No es complicado ver casos en los que, pese a haber un embarazo de por medio, una pareja acaba rompiendo; hay ocasiones en las que es incluso ese embarazo el que acaba propiciando la ruptura. Porque una de las dos partes no lo estaba buscando, porque la situación no es la idónea, porque el padre no quiere hacerse cargo... Por desgracia, es habitual que sea la mujer la que acabe cargando con el peso completo del embarazo, pese a formar parte de una pareja. En este sentido, el machismo sigue afectando gravemente a nuestra sociedad, y se sigue creyendo que es la futura madre la que debe hacer frente a absolutamente todo lo relacionado con el embarazo.
Lo complicado es, de repente, encontrarse con una ruptura de pareja y un bebé en camino. Si ese es tu caso, lo sabrás mejor que nadie. Las rupturas son en sí misma lo suficientemente difíciles como para añadirles la presión que supone el saber que en unos meses habrá un pequeño ser vivo que requiera de tu atención. No obstante, no te preocupes, porque aunque todo parezca imposible en un primer momento, ha habido muchas mujeres en tu misma situación y han sido capaces de sobrellevarlo, ¡así que tú también serás capaz! Lo importante es que no olvides jamás que no necesitas a tu ex pareja para continuar con tu vida; hubo vida antes de él, y habrá vida después de él. ¡Y seguramente sea incluso mejor!
Acepta la situación, y pide ayuda si la necesitas
Si estás embarazada y acabas de vivir una ruptura, lo primero que debes hacer es asimilar la situación de la mejor forma posible. No es el fin del mundo, y no significa que tú tengas que hacerte cargo del bebé sola; ese bebé continuará teniendo un padre que, como tal, debe hacerse responsable tanto de su manutención como de sus cuidados. Pero de eso hablaremos un poco más adelante.
Para sobrellevarlo todo de la mejor forma posible, seguramente necesites ayuda. Apóyate en tu familia y en tus amigos, no te cierres en banda, puesto que eso no te servirá de nada; muéstrales tus miedos y preocupaciones a las personas que sientas más cercanas, porque no habrá nadie como ellos para demostrarte que no estás sola. Puede que notes que esto no es suficiente, y que necesitas un poco de apoyo extra para superar la ruptura y todo lo que esta conlleva: no pasa nada. Los psicólogos están precisamente para esto, para hacerte entender que hay métodos para gestionar las emociones, para ayudarte cuando te sientes mal y darte las claves para que vayas encontrando las respuestas a todas tus preguntas. ¡Acude a uno si lo necesitas! No te dejes llevar por los tabúes, porque no servirán de nada.
Podrás valerte por ti misma: quiérete
Es fundamental que, durante todo este proceso, te valores a ti misma. No pienses que no serás capaz de hacerlo, ¡porque sí que lo serás! No necesitas a tu ex pareja para criar a un bebé, ni para sobrellevar un embarazo; no eres la media naranja de nadie, ni tienes que andar buscando la mitad de ninguna fruta, porque tú, en ti misma, eres una fruta entera. Tu hijo, o tu hija, será muy feliz a tu lado.
Si tu autoestima falla en estos momentos, podrías llegar a sentirte muy perdida, y es justo lo último que necesitas. Por eso es vital que la trabajes, incluso con un profesional si es necesario. Solo así te valorarás lo suficiente como para comprender que eres capaz de cualquier cosa por ti misma.
Que no seáis pareja no implica que él no sea padre
Esto debes tenerlo presente en todo momento: él continúa siendo el padre del bebé y, como tal, continúa teniendo unas obligaciones. Lo ideal sería que procurarais llevaros bien, mantener una relación cordial, con lo cual sería buena idea que os sentéis a hablar los dos solos para poner todo en claro. Desgraciadamente, esas condiciones no siempre se cumplen; las rupturas puede llegar a ser muy dolorosas. Independientemente de cómo os llevéis vosotros, o de cuál sea vuestra relación personal, es importante que recordéis que ante todo sois adultos y padres, y que hay un ser que dependerá de vosotros. Si vuestra relación se complica, el bebé lo acabará notando, y eso no es buena idea. Por eso, tratad de hacer de vuestra relación algo agradable.
Si no consigues llegar a un acuerdo en cuanto a custodia, manutenciones y demás, siempre puedes acudir a la justicia para que sea una tercera persona la que ponga orden en el asunto. No lo olvides: el hijo es de los dos. No te cargues tú sola con la responsabilidad, a menos que realmente lo desees o que la situación lo exija.
Las complicaciones pasarán, y llegarán los buenos momentos
El embarazo es complicado, porque la cantidad de hormonas del cuerpo de la mujer se alteran; lo sabrás mejor que nadie, es un proceso duro. El parto tampoco es coser y cantar, y los primeros meses tras haber nacido el bebé puede que necesites más ayuda de la que pensabas. Pero incluso en medio de todas las complicaciones añadidas de un embarazo, acabarás disfrutando inmensamente. Disfrutarás del embarazo, e incluso del parto; disfrutarás de los primeros días con tu bebé, de sus primeras palabras y de sus primeros pasos. Es algo que podrás vivir, independientemente de si tu ex pareja lo vive o no contigo, y será igual de emocionante.
Recuerda esto cuando estés preocupada por la ruptura, cuando tengas la sensación de que todo se ha estancado. Recuerda que todo pasa. Intenta que tu relación con tu ex pareja sea lo mejor posible, y que entre ambos podáis criar a vuestro hijo, repartiendo tanto las responsabilidades como los buenos momentos. Sé comprensiva con tu ex pareja, siempre y cuando las circunstancias se presten, y recuerda que él también tiene derechos sobre el bebé, al igual que tiene obligaciones. Es una situación complicada, pero el fruto de todo esto, de todo el esfuerzo, será muy gratificante.