En todas las familias hay particularidades. Nadie es perfecto y unos tienen unos defectos y otros tienen otros. Pero a fuerza de pasar tiempo juntos y del amor que se tienen unos a los otros los miembros de una familia son capaces de llegar a un entendimiento sin demasiados conflictos, al menos en la mayoría de los casos.
Las cosas pueden cambiar cuando un nuevo miembro llega, y no nos referimos a un recién nacido, sino a un adulto que se tiene que integrar en un núcleo familiar en el que el resto ya se conocen. Se trata de las parejas de algún miembro de la familia. Una persona que ha tenido más o menos contacto con el resto pero cuya relación sentimental con uno de ellos le hace formar parte del grupo, en lo que para él será su familia política.
Cuando esto ocurre suele ser alguien adulto, una persona con cierta experiencia y bagaje que de repente se tiene que adaptar a otros con los que puede tener más o menos afinidad. El resto también se tienen que acostumbrar a él: es una relación en ambos sentidos. Siempre se ha dicho que las relaciones suegra-nuera o suegro-yerno pueden ser las más difíciles, por eso de que cada uno quiere marcar su terreno y se puede ver invadido en cierto sentido por la otra parte. También pueden haber problemas de territorialidad y celos.
Pero no son las únicas que pueden dar lugar a conflictos. La relación de cuñados se antoja como la más fácil de llevar, porque al fin y al cabo es el hermano de la pareja, suelen tener una edad parecida y se puede presuponer cierta afinidad. Se da por hecho que dado a quien tienen en común se van a llevar bien y a ser amigos, pero no siempre ocurre así.
Los primeros contactos entre cuñados
Un cuñado no tiene por qué ser tu amigo, simplemente es el hermano o hermana de tu pareja. Tampoco hay que esforzarse en buscar ser su nuevo mejor amigo. Resulta más eficaz y menos problemático dejar que las cosas fluyan y ver si podéis llegar a ello o no. El hermano de tu marido o de tu mujer es alguien de interés para ti, porque un conflicto con la familia política puede derivar en problemas con la mujer o el marido. Hay que tenerlo en cuenta. Es importante procurar tener una buena relación, sobre todo en los primeros momentos en que se conocen. Puede llegar un momento que elija a su familia antes que a ti.
La primera vez que conozcas al que será tu cuñado o a tu cuñada hazlo con cierta preparación. Pregúntale a tu pareja por él : a qué se dedica, cuántos años tiene, su situación sentimental, cuáles son sus hobbies. Todo esto nos ayudará a varias cosas. Por un lado podrás iniciar y mantener conversaciones con cierto interés tanto para él como para ti. Por otro te evitará meter la pata. No hay peor forma de conocer a tu familia política que generando discusiones o situaciones incómodas. Así que salvo que estés confiado en que no ocurrirá así hay ciertos temas que es mejor evitar y que son los mismos que no deberían mencionarse en casi ninguna comida familiar. La política, el fútbol, religión y demás asuntos que tienden a crear polémicas es mejor evitarlos.
Con el paso del tiempo ya conoceremos la posición de cada uno y sabremos en qué temas tenemos opiniones en común y en cuáles no. A la hora de buscar temas de conversación con los cuñados, y el resto de la familia política, decantarse por aquellos en los que estamos de acuerdo. Es importante escuchar y tener cuidado a la hora de criticar, sobre todo si haces un comentario negativo sobre otro miembro de su familia. Ten en cuenta que eso puede volverse en tu contra porque consideran que eres la persona que viene de fuera y pueden verlo incluso como un ataque. En el mismo sentido, sobre todo en un principio, no es nada recomendable usar a los cuñados como pañuelo de lágrimas si tienes problemas con tu pareja.
Relaciones tensas entre cuñados
Cuando no hay una relación fluida con los cuñados y la tuya con tu pareja se afianza es importante dar un paso hacia adelante para mejorarla pensando en la posibilidad de convertiros un día en marido y mujer y ser parte de la misma familia. Pon de tu parte e intenta quedar con ellos para cenar o tomar una copa si es que vivís en la misma ciudad. Si estáis distanciados organizar para pasar un fin de semana juntos.
Busca planes que les puedan apetecer y todo mejorará. Incluso podéis planificar quedadas entre las cuñadas y los cuñados, cada uno por su parte, porque habitualmente suele haber más afinidad entre miembros del mismo sexo. En esos planes se puede implicar también a otros miembros de la familia política, como los suegros, o tratar de crear momento de complicidad entre cuñados. Si la relación es distante hay que darles su espacio, no hay que resultar demasiado invasivo. Así que está descartado ir a su casa sin avisar, hacerse el encontradizo o acoplarse a los planes que puedan tener si no os han invitado.
Perder alguna batalla entre cuñados
En una relación de marido y mujer las discusiones son más o menos frecuentes y en muchas ocasiones uno de los dos cede a favor del otro. En el caso de un hermano ocurre algo parecido. Si es así alecciona a tu pareja para que haga las paces con él, incluso ponte del lado de tu cuñado, para que vea que formas parte de la familia y que puedes estar en su equipo. En ocasiones, especialmente cuando se es nuevo en una familia, hay que saber ganarse la confianza del resto de miembros. Esto se consigue con pequeños gestos, dando por perdidas algunas batallas en favor de otros y demostrándoles tu amor por la persona que tenéis en común.
El diálogo también forma parte fundamental de una relación entre cuñados. Cuando se conoce poco a alguien no se puede esperar que adivine lo que pensamos, por lo que los malentendidos pueden ser más habituales de lo deseable. Si a pesar de todos los intentos la relación entre los cuñados no es del todo buena sentaros y habladlo. A ninguna de las partes le interesará, por lo que eso representa para tu pareja o para tu hermano. Estar en continuo conflicto no es bueno y puede influir negativamente en el resto de relaciones. Si veis que no podéis llegar a ser amigos firmad una tregua y mantened una relación cordial para que en las comidas de Navidad los cuchillos no sobrevuelven la mesa.