Convivir con otras personas no siempre es algo fácil. Normalmente existen algunos problemas de convivencia típicos cuando dos o más personas viven en un mismo espacio. Las personas cuando comparten piso no siempre lo hacen porque les guste vivir con personas desconocidas, sino porque es una opción más rentable de poder vivir en independencia y así poder tener un hogar con gastos compartidos.
Los motivos para compartir piso pueden ser muchos y muy variados, pero cuando se decide por compartir piso hay que tener en cuenta algunos factores que no deben faltar para que la convivencia no se vuelva una pesadilla: deben existir normas.
Pero si ya es difícil convivir con compañeros de piso, aún se puede volver más molesto e incluso puede ser muy incómodo cuando tu compañero de piso mete a su pareja en casa. Pero cuando esto ocurre, ¿qué es lo que debes hacer para que la situación no se vuelva demasiado inestable?
Habla con ellos
Si al principio eran visitas esporádicas o visitas frecuentes y no te importaba está bien, pero si de repente has empezado a observar que la pareja de tu compañero está siempre en vuestra casa y que parece que viva allí... No te quedes con la duda. Si cuando les preguntas parece que intentan evadir el tema, no te cortes, habla con ellos directamente.
Tú también vives en esa casa y debes conocer todo lo que ocurra dentro de la misma, por lo que debes saber si realmente esa persona está viviendo en la casa o si tiene intenciones de irse a vivir con vosotros de forma definitiva. Quizá quieran darte largas para evitar otras consecuencias (como gastos o normas) pero si ves que vive todos los días con vosotros, tendréis que poner unas normas para asegurar la buena convivencia. Además, ellos deberán respetar si estás de acuerdo o no en que eso ocurra. Es importante valorar el espacio que tenéis en la casa para saber si la convivencia con una persona más es viable o no.
Gastos para todos
Lo primero que es necesario dejar claro son los gastos de la casa. Si hay una persona más viviendo en el hogar habrán más gastos de comida, de luz, de agua, etc. Por lo que se deberán recalcular los gastos para repartirlos entre todos los habitantes de la casa. No importa si esa nueva persona es la pareja de tu compañero o no, si aceptas que conviva en la casa deberá tener una responsabilidad en los gastos mensuales del hogar.
En este sentido, puedes salir beneficiado/a, porque no es lo mismo pagar los gastos de una casa entre dos personas que cuando se hace entre tres. Así que es importante que os sentéis los tres en la mesa con los gastos habituales de la casa y repartáis las responsabilidades de los gastos, y todos, deberán cumplir con su parte. Quizá, también debáis hablar con el casero/a para saber si está de acuerdo o no en meter a otra persona en el hogar.
Modificar las normas de convivencia si es necesario
Una vez que los dos puntos anteriores estén claros, entonces es necesario que tengas en cuenta que las normas deberán valorarse de nuevo. Las normas de convivencia son imprescindibles y todos los habitantes de un hogar deberán crearlas, conocerlas, respetarlas y cumplirlas.
Esto es muy importante sobre todo para los turnos del cuarto de baño, para el uso de las zonas comunes, para el uso de muebles o de la nevera, para los turnos de la limpieza, para las visitas de la casa, para las normas de ruido o de fiestas dentro del hogar, etc. Cada casa compartida tendrá sus propias normas dependiendo de las necesidades y personalidad de sus integrantes, pero resulta primordial que todos estén de acuerdo y las cumplan.