Fuera tópicos. San Valentín está a la vuelta de la esquina, como cada año desde que esta tradición se asentara en España allá por mediados del Siglo XX, los grandes almacenes, las perfumerías, las joyerías... todos están esperando a que vayas a comprar el regalo para tu pareja. ¿Una colonia? ¿Un anillo, pulsera o colgante? ¿Flores? Como decimos, fuera tópicos. Si de verdad quieres sorprender a tu pareja tienes que salir de lo común, de lo de siempre. Y, ¿por qué no hacer algún plan arriesgado para vivir San Valentín a tope?
Cada vez está más asentada la moda de deportes de riesgo. Lo que antes eran actividades relegadas a muy pocos 'locos' ahora se destinan a muchísimos 'aventureros' en busca de un poco de adrenalina. Las ventajas de regalar aventura, riesgo, emoción, adrenalina... en San Valentín son muchas. La primera de ellas, como ya lo hemos ido avanzando, es sorprender. Alejándote de los tópicos conseguirás, como mínimo, sacarle una sonrisa a tu pareja. Además, sumáis experiencias juntos, tanto para bien como para mal, en caso de que la actividad no vaya por los derroteros esperados- cosa que es fundamental para la pareja: escribir historias juntos. Además, podréis seguir ampliando vuestro álbum de fotos haciendo algo diferente, sorprendentes y con paisajes alucinantes, para poder dar envidia a vuestros amigos.
Así pues, lo primero habrá que elegir entre los diferentes formatos de actividades: en el agua, en el aire, en el monte, en el bosque... Eso ya dependerá de los gustos que tengáis tu pareja y tú. Allá vamos con algunas ideas.
¿Miedo a las alturas?
Cuidado: abstenerse de este tipo de planes aquellos cuyas parejas tengan un miedo considerable a las alturas. Partiendo de esta recomendación, las actividades en altura suelen ser las que más adrenalina provocan. Dejarse caer desde una avioneta a 5000 metros de altura con la sola seguridad de una tela enorme llamada paracaídas... a tu novio/a, o le amas o le matas. Esa operación doble, ese binomio de incertidumbre es lo que más mola de este tipo de planes.
Paracaidismo
Ya lo hemos citado, el paracaidismo es uno de los más comunes entre los deportes de riesgo en altura. En tándem, imagino, a no ser que seas un profesional del paracaídas y lo hayas hecho más veces. Tu pareja y tú saltaréis con un especialista cada uno. Os dejarán caer de la avioneta a entre 5000 y 2500 metros de altura y el paracaídas se abrirá a unos 1500 metros sobre la tierra. Eso significa que será una caída libre de entre 25 y 75 segundos y un 'planeo' en paracaídas de unos 5 o 10 minutos. Un chute de adrenalina inicial para después vivir la tranquilidad de un ligero descenso sobre el globo terráqueo. Además, ahora se hacen unos vídeos fantásticos con las típicas 'Go-Pro'.
Puenting
Otro de los planes en altura más comunes es el puenting. Puenting o bungee jumping, una actividad muy similar a la 'tradicional' aunque con algunas diferencias. En base, las dos suponen un salto al vacío atado a unas cuerdas y sujeto por un arnés pero la diferencia radica en las oscilaciones: en el puenting se producen de manera horizontal, como el péndulo de un reloj más o menos, mientras que en el bungee jumping son oscilaciones verticales, en facto, un rebote. Descarga toda la adrenalina en una actividad que dura segundos pero que se te quedará de por vida en la retina.
Parapente o ala delta
¿Te imaginas planear por encima de una playa o incluso del mar agarrado a tu pareja? Eso es lo que podrás hacer si te decides por parapente o ala delta podrás vivirlo. En sí, el concepto de uno y otro es el mismo: volar despegando desde una zona alta o siendo remolcado a través de un cable. Pero son artefactos diferentes: en el parapente vas sentado colgado del objeto en sí mismo mientras que el ala delta es una 'aeronave' construida con tela y tubos con forma de triángulo para ser, de esta forma, más aerodinámico.
