Es ley de vida que muchas parejas se planteen el momento de dar un paso más en la relación, el paso al matrimonio. Cuando esto sucede empiezan a rondar por la mente varias tareas por hacer, entre ellas la búsqueda del anillo de compromiso. A continuación vamos a hablar de cuáles pueden ser las claves para escogerlo.
La petición de mano
Seguramente tras haber hablado en pareja del deseo de unirse en matrimonio, civil o religiosamente, uno de los dos miembros, un alto porcentaje de hombres, da el paso y entrega el anillo a la mujer. La petición de matrimonio o pedida suele pensarse de un modo romántico, si cabe diferente y espectacular. La sorpresa es la esencia de ese momento, que perdurará en la memoria de por vida. La pareja no debe sospechar y emocionarse al máximo.
Prácticamente todas las personas, sobre todo mujeres, han soñado con su momento de pedida o el día de su boda. El instante de la pregunta "¿Te gustaría casarte conmigo?" es un momento único e inigualable. Ahí es donde cambia todo y empieza algo. Una etapa nueva se inicia. Seguramente para parejas afianzadas es meramente un trámite administrativo, no obstante en varios aspectos supone una unión más difícil de deshacer.
Puede pedirse matrimonio al modo tradicional, en una velada romántica a la luz de las velas e hincando la rodilla en el suelo. Un atardecer en la playa puede ser el escenario mágico para regalar esa joya dentro de una caja. Cualquier momento, pese a no ser muy elaborado, seguramente encienda la llama y conmueva a quien es destinatario del gesto.
Informarse sobre el anillo de compromiso
El anillo de compromiso simboliza lo bueno y la madurez en la relación. El anillo significa compromiso entre dos personas que se aman y desean pasar la vida juntos. El anillo suele ser de oro, bien amarillo o blanco. Tanto el material del anillo como la piedra son muy personales y están a gusto del receptor. Dicen que el solitario es el anillo más habitualmente demandado. Es clásico, elegante y atemporal. El corte define la belleza.
El anillo de compromiso es por inmensa mayoría de oro y diamantes (uno grande o varios pequeños). No obstante la pareja puede optar por llevar otro tipo de materiales. En el caso de los diamantes, el mineral más duro, los expertos hablan de las cuatro características que la persona debe buscar en él : la talla, el color, la pureza y el peso:
- Existen diferentes tallas, como la talla corazón, la princesa o la oval
- Cuanto mayor sea su transparencia mayor será también su valor
- La claridad o pureza pondrá en evidencia las imperfecciones
- El precio del diamante depende de su tamaño o peso
Conocer a tu pareja
Es importante conocer los gustos que tiene la mujer para poder pensar en el anillo que le gustaría llevar. En algunas joyerías preguntan por la destinataria en cuestión e incluso solicitan una foto de ella para hacerse a la idea de que anillo luciría mejor. El hombre puede pensar y describir a la mujer física y emocionalmente, decir si le gusta vestir de un modo sobrio o colores vivos, si es tímida... El hombre puede asesorarse con el joyero o pedir ayuda a familiares o amigas que le acompañen y participen en la elección.
A la hora de seleccionar la joya la última palabra la tiene el novio. Él por sí mismo o conociendo a su pareja, puede desear por gusto o economía plata o acero para el anillo. En el caso de las piedras pueden gustar las esmeraldas o zafiros. También hay diamantes de colores que aportan un toco de sensualidad y desenfado. Todos los diamantes tienen impurezas, dentro o fuera, no debe extrañar. Obviamente la decisión de los materiales y piedras es del comprador.
Conocer la talla de dedo de la mujer
Es necesario conocer la talla de la mujer y si no fuese la adecuada en el momento de probárselo hay que tener claro si puede modificarse. Por esto también debe comprarse en una joyería que de confianza y que se pague por la calidad. Para que sea una sorpresa y la mujer no sospeche, una posibilidad es coger un anillo suyo y llevarlo a la joyería para tomar la medida idónea.
El presupuesto para el anillo y el certificado de garantía
Invertir en una pieza con las connotaciones de un anillo de compromiso conlleva incertidumbre. El comprador no conoce ese mundo y puede dar con un lugar poco fiable. El presupuesto es otro aspecto a tener en cuenta. Conviene pensar en cuánto se quiere gastar y así se descartarán ciertas piezas de precios elevados. Debe existir un certificado de garantía. El certificado de garantía da información sobre la pieza (aspecto y brillo) y su precio. Al joyero hay que preguntarle si ofrece algún tipo de garantía para varios años o da algún tipo de papel informativo del día que se compró, el estado... Incluso puede asegurarse por si lo roban, se daña o pierde. En otros casos con el ticket de compra o garantía puede hacerse la devolución en unos días tras realizar adquirirse.
La permanencia de la joya
Un diamante significa algo eterno, de hecho el mineral lo es. La pareja que decide casarse lo hace convencida del significado que supone