Seguramente este sea una de las mayores preocupaciones que tengas al saber que tu nueva pareja tiene otros hijos de una relación anterior, y es que no siempre es fácil tener una buena relación con ellos ni formar una familia, especialmente si son adolescentes o si no han aceptado que sus padres se haya separado de un modo definitivo y puedan rehacer su vida.
Sin embargo, es muy importante que sepas estar a la altura de la situación si vas completamente en serio con tu pareja, ya que para ella los hijos y su familia serán uno de los aspectos más relevantes en su vida. Así pues, deberemos intentar tener una buena relación con los hijos de ella para que esto no afecte de forma negativa a nuestro amor, evitando el conflicto.
En Bekia te contamos algunos consejos para llevarte bien con los hijos de una relación anterior de tu pareja, para que podáis seguir viviendo muchos años de amor sin conflictos, como una gran familia.
Los niños se niegan a conocerte
Puede ser que los hijos de tu pareja sean adolescentes, lo cual ya es una etapa muy difícil para los padres porque tienen constantes cambios de humor y se niegan a llevarse bien con ellos por norma general y buscar el conflicto. Si a eso le añadimos que su padre o su madre se han separado y están iniciando una nueva relación lo más probable sea que estos hijos se nieguen a conocer la nueva pareja de su progenitor e, incluso en ocasiones, intenten hacerle la vida imposible para que esta nueva persona desaparezca de la vida de su padre o su madre.
Por lo tanto, es muy importante que empieces con buen pie la relación con este hijo que se niega a conocerte o que intenta hacerte la vida imposible. No es necesario que estés todo el día encima de él o que le compres regalos intentando ganarte su amistad, simplemente intenta no perder la paciencia ni ponerte a su nivel de infantilismo. Si haces eso tu pareja lo verá como altamente negativo y comprenderá que quizás el hijo tiene razón a la hora de no aceptarte como padrastro o madrastra.
Así pues, deberemos tener mucha paciencia y no intentar forzar la situación. Lo principal es que el hijo tome consciencia de que sus padres tienen derecho a rehacer su vida y que no tienen porqué quedarse solos para siempre, solamente porque ellos no quieren tener un padrastro o una madrastra.
Como hemos dicho, nuestra intención no será comprarle, sino convencerle con hechos más que con palabras que su progenitor se siente más feliz a nuestro lado y que nuestra intención no es la de suplantar a un padre o una madre que ya tienen, o que perdieron. El hijo deberá ver que eres una persona que apoya a su progenitor y que desde que nos conoce se siente más contento y relajado. Cuando el hijo comprenda que intentar romper esta relación no hará más que dañar a su madre o a su padre será capaz de comprender que eres una persona que le hace bien y que se siente más feliz a tu lado.
Eso no será fácil si el niño se niega a conocerte al principio o si está en una época de su vida muy rebelde y busca constantemente el conflicto, pero con paciencia y con perseverancia, poco a poco, verá que eres la persona correcta. Quizás algunos hijos tarden años en comprenderlo y otros solamente unos meses, pero si realmente te importa tu pareja y le quieres deberás hacer el esfuerzo de convivir con un niño que todavía tiene mucho que aprender, pero que lo más probable llegue a hacerlo tarde o temprano.
En el peor de los casos, una vez son adultos siguen teniendo esta mentalidad más egoísta e infantil por la cual son incapaces de comprender que sus padres necesitan continuar su vida. Entonces será también tarea de tu pareja hacerles ver que al igual que ellos tienen derecho a rehacer su vida y abandonar el hogar, la vida no se termina para ellos y también tienen derecho a ser feliz. Puede que estos hijos no lleguen jamás a comprenderlo y se cierren en banda. En esta situación tendrás que aceptar esta realidad y tener una relación cordial con ellos y no de amistad, no caer en sus maneras de hacerte enfadar ni de molestarte y tu pareja verá que tu has hecho todo lo posible para tener una buena relación, pero es el hijo quien no quiere comprenderlo (aunque sea más que evidente que quieres a su progenitor y deseas lo mejor para todos).
El hijo no pone impedimentos
Pero no todo es negativo. Seguramente habrá muchos hijos que, al ser muy jóvenes y no comprender la situación, o bien porque no tienen ningún problema con que sus padres rehagan su vida, te acepten sin problemas desde el principio y quieran empezar de nuevo una familia.
No obstante, es muy importante que comprendas que tú no eres el padre o la madre biológica de estos niños y que debes tratarlos simplemente como a los hijos de tu pareja, pero que tampoco tienes con ellos una relación de amistad. Si ellos deciden tratarte de un modo distinto depende de ellos mismos, pero no deberás tratar de educarlos o decirles qué tienen que hacer, porque esa no es tu tarea.
De lo contrario, tampoco es malcriarlos en exceso ni intentar comprarles a través de regalos, forzando una amistad. Si en realidad quieres gustarles dedícales tiempo para jugar y hacer los deberes, porque esto es lo que más positivamente valoran los niños. En el caso de que los hijos de tu pareja sean adultos intentaremos acercarnos a ellos de un modo más directo, compartiendo gustos y aficiones, pero sin caer en el exceso. Dejaremos que sean ellos los que se acerquen e intenten crear este vínculo con nosotros, ya que si lo hacemos de modo forzado la relación no será ni larga ni verdadera.
Aunque los hijos no pongan impedimentos desde el principio para conocernos puede que, a la larga y a medida que vaya pasando el tiempo, puedan llegar a tener algún conflicto o malentendido con nosotros. En este momento deberemos intentar ser totalmente neutros, ya que nuestra pareja no sabría de lado de quien ponerse y eso podría generar una discusión todavía mayor. El diálogo, la falta de orgullo y el respeto serán esenciales para el mantenimiento de la relación tanto con nuestra pareja como con sus hijos de una relación anterior.