Tirolina
Como no, otro clásico es la tirolina. Encontrar una tirolina espectacular no es difícil: grandes alturas, un descenso de adrenalina y vistas de auténtico lujo. Podrás planear sobre bosques, ríos y lagos sintiéndote el ' rey del mundo' y esperando a ver la cara de tu pareja al finalizar el 'trayecto'.
Parasailing
Por último, si tu presupuesto es más limitado, en muchas playas hay lo que se denomina paracaidismo ascendente o parasailing. Consiste en una ascensión vertical, para dos personas, en una especie de paracaídas que te eleva sobre la playa y te permite contemplar las vistas y hacer buenas fotos o vídeos. Además, muchos de ellos incluyen un ligero paseo atado a una lancha.
Al agua patos
Alejándonos del miedo que pueden provocar las alturas, el agua es una gran opción a la hora de escoger nuestro plan de riesgo. Y es que hay un amplio abanico de actividades desde el barranquismo, pasando por el rafting, canorafting o actividades en el mar como moto de agua o baño con tiburones.
Empezando por el río, numerosas son las actividades que se pueden hacer en un cauce fluvial. El mismo, además, nos regala paisajes espectaculares, que versan entre rocosas montañas, cañones y verde y mágicos bosques. Una de las actividades que se pueden practicar es el descenso de barrancos. Consiste en ir, como su propio nombre indica, descendiendo por el lecho de un río, enfrentándote a saltos, ligeras bajadas a modo de rafting o toboganes naturales. Divertido y con una buena dosis de adrenalina, especialmente en los saltos que muchas veces permiten descubrir mágicas piscinas naturales. Además, no habrá problema en ir acompañado por tu pareja en todo momento.
Siguiendo con los ríos, el rafting y el cano-rafting son otras dos buenas opciones para disfrutar de actividades de riesgo en San Valentín. El primero se trata de una barca hinchable conocida como 'gomón' con la que, acompañado por un grupo de personas y remo en mano, deberás enfrentarte a los rápidos de un río, con pequeños descensos de rocas y zonas de contracorriente. Si por el contrario prefieres estar a solas con tu pareja puedes elegir el cano-rafting que viene a ser lo mismo pero con una piragua hinchable y un remo diferente, con dos palas. ¿Un paseo movidito por el río?
Un poquito de mar
Cambiando de medio, del río al mar, os proponemos otras dos actividades llenas de adrenalina y nervios. La primera es un vertiginoso paseo en moto de agua. Una actividad ideal para ir en pareja pues os podéis turnar en la conducción mientras el que va detrás graba un vídeo para el recuerdo. Escoge una playa o bahía de agua cristalina, de las que dejan huella y comienza a 'volar' sobre el agua.
Para acabar, aunque no sea en el mar, sí que tiene relación con las grandes aguas. Os proponemos un baño con tiburones. Tranquilos, iréis en una jaula, pero al sumergiros y ver a los escualos a vuestro alrededor sentiréis un cosquilleo incómodo, al más puro estilo película de Steven Spielberg. En cualquier acuario 'grande' de nuestro país podréis hacerlo.
Limar asperezas a base de... ¡bolazos!
Para acabar, nuestra última propuesta es un paintball. Aquí podríais organizaros con algunas parejas de amigos para jugar a la vez. Bien puedes optar por un bosque o bien por algún interior; empresas de paintball sobran, ya lleva unos años de moda en nuestro país. Atrapa la bandera o simplemente un 'sálvese quien pueda' son grandes opciones para disfrutar de un divertido rato en pareja. Y ojo, es un buen momento para limar asperezas, a base de bolazos.
Así pues, ya no tienes excusa. Sal de tu zona de confort y disfruta de un día diferente, divertido y adrenalínico.