igual que tú tienes peculiaridades, la otra persona también las tiene y, al final, son las que definen su personalidad. Debes aprender a convivir con esas diferencias y nunca busques implantar tu forma de ver la vida a tu pareja, ya que no es justo para la otra persona.
No te olvides de que es tu compañero de vida
En muchas ocasiones, nos olvidamos de que esa persona que vive con nosotros es la que hemos escogido para vivir toda nuestra vida. Por ello, disfruta de ella de igual manera que debes disfrutar de tu vida. Aprovecha la suerte de estar acompañado de alguien y dedica el tiempo a pasarlo bien y menos a discutir. Al final, el amor que hay entre vosotros hará que cada momento juntos tenga un toque mágico.
No tengas miedo a dar marcha atrás
Siempre es mejor acabar en el momento adecuado que alargar algo de manera innecesaria. Es decir, en el caso de que la convivencia esté acabando con vuestro amor y vuestra relación de pareja, no dejes que llegue hasta el punto en el que no os podáis ni ver. Por eso mismo, por el amor que sentís el uno por el otro, deberás saber cuándo ha llegado el momento de interrumpir la convivencia para que los problemas no terminen por llevaros por delante. Siempre será mejor que la relación termine con un bonito recuerdo que con los dos agotados después de tantas discusiones.