Cómo hacer entender a un homófobo que no es malo ser homosexual

Los tiempos han cambiado y aunque en países como España los homosexuales han ganado derechos, como el de casarse con alguien de su mismo sexo, aún existe rechazo por parte de cierto sector de la sociedad hacia un gay, una lesbiana o una persona bisexual. Se mantiene cierto sentimiento homófobo hacia aquellas personas que no tienen tendencias sexuales mayoritarias, que cada vez se hace más visible con los ataques sufridos por personas que pasean de la mano o besan a sus parejas en la calle, por el simple hecho de ser del mismo sexo.

En la mayor parte de las ocasiones ese rechazo, esa mentalidad cerrada es debido al desconocimiento. Lo que no se conoce genera miedo, inseguridad y rechazo, el mismo que siente cualquier homófobo hacia las personas que considera que no son como él. La mejor forma de luchar contra esa mentalidad estrecha es tratando de abrírsela.

La mejor forma de luchar contra esa mentalidad estrecha es tratando de abrírsela

Has de tener en cuenta que lo que se busca no es convencerle, simplemente conseguir que abra su mentalidad y deje de ver a un gay, a una lesbiana o a un bisexual como un bicho raro y se dé cuenta, por si mismo, que son iguales que el resto. ¿Cómo conseguirlo? Pues hablando con él y haciéndolo con una mentalidad abierta, mucho más de la que él tiene.

Desmitificar creencias

Hoy en día todo el mundo sabe lo que significa ser gay o lesbiana, pero -aunque parezca difícil de entender- no todo el mundo tiene que claro qué es un bisexual, mucho menos otras tendencias sexuales más minoritarias. Existen ciertas ideas preconcebidas que nada tienen que ver con la realidad y es importante dejar claro qué es cierto y qué no.

Un homófobo siente rechazo hacia un gay o una lesbiana porque suele ver más allá de su condición sexual, considera que el hecho de querer a personas de su mismo sexo o de ambos sexos es algo que influye en su conducta a todos los niveles y que acaba por convertirlo en mala persona. Es algo que la mayoría de la gente ni siquiera llega a plantearse pero cuando se tiene una mentalidad tan reducida es fácil que imperen creencias propias de siglos atrás y que no están amparadas ni por hechos ni por lógica.

Existen ciertas ideas preconcebidas que nada tienen que ver con la realidad

Ejemplos que admira

Para que un homófobo entienda que la homosexualidad no se asocia con enfermedad ni con conductas erróneas o excesivamente liberales la mejor forma de conseguirlo es que conozca a un gay o a una lesbiana y que se involucre en su entorno. Si ve, con sus propios ojos, que ninguna de sus erróneos pensamientos es real es más fácil que rompa con sus prejuicios.

Una forma de acercarlo consiste en hacer algo tan simple como un repaso por algunas de las personas que él puede admira r, famosos o anónimos, y que pertenecen al colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Algo tan simple como saber que un cantante, un deportista o un actor que le gusta no comparte sus tendencias sexuales puede servirle para empezar a ver las cosas con otros ojos.

Una forma de acercarlo consiste en hacer algo tan simple como un repaso por algunas de las personas que él puede admirar, famosos o anónimos, y que pertenecen al colectivo LGTB

Conocer a los homosexuales

Pero lo mejor es facilitarle una inmersión en este colectivo, algo a lo que es probable sea reacio un homófobo, aunque es la mejor forma de que cambie su mentalidad. Reunirse a tomar un café con un bisexual, que le explique que puede sentir amor tanto por hombres como mujeres y que por eso no es un bicho raro, es un pequeño paso que puede ayudar a derribar muros de desprecio e intolerancia.

Un paso mayor sería pedir al homófobo que acuda a lugares frecuentados por homosexuales, como pueden ser locales o barrios que existen en las grandes ciudades. Son espacios en que está normalizada la relación no sólo entre gays, sino también con heterosexuales, algo a lo que deberíamos aspirar en cualquier sitio, no sólo en aquellos considerados como "nichos" del colectivo LGTB.

Naturaleza e historia

Aún hay quien cree que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar. Ni es una enfermedad ni tiene una cura, más allá de que se imponga la represión, y por lo tanto no existe ningún tipo de estudio ni documentación que acredite esto, lo que ya de por sí es un argumento contra cualquier homófobo. También hay quien cree que no es natural o que la homosexualidad es una moda. Basta echar un ojo a la historia y a un libro de biología. Se tiene conocimiento, desde hace siglos, de personas con inclinaciones sexuales que no se ajustan a lo que muchos ven como "normal". No es algo de moda, es algo que existía pero que había que reprimir por miedo a las represalias que podía ocasionar.

Es necesario dejar claro que la homosexualidad no es una enfermedad

Y no, tampoco es contagioso. Por el hecho de tener amigos gays no vas a sentir deseo por personas de tu mismo sexo, ni por el hecho de que un niño sea adoptado por una pareja homosexual se le predispone ningún tipo de conducta o tendencia sexual.

Creencias religiosas

El argumento religioso es otro de los utilizados por el colectivo homófobo. Cada uno es libre de tener sus creencias, pero éstas no tienen siempre la respuesta a todas las preguntas. De hecho la posición de la iglesia católica sobre los homosexuale s es la que han creado sus mandatarios y es cierto que en los últimos tiempos se está volviendo menos criminalista. Si se echa un vistazo al Nuevo Testamento no hay ninguna referencia a los gays, p ero sí múltiples indicaciones para amar al resto como a uno mismo y a perdonar los pecados.

Un paso mayor sería pedir al homófobo que acuda a lugares frecuentados por homosexuales

El matrimonio entre homosexuales es el principal rechazo de cualquier homófobo, que ve como pueden llegar a romper el concepto clásico de familia. El modelo de familia ha evolucionado muchísimo en los últimos años, tanto que cada vez son más las unidades familiares con un único padre -generalmente la mujer, y esto puede ser por divorcios o porque se trata de una madre soltera. En las primeras décadas del siglo XX ya conviven muchos tipos de familia, algo que todo el mundo debería entender y respetar.