La homosexualidad consiste en la atracción sexual que una persona siente hacia otra del mismo sexo, así como la práctica sexual que se da entre personas del mismo sexo. Hoy en día ser homosexual es algo que cada vez está siendo más aceptado por la sociedad, pero aún hay determinados sectores que no respetan que dos personas del mismo sexo se amen.
La definición de la orientación sexual comienza a tener sentido durante la adolescencia. Principalmente en el cambio de niña a mujer es cuando las personas se empiezan a plantear su sexualidad, qué es lo que les atrae, qué personas les atraen, ya que, principalmente, es una época de grandes cambios. Es una etapa de exploración del propio sexo. No se nos ocurre pensar que las personas heterosexuales pasan por un proceso de identificación de su sexualidad difícil pero ¿qué ocurre al pensar en la homosexualidad?
Proceso
El proceso de identificación sexual de las personas homosexuales comienza ya desde que la persona es una niña. Los homosexuales o bisexuales viven este proceso de una forma diferente, ya que en la mayoría de ocasiones, es un proceso largo, complicado y bastante tortuoso, ya que sufren la presión de la sociedad y, hoy en día, aún sufren el rechazo social.
Esto suele comenzar entre los 10 y 12 años. Ahí es cuando la niña, en este caso, comienza a reconocer determinado grado de deseo hacia personas de su mismo sexo. Lo que sienten la mayoría de las veces, es la total incertidumbre ante esta nueva situación que se le plantea en su vida.
Pasan por numerosos sentimientos durante el proceso de reafirmar su orientación sexual. Transitan por la negación, ya que al sentirse extrañas con lo que perciben que les está ocurriendo, se lo niegan a sí mismas, para ver si así desaparece esa tendencia sexual. También sienten desconcierto ante la situación. Pueden pensar porqué les ocurre a ellas, cómo es posible que les guste otra niña, son momentos de gran confusión. Por otro lado también pueden estancarse en estos sentimientos y no avanzar, no llegar a reconocer que le gusta una persona del mismo sexo, ya que se sienten perdidas y, en cierta medida, avergonzadas.
Por lo que pasan es por momentos de conocimiento y búsqueda, y todo esto ocurre casi al comienzo de la adolescencia, ya que es cuando las niñas empiezan a sentir atracción por las personas, y en este caso por las de su mismo sexo.
Fases de sentimientos
Como llega una niña a sentirse lesbiana. Pues bien, normalmente, se siguen unas determinadas fases que, generalmente, son habituales en las personas que comienzan a tener sentimientos por otras de su mismo sexo. En primer lugar podemos hablar de la sensibilización, la cual sienten las niñas al ver que no sienten ni hacen lo mismo que los demás. Se sienten diferentes y desconocen la razón.
Por otro lado, después de esta fase, comienzan a darse cuenta de que tienen ciertos sentimientos sexuales o románticos hacia personas del mismo sexo. Perciben lo que está comenzando a ocurrir y les surgen los pensamientos de negación que hemos mencionado anteriormente. Tras esto, llegará el autorreconocimiento y autodefinición como homosexual, sabiendo de forma real que sienten hacia personas de su mismo sexo.
Después de reconocerlo para sí mismos, aceptan las homosexualidad como tal, se identifican con ese colectivo, y pasan a formar parte de él. Una vez lo han aceptado interiormente, lo que buscarán es compartirlo con las personas que más quieren, como la familia y amigos, y darlo a conocer. Reconocerlo y sentirse integrados en las sociedad.
Aceptación familiar
Todo esto ocurre en una edad temprana, aunque en ocasiones lleva bastante tiempo el aceptarlo uno mismo y, ni qué decir tiene, el hecho de comunicárselo a familia y amigos. Sobre todo, si en el caso de la familia hay personas que creen que no lo aceptarán. Siempre estará ese miedo e inseguridad ante la incertidumbre de qué dirán las personas que le quieren. Pero si una mujer ya acepta que es lesbiana, debe ser aceptada por la sociedad y, sobre todo, por su círculo más cercano, quien debe apoyarla en todo momento y no juzgar lo que siente por otras mujeres.
En cuanto a la aceptación por parte de la familia y amigos, también se pasa por determinadas fases. Hoy en día la homosexualidad está mucho más aceptada pero, aún no lo está del todo, cosa debería cambiar cuanto antes. El amor es libre, y nadie es quien para juzgar lo que una persona siente por otra. Aún así, las personas que reconocen su homosexualidad, se tienen que enfrentar a determinadas situaciones que un heterosexual no afronta.
En la familia, normalmente se asombran al enterarse de la noticia, llegando incluso a la negación, aunque ese sentimiento va desapareciendo. Hay personas que pasan fases más negativas respecto a su familiar homosexual, como teniendo sentimientos negativos hacia esa persona, o intentando negociar como se podría hacer menos público y qué posibilidades existen de cambio. En otras ocasiones pueden llegar incluso a la culpabilidad, qué han hecho mal para que su hija sea lesbiana. Pero finalmente llega la aceptación de su hija. En otras muchas situaciones, las familias no pasan por estas fases tan negativas.
Únicamente, si no lo habían sospechado antes se quedan, en cierta medida asombrados, pero el amor por su hija supera todo lo demás y aceptan la nueva situación, no como algo malo, sino como algo normal haciendo sentir a su familiar cómodo con su orientación sexual.
Normalidad
Para facilitar el proceso de aceptación de su homosexualidad lo que se debe buscar es la normalidad, hay que intentar normalizar la situación, algo que debería ser lo habitual, pero que desgraciadamente aún no ocurre en la sociedad. Una vez la adolescente ha aceptado que es lesbiana, deberá sopesar cuando es el momento adecuado para comunicárselo a su familia. Si conviene esperar un tiempo o si, por el contrario, debería decírselo cuanto antes, para, por así decirlo, quitarse un peso de encima.
La situación por la que pasan es bastante complicada y llena de dudas y pensamientos que nadie resuelve. Pero, hoy en día la sociedad va mejorando y ya hay un gran colectivo LGTB que lucha por la libertad de sexo tanto en la mujer, como en el hombre. El amor es algo libre que se puede expresar en todas sus dimensiones tanto a personas de género distinto al tuyo, como a personas de tu mismo género.
Ser homosexual no tiene que ser un motivo de vergüenza, la vergüenza la deberían sentir aquellos que no comprenden que el amor se de entre personas del mismo sexo. Hoy en día la mujer lucha por sus intereses y por tener más derechos en la sociedad; la mujer lesbiana tiene todavía más impedimentos. Por ello hay que seguir luchando, porque el amor sea libre; mujer con hombre, hombre con hombre y mujer con mujer.