Mi pareja es de otra religión: ¿Afectará a la relación?

En una relación, son habituales las diferencias entre ambos miembros de la pareja. Puesto que es posible que cada uno se desarrolle en un contexto y/o entorno diferente, es común que existan costumbres o tradiciones distintas. Resulta obvio que siempre va a haber diferencias en una relación de pareja, pero existen otro tipo de desigualdades, como aquellas que surgen a raíz de la cultura y la educación, que son más determinantes y con las que es necesario trabajar para que no acaben afectado de forma negativa.

Tener distintas religiones no puede ser un impedimento para el amor

Por ejemplo, la religión o la política son creencias e ideologías que una persona desarrolla a lo largo de toda su vida y, una vez que esta llega a la madurez, es difícil que las cambie. Cuando dos personas con diferente pensamiento frente a la vida se juntan, a veces es complicado que la relación siga adelante, pero siempre hay posibilidades de que las cosas salgan bien. A continuación, Bekia tratará el tema de la religión y te expondrá una serie de formas y consejos para compaginar dos ideologías o maneras diferentes de tratar la religión dentro de una relación amorosa.

Diferencias ideológicas, ¿capaces de romper relaciones?

El hecho de que en una pareja haya dos personas con ideologías religiosas diferentes sí puede ser motivo de que la relación se acabe. Como pasa con muchas otras diferencias, cuando dos formas de pensar completamente distintas intentan, en conjunto, tomar decisiones, debatir sobre ciertos temas o ponerse de acuerdo, entonces surgen los conflictos. Los problemas derivados a partir de estas circunstancias dependen también del carácter de ambos miembros de la relación, es decir, de si son tolerantes frente a otros modos de entender, o no, la religión.

La tolerancia es esencial para poder sobrellevar la relación

En un principio, la coexistencia de dos ideologías religiosas puede que no tengan mucho peso en el día a día. La fase inicial del enamoramiento hace que las personas sean más amables, comprensivas o incluso que no vean aspectos negativos o diferentes de la otra persona. Cuando una relación avanza hacia la madurez, es habitual que se empiecen a tomar decisiones para un futuro conjunto como, por ejemplo, el bautizo o educación de un posible hijo. Dentro de este tipo de discusiones, es posible que surjan puntos de vista diferentes y que, si no se logran superar, acaben deteriorando la relación.

¿Cómo sobrellevar estas diferencias?

En una relación en la que los dos miembros tienen diferencias creencias religiosas, puede darse el caso de que, bien ambos o uno, tenga una ideología muy arraigada. Cuando en una pareja ocurre que las dos personas creen que su punto de vista es el único legítimo, puede pasar que intenten convencer a la otra de que su opinión es la verdadera y válida. Si ambos tienen esa forma de pensar, intentarán convencerse el uno al otro de que su creencia es la única que vale y eso generaría conflictos.

Comprender la decisión de tu pareja y respetar su religión es necesario

En cambio, y a pesar de que cada persona piense a su manera, es posible sobrellevar estas diferencias siendo tolerante frente a la opinión e ideología de la pareja. Como bien dice un dicho, ningún extremo es bueno y, casos como estos, no son excepciones. El éxito para que una pareja supere este tipo de diferencias es siendo tolerante, comprensivo y evitando las actitudes tajantes.

Si estás empezando una relación con una persona que tiene una ideología religiosa completamente diferente a la tuya, piensa con frialdad, analiza la situación, intenta conocer su carácter y visualiza cómo sería vuestro futuro. Si consideras que, tanto por tu parte como su parte, habría mucho que sacrificar para que la relación siguiera adelante hasta el punto de no compensaros, quizá sería hora de que lo hablarais seriamente. También es importante tener claro desde el principio que una persona no debería cambiar o transformar a la persona que supuestamente ama solo por complacerle.

¿Qué hacer si, a diferencia de ti, tu pareja es muy practicante?

Otra circunstancia que se puede dar es que tu pareja sea una persona con ideologías y creencias muy arraigadas mientras que tú no proceses una fe tan devota. Si te consideras una persona comprensiva a la que no le importaría conocer la religión de su pareja e incluso probar a incluirse en sus tradiciones y rituales, lo más aconsejable es que te informes acerca de la religión y las condiciones o circunstancias que tú asumirías si finalmente ocurriera.

No se debe obligar a la persona a seguir ciertas tradiciones forzosamente

Existen muchas religiones en el mundo en las que uno, cuando se casa y se introduce automáticamente en su ideología, automáticamente pasa a deberse a ciertos mandamientos y normas. Infórmate sobre la condición y el rol que cada uno, dentro de la pareja, asumiría una vez que la relación se consolidara y no te quedes con ninguna duda. Por otro lado, si fueras tú el más devoto de ambos y tu pareja no fuera creyente, intenta no atosigarle y muéstrale, sin obligarle de ninguna forma, cómo son las tradiciones, los rituales y los principios de tu religión.

Consejos generales

Primero de todo, y sea la condición que ambos presentéis dentro de la pareja, siempre lo más importante será el respeto y que conozcáis muy bien cómo funcionan vuestras religiones. Con el objetivo de familiarizarse y comprender los comportamientos de los demás, lo mejor es mantenerse abierto de mente y tratar todo con el máximo respeto posible. De esta forma, y una vez conozcas los fundamentos y aplicación de la ideología de tu pareja, entonces podrás aceptar, o no, el construir una relación sólida con ella.

Hablar este tema con respeto es la base fundamental para que funcione

Antes de que la unión entre dos personas vaya a más, es muy importante que ambos hablen de sus diferencias y también que expongan sus diferentes puntos de vista con el objetivo de llegar a uno común. Este consejo es muy importante pues no solo será imprescindible para empezar a construir la relación, sino que también marcará un punto de inflexión para, por ejemplo, decidir la religión que recibirán los hijos. Un consejo es no tomar decisiones antes de que estos tengan oportunidad de escoger y optar por ofrecerles, desde bien pequeños, la explicación de ambas religiones para que, una vez llegados a la edad adulta, puedan elegir.