No hay una forma única de acabar con una relación, cada pareja es diferente, los motivos para dejarlo son diversos y, por supuesto, cada expareja elige si mantener el contacto después o no. A veces no son decisiones que se toman, sino que el llevarse bien o mal tras la ruptura, o incluso el no volver a tener ningún tipo de contacto, es algo que surge. Depende de los espacios y amistades que compartiéramos previamente, o simplemente de cómo seamos cada uno de los dos. En definitiva, no hay una fórmula óptima de actuar con tu expareja en el futuro, eso sólo depende de las dos personas y de cómo se sientan más cómodas.
Es normal que una persona se lleve bien con su expareja si no hay rencor entre ellos, si no ha habido una relación tóxica ni de abuso, o si, simplemente, disfrutan como amigos. A veces, nos dejamos llevar por los prejuicios, por pensar que es "raro", o que puede significar que quedan sentimientos de amor entre ellos. Pero, en verdad, muchas personas que comparten parte de su vida juntas, aunque se den cuenta de que la relación no les hace felices o es incompatible con el rumbo que toman sus vidas, etc., en verdad no tienen por qué despedirse para siempre. Puede que tu exnovio o tu exnovia ya no te guste, pero es tu amigo y lo pasáis genial juntos, compartís aficiones, intereses, espacios, o simplemente, de vez en cuando, os gusta quedar para saber qué tal os va. Todas las fórmulas son válidas, pero por desgracia, a veces tenemos que renunciar a ello si encontramos una nueva pareja. Los celos de un nuevo novio, o el miedo a que los desarrolle, nos hace romper con algo que nos gusta de nuestra vida, como un amigo. ¿Es, en verdad, eso justo?
Tu pareja no puede elegir tus relaciones sociales
Es difícil enfrentarse a una situación en la que parece que tienes que elegir entre tu pareja y seguir con tu vida previa. Incluso podemos acabar pensando que es normal que nuestra pareja no quiera que nuestro exnovio sea amigo nuestro, y que se trata de un sacrificio asumible. Sin embargo, ningún sacrificio que implique dejar de ser la persona que eras, renunciar a lo que te hace feliz, romper relaciones sociales, renunciar a actividades que te agraden, o dejar de atender otros ámbitos de tu vida, es asumible.
Puede que tu novio esté algo celoso pero no quiera decirte nada para no molestarte, o puede que ese tema le preocupe especialmente y te reproche que tu exnovio sea tu amigo. Ante los celos, hay que aprender a gestionarlos. Quizá tu expareja sea una persona muy importante en tu vida, o quizá no lo sea, pero te diviertes con él, pero no tienes que renunciar a una amistad por los celos de otra persona, porque eso implica coartar tu libertad.
Aprender a gestionar los celos
Hay personas que son más celosas, y otras que son menos, incluso nada en absoluto. Este sentimiento surge del miedo a que la persona que nos gusta o estamos enamorados, nos abandone por otra pareja. Así, es normal, no por ello innato, tener celos. El problema está en que éstos son algo que tiene un miembro de la pareja, sin que la otra tenga responsabilidad de ello, y se usan para coartar la libertad del otro miembro. Los expertos en terapia de pareja y en sexología señalan la importancia de que lo que hay que hacer es aprender a gestionar los celos, que no es otra cosa que actuar siempre que aparezcan para eliminarlos.
También podemos aprender mucho de las personas que practican el poliamor, que consisten en tener parejas sin exclusividad ni sexual, ni sentimental, consensuando de esta manera la posibilidad de tener más de una pareja a la vez. Se cree que es una opción para personas que no sienten celos, pero no es así. Por ejemplo, en los artículos y vídeos de la actriz y activista Amarna Miller explica que las personas que mantienen este tipo de relaciones, como ella misma, sí que tienen celos. Lo que hace es aprender a deconstruirlos, es decir: analizarlos, explicarse por qué aparecen, reflexionar sobre qué teme exactamente, y utilizar la comunicación con su pareja para que, entre los o las dos, terminar con esas ideas dañinas, que en realidad sólo están en las impresiones y percepciones de la persona que está sufriendo los celos. Es muy parecido a una técnica que se utiliza en la terapia psicológica, llamada reestructuración cognitiva, que consiste en aprender a identificar y cambiar pensamientos negativos que aparecen en determinadas situaciones y que están ayudando a mantener un trastorno psicológico o cualquier problema emocional.
Si tu novio no te deja ver a tu ex, es el momento de dejar la relación
Si tu pareja no está dispuesta a aprender a combatir los celos, sigue reprochándote tu amistad, o incluso llega a prohibirte que la mantengas, debes plantearte dejar la relación. No todas las personas tenemos el arrojo de decirle a nuestra pareja que somos personas libres y que si no podemos serlo a su lado, entonces la relación nos está dañando. Sería maravilloso, pero nos hemos educado en una sociedad y con unos valores totalmente contrarios a esta idea, y cuando somos víctimas de ello no tenemos la culpa de no saber cambiarlo. Generalmente, lo que ocurre es que nos acabamos sintiendo mal por molestar a la otra persona y que, automáticamente, se nos quiten las ganas de mantener la amistad con nuestro exnovio, o cualquier otra cosa similar. Cada persona es distinta, y todos tenemos derecho a que ninguna pareja nos haga infelices.
Pero sí que debes empezar a reflexionar mucho sobre la relación, leer y aprender sobre relaciones igualitarias, sobre la desmitificación del amor romántico y temas similares, para darte cuenta, por ti misma, de por qué no puedes ser feliz en una relación sin libertad. Por otro lado, puede que en verdad estuvieras pensando en dejar a tu actual novio desde un principio, y te sintieras culpable por ello. Pero cualquier razón por la que no estés cómodo o cómoda en tu pareja es válida para terminar con la relación.