Una infidelidad suele suponer el final de muchas relaciones. De hecho, si alguna vez te has visto en esa situación, probablemente lo primero que se te pasó por la cabeza fue terminar con tu pareja, algo completamente válido y lícito. Sin embargo, más tarde lo pensaste mejor, y con la cabeza e ideas más claras, decidiste retomarlo o intentar salvar la relación de cualquier forma posible desafiando incluso a la opinión de la gente de tu entorno para la que esa historia estaba más que terminada, ya que en muchas ocasiones, se puede dar la vuelta a la situación y contemplar lo ocurrido como un punto de inflexión que puede ayudar a fortalecer la relación.
Lógicamente, que la pareja salga reforzada de una situación así no es lo habitual. Generalmente, es mucho más frecuente dejarse llevar por el odio, el rencor y la traición que supone. Cada persona es un mundo, y por tanto, no todas las parejas están preparadas para realizar un análisis de lo ocurrido y afrontar una infidelidad desde un punto de vista diferente.
Cómo una infidelidad puede fortalecer una relación
El tema de la infidelidad suele desencadenar emociones de todo tipo en cada uno de nosotros. "Es imperdonable", "No te quiere", "Si lo hace una vez, lo hará otra", "El infiel es mala persona", "No hay marcha atrás", son algunas de las frases que más se usan en estas situaciones. Por eso, normalizar la infidelidad es importante: somos humanos, no robots que tan solo se guían por la razón y lo que es correcto. Eso sí, cada uno debe hablar y establecer unos límites dentro de la pareja. Y por supuesto, no relacionar nunca la infidelidad con la falta de amor.
Por regla general, siempre se cree que la persona que ha sido infiel demuestra una falta de amor hacia su pareja. Sin embargo, no necesariamente en todos los casos tiene que ser así. Se suele pensar que quien es infiel ha elegido estar con otra persona pero, en la mayoría de los casos, quien comete una infidelidad lo que busca es un cambio de contexto, no de pareja. Por esta razón, en algunas relaciones, una infidelidad puede ayudar a fortalecerla. ¿Cómo? Utilizando ese desliz como un motivo para asentar las bases de la pareja de una forma saludable.
La conversación es fundamental
Si hay algo claro es que cuando tu pareja te engaña, o viceversa, es necesaria una conversación. Muchas veces un engaño es el momento perfecto para hablar abiertamente con tu pareja de algunos temas olvidados o incómodos de tratar, e incluso, de mejorar la comunicación entre ambos. No se trata solo de perdonar una infidelidad, sino de elaborar en común unas bases y normas para crear una pareja más estable. Hay algo importante que se debe tener en cuanta siempre en todo momento: no hay que lanzarse a juzgar al otro ni a nosotros mismos, sea cual sea el papel que nos haya tocado vivir en la pareja y no perder nunca de vista todo lo que sí existe en la relación. El descubrimiento de una infidelidad no es razón, en sí misma, para que exista una ruptura.
El perdón y la culpabilidad
Por supuesto que continuar una relación después de una infidelidad tiene sus dificultades y no, perdonar no es nada sencillo, y quizá se necesite mucho tiempo para hacerlo. Uno de los mayores desafíos es no sentir, tanto una parte como la otra, que el infiel está en falta y debe compensar al otro hasta que la otra persona decida, si alguna vez lo hace, liberarlo de la culpa que siente por el error cometido. Sin embargo, toda crisis es una oportunidad, y si a pesar de todos los obstáculos la pareja acaba superándolos, puede surgir una relación mucha más renovada y fortalecida que la que tenían antes de la infidelidad. En muchas relaciones, es muy probable que el amor que les une sea mucho más fuerte que las vacilaciones que ese descubrimiento pueda ocasionarles.
Además, como para perdonar no hay pasos a seguir es necesario que cada uno evalúe y valore lo ocurrido tranquilamente. ¿Realmente quieres seguir con esa persona? Si la respuesta es sí, intenta superarlo poco a poco y ver virtudes más allá de esa nefasta experiencia. Si pasan los meses y la persona afectada no puede superarlo ni perdonarlo aunque realmente quiera, quizá si es el momento de dejar la relación.
Definitivamente no todas las infidelidades son iguales y por lo tanto perdonar una dependerá de cada persona y del momento en que se encuentre cada pareja. Pero darle a la relación otra oportunidad conlleva ciertos riesgos de los que se debe estar al tanto y estar completamente seguro de que se quiere perdonar al otro pese a lo ocurrido, de lo contrario, la relación se terminará convirtiendo en una tortura para ambas partes donde los malos gestos, los reproches continuos, la falta de confianza y la culpabilidad prevalecerán frente a otros aspectos.