Gracias a que las leyes son cada vez más permisivas, las parejas no tienen por qué estar siempre juntas si no lo desean. Es por eso que cada vez es más común encontrar a madres o padres solteros que se encargan de su hijo sin ningún tipo de inconveniente y que, al mismo tiempo, rehacen su vida con una pareja nueva.
En esos casos, la otra persona suele comenzar a entablar relación con el hijo de su pareja. Es normal, sobre todo si hay una convivencia; se crea un vínculo y, dependiendo de la edad del hijo, hay quien se plantea incluso llevar a cabo un proceso de adopción y hacer que sea también su hijo legalmente. Puede que se quiera llevar a cabo la adopción por algo meramente sentimental, o puede que, con esta, el hijo reciba ciertos beneficios a nivel sanitario, de residencia, o de cualquier otro tipo. Sea como sea, es posible adoptar al hijo de tu pareja siempre y cuando se den ciertas condiciones.
Si estás interesado en adoptar al hijo de tu pareja, lo primero que debes hacer es plantearle la situación a él o ella. Es importante que lo habléis, que os comuniquéis, que os pongáis de acuerdo, y que decidáis hasta qué punto podría ser buena idea. Porque podría ser que tú creyeras que es positivo para su hijo pero él o ella crea que es mejor continuar como hasta ahora. Una vez que los dos os hayáis decidido, podéis dar el siguiente paso.
¿Cómo lo hago?
Debes saber que necesitas el consentimiento del otro progenitor del niño, puesto que sin él no será posible llevar a cabo todo el trámite legal. Únicamente podréis saltaros este paso en caso de que la persona hubiera fallecido; de otro modo, debe permitir que su hijo sea adoptado. El proceso de adopción puede ser largo y tedioso si no se siguen todos los pasos, y podría incluso acabar siendo nulo, así que es buena idea que habléis con la otra persona de la forma más calmada posible y le expliquéis la situación.
Una vez hecho esto, debéis saber que la adopción deberá llevarse a cabo por parte de los dos, es decir, por parte de su padre o su madre y por tu parte. No es necesario que os caséis, pero si no lo habéis hecho debéis demostrar que lleváis viviendo más de dos años juntos o que tenéis un hijo en común. De otro modo, tendréis que formalizar vuestra relación mediante una escritura pública. Si cumplís con todos los requisitos, podréis continuar con la solicitud de adopción. Esta debéis presentarla ante el Juzgado más cercano a vuestro domicilio, siguiendo el Procedimiento de Jurisdicción Voluntaria.
¿Qué requisitos se deben cumplir?
No todas las personas pueden llevar a cabo una adopción. Si no cumples ciertos requisitos, no te dejarán continuar. Lo primero que debes cumplir es que tienes que ser mayor de 25 años, y el niño debe tener catorce años menos que tú como mínimo; si tiene, por ejemplo, diez años menos que tú, no se podría continuar con la adopción. Además de esto, su otro progenitor, el que no es tu pareja, debe haber fallecido, estar privado de la potestad o haya dado su consentimiento.
En el momento en el que se cumplan todos los requisitos, será tan fácil como continuar con el proceso de adopción y, una vez que esta se apruebe, cambiar los apellidos del hijo de tu pareja. En ese momento pasará a formar parte de tu ámbito familiar, pasará a ser también tu hijo de forma legal. Y aunque ya pudieras sentirlo como tal de forma sentimental, no será hasta que se reconozca legalmente que él pueda tener los derechos que le pertenecen como hijo tuyo. No podría tener acceso a herencia si fallecieras, no podría demostrar su relación contigo.
¿Y si el otro padre no está de acuerdo?
En el caso de que el otro progenitor no esté dispuesto a ceder sus derechos, podrías acudir a un juez para que este se encargara de todo. El padre o madre tendrá que aportar pruebas claras de que ha estado brindando manutención económica al hijo, que ha estado visitándolo recientemente y que podría continuar haciéndolo en un futuro; si no ha hecho nada de esto, el juez podría dar por terminados sus derechos de paternidad o maternidad.
¿Y si el hijo es mayor de 14 años?
Si se diera la situación de que el hijo es mayor de 14 años, este también tendrá derecho a decidir si quiere que la adopción se lleve a cabo o no. Tendrá que firmar un consentimiento, y señalizar que está conforme con todo. Esto se hace así porque se considera que, a partir de esa edad, los jóvenes son capaces de decidir por sí mismos si realmente quieren ser adoptados o no.
Suele ser un proceso largo, pero la adopción no tiene por qué ser complicada si todas las partes están de acuerdo. Seguramente eso sea lo más tedioso pero, a partir de ahí, solo tendrás que recopilar documentos e ir presentándolos.