Cuando una pareja se va a vivir junta a una vivienda puede ser un momento muy bonito donde el amor flota en el aire. A medida que van pasando los días es posible que empiecen a haber algunos roces de convivencia, pero es algo normal que todas las parejas pasan y que deben aprender a solventar desde el cariño y el respeto. Lo que nadie piensa cuando empieza una convivencia en pareja es que en algún momento de la relación pueden acabar viviendo con la suegra o los suegros.
Pero, en otras ocasiones y por diferentes circunstancias de la vida, es posible que tu suegra deba vivir con vosotros en vuestra casa o que por vuestras circunstancias económicas, seáis vosotros dos los que tengáis que vivir con ella. O quizá sea porque alguien de la familia está enfermo y requiere cuidados especiales o porque la cultura que seguís es así. Sea como sea puede ser una situación bastante complicada de sobrellevar.
Con la suegra en casa
Cuando se vive con la suegra los momentos de intimidad se pueden reducir al mínimo, algo que puede afectar gravemente a la relación. También es posible que haya momentos de nervios o circunstancias en los que algún miembro de la pareja necesita privacidad o independencia y que no lo encuentren... todas estas circunstancias pueden hacer que exista un posible resentimiento.
Pero no tiene que ser todo tan malo. Los seres humanos somos personas que nos adaptamos a las circunstancias y es necesario ver el lado bueno de las cosas para poder disfrutar de la vida en pareja. Puede haber algunos beneficios de la convivencia con tu suegra, como por ejemplo, puedes ahorrar dinero en caso que no te suponga un gasto y ayudar a los demás. Quizá si trabajas hasta tarde tu suegra te haya limpiado la casa y te haya hecho la cena, quizá te haya recogido a los niños en el cole o les cuide para que puedas tener tiempo para ti y tu pareja.
Lo que importa es que os conozcáis bien y que realmente podáis ser una familia sin resentimiento ni malos modos. Vivir con la suegra sólo funcionará si todos ponéis de vuestra parte para adaptaros a las circunstancias y sobre todo, queráis llevaros bien. Pero si lo que quieres es tener una convivencia adecuada, no te pierdas estos consejos para que convivir con tu suegra (o suegro o con ambos), sea más fácil para todos.
No pueden faltar los límites
Antes de ir a vivir juntos con tu suegra es necesario que te adelantes y hables con tu pareja sobre la vida todos juntos en el mismo hogar. Es mejor hablarlo antes de que las cosas sucedan para evitar discusiones innecesarias.
Es necesario establecer algunas reglas básicas para todo el mundo. Por ejemplo, puede haber turnos para limpiar el hogar, cuidar a los niños o hacer las comidas. Es importante que todos los miembros del hogar tengan responsabilidades acorde a sus capacidades.
Otra regla importante puede ser que tú y tu pareja podáis tener por lo menos una noche a la semana para vosotros dos y si vives con tus suegros, ellos dos también deberán tenerla. Es necesario crear unas pautas para conseguir armonía y que todos los integrantes del hogar se sientan cómodos y con total independencia.
Mantenerse al margen de las discusiones
Si estás viviendo con la familia de tu pareja, es posible que él o ella discuta de vez en cuando con sus padres por diversas situaciones y esto podría dar lugar a discusiones. Si tu pareja comienza a discutir con sus padres será necesario que permanezcas fuera de eso. Si te pones nervioso/a ante la situación es mejor que vayas a una habitación y que respires hondo para calmar tus nervios. Si tienes algo bueno que aportar no dudes en hacerlo, pero si no... entonces es mejor que no intervengas.
Que no falten los momentos de privacidad
Las parejas no importan el tiempo que lleven juntos, es necesario que tengan momentos de privacidad para que disfruten de su amor. La privacidad es una necesidad ya que es la única manera de tener intimidad y poder llegar a conocerse realmente y poder construir una familia sólida.
A pesar de que será más difícil tener privacidad cuando se convive con la suegra o los suegros no es algo que sea totalmente imposible y se puede lograr. Incluso si vivís en un pequeño piso o apartamento, podéis designar algunas áreas del hogar en la que no puedan pasar otras personas.
Tú y tu pareja debéis tener vuestra propia habitación si es posible, y si podéis tener vuestro propio espacio dentro del hogar sería mucho mejor. Si vivís en una casa y cada uno puede estar con una cocina y baños propios sería lo ideal porque de este modo no tendrías que ver a tu suegra todo el tiempo. Teniendo espacio para la privacidad propia y de pareja podrás vivir tu independencia sin depender tanto unos de otros, aunque eso sí... todos deberán cumplir sus obligaciones.
Pide ayuda cuando la necesites
Vivir con tu suegra o con tus suegros puede provocarte ansiedad e incluso estrés. Es una situación complicada que puede teneros a todos (a ellos también) con las emociones a flor de piel. Por eso, es necesario tener paciencia, comprensión, empatía y comunicarse con asertividad.
Si en algún momento la situación se vuelve abrumadora o estresando, si se discute demasiado o las personalidades chocan unos con otros, entonces para que la situación no se desborde demasiado y todos podáis vivir en armonía, lo mejor es visitar a un consejero o terapeuta familiar que os ayude en vuestra vida diaria.
Es necesario ver la situación de convivencia como algo que no es estresante y buscar siempre el lado bueno de las cosas para poder disfrutar de la vida y del tiempo juntos. Si necesitas pedir ayuda no sientas vergüenza en hacerlo, en ocasiones es necesario para poder salvar la situación que te está haciendo daño a ti misma o a tu familia. En todo caso, debes tener en cuenta que tu familia y tu pareja es la prioridad ante todas las cosas.