Muchos preparativos, nervios, horas perfeccionando que el día de tu boda todo salga bien y que sea el feliz comienzo de la nueva vida de un matrimonio. Nervios, emociones a flor de piel, alguna que otra lágrima furtiva y ahí estás tú, esperando a la persona con la que vas a compartir el resto de tu vida y con la que pasar a formar parte del grupo de casados. Pero no aparece.
Se habrá retrasado. Los nervios le habrán jugado una mala pasada. ¿Le puede haber pasado algo malo? Las posibilidades que se te pasan por la cabeza para justificar por qué no está allí la otra persona más importante del enlace son infinitas. Pero según van pasando los minutos hay una que empieza a despuntar por encima de otras: el supuesto amor de tu vida te ha plantado en vuestra boda.
De todas las cosas que has planificado que podían salir mal ese día ésta no estaba en la lista. Lo menos que te puedes imaginar es que esa persona que crees es tu media naranja va a tener la idea de dejarte plantado en el altar. Así que lo más normal es que no entiendas, en un primer momento, lo que sucede. No estás preparado para aceptarlo.
Los primeros movimientos
Una vez que se confirma que te han plantado y que tu pareja no ha tenido ningún percance, sino que simplemente no quiere casarse, lo que has de hacer es rodearte de la gente que te quiere. Busca a los amigos y familiares más cercanos porque serán los que te ayuden a salir de este entuerto, sobre todo en las primeras horas de vuestro fallido matrimonio.
El día en que ibas a contraer matrimonio estaba llamado a ser uno de los más importantes de tu vida, con las emociones a flor de piel. Es un día especialmente emotivo por lo que si sucede todo lo contrario a lo planificado, como es que a una persona la dejen plantada, esas emociones seguirán a flor de piel pero con efectos contrarios. Probablemente tengas ganas de llorar, gritar, destrozar algo o coger un coche y salir de allí corriendo.
Puedes hacerlo. Estás en tu derecho. Pero ya que tu pareja no se ha presentado al enlace alguien deberá dar explicaciones ante los invitados, el servicio de comida o el fotógrafo. Quizás no te sientas con las fuerzas necesarias para reconocer ante toda esa gente que el amor de tu vida no ha querido casarse contigo y que tampoco ha tenido la delicadeza de avisarte con antelación para evitarte ese mal trago. Ahí es donde tus seres más cercanos entran en acción.
Pide ayuda a tus seres queridos
Reúnete con ellos y pídeles que se hagan cargo de la situación. Es más fácil, sobre todo te evitará el sufrimiento de explicárselo a todas las personas invitadas si es que tú eres la persona plantada. Ellos pueden encargarse de avisar a los invitados y de cancelar los servicios que sean necesarios y tú te ahorrarás esa sensación de que todos están sintiendo lástima por ti.
Aprovecha lo contratado
En casos como estos hay cosas, como el restaurante, que no pueden cancelarse, por lo que incluso se puede plantear la posibilidad de seguir adelante con la celebración a pesar de que no haya enlace. Ya que han destrozado tus planes a largo plazo que no hagan lo mismo con los de tus invitados, que a esas alturas seguro que empiezan a tener hambre. Al fin y al cabo está pagado y el local no podrá hacer nada con una comida que, de otro modo, se va a desperdiciar. ¡Aprovéchalo!
Tú, si no te sientes con ganas, no tienes que participar de la fiesta. Si has decidido asumir que te han plantado con la mayor de tus sonrisas y dispuesto a entrar de nuevo al mercado de los solteros, hazlo. Te evitará el sufrimiento de pasar las primeras horas como no casado en soledad y puede convertirse en una gran fiesta.
¿Cómo reaccionar si te plantan el altar?
El día de tu boda es tuyo, así que aunque no se celebre enlace sigue siéndolo. Si la otra persona no se ha presentado ya ha hecho lo que ha querido. Ahora es tu turno de decidir cómo quieres afrontar lo que queda de día y los consecutivos. Lo principal es eliminar todo aquello que pueda ser origen de sufrimiento.
¿Qué hago con el vestido?
En el caso de que seas una chica plantada en esos momentos es muy probable que odies con todas tus fuerzas tu vestido de novia, ese por el que hace apenas unas semanas suspirabas. Representa la vergüenza, el ridículo, la soledad y el sufrimiento. Quítatelo en cuanto sea posible, para que así desaparezca la sensación de frustración con la que lo vincularás. En el caso de los hombres la relación con la ropa no suele ser tan extrema, pero también puede que tengas ganas de cambiarte de ropa.
¿Dónde quieres estar y con quién? Es lo que te has de preguntar en el momento que has asimilado que te han dejado plantado. Probablemente sea lejos de todos esos invitados. Vete, pero primero tranquiliza a tus seres más cercanos de que vas a irte para reflexionar, tranquilizarte o simplemente llorar a gusto.
La sensación de ser plantado es de lo más frustrante y aunque no seas responsable de la situación tampoco es plan de mostrar tus emociones ante todo el mundo. Es algo de lo que te arrepentirías en el futuro. Lo mejor es refugiarse en un lugar seguro y chillar, llorar, comer helado de chocolate o dormir a pierna suelta. Hay quienes prefieren la soledad y otros que prefieren rodearse de los seres más queridos para amainar la tristeza de esas primeras horas de vuelta al grupo de solteros.
El día siguiente al plantón
Al día siguiente del fallido enlace es cuando realmente empezarás a ser consciente de que eres una persona a la que han dejado plantada y a la que se le pone la vida al revés. Sólo será temporal. Todo se supera y el amor no se ha ido para siempre. El viaje de novios, quizás la mudanza a una nueva casa, el pagar los servicios de una boda que no se ha celebrado, explicar en el trabajo que no estáis casados... Alguien tiene que ponerse con ello.
Puede que tu expareja se haya ofrecido a arreglarlo después de lo ocurrido, pero en numerosas ocasiones cuando huyen de tal manera tampoco están ahí al día siguiente para resolver el entuerto. Prepárate para hacerlo. Intenta cancelar todo lo que puedas, si es que puedes, y empieza a plantearte qué hacer. Además, cuanto más ocupado estés menos posibilidades de que la tristeza te invada.
Tu idea era formar parte de una pareja de casados, con unos planes a corto plazo que ahora ya no existen, ¿o sí? Algunos puedes acometerlos igualmente en soledad, aunque otros probablemente no. Tómate un tiempo, tampoco hace falta decidir tu futuro en unas horas, cuando aún estás inmerso en la tristeza. Incluso puedes hacer un viaje corto para aclarar tus ideas, con otros amigos solteros o en soledad.
Seguir adelante
A partir de ahí deberías tener un plan de lo que quieres hacer, lo que puede pasar por recuperar tu vida sentimental, volver a intentarlo con tu ex o descansar durante una temporada de los solteros. De igual modo, como ya comentamos antes, evita situaciones de sufrimiento como seguir leyendo los foros de bodas a los que te habías apuntado, ver películas cuyo final es un felices para siempre previo paso por el altar o quedar a cenar con tus amigos casados.
Ellos no tienen la culpa, pero su relación te recordará lo que no tienes. Sin embargo no has de darte por vencido. El haber sido plantado no es más que un revés en tus planes. A buen seguro que el amor volverá a llamar a tu puerta, puedes tener otro matrimonio y, lo que es más importante, la tristeza se irá y el plantón de la boda se convertirá en una anécdota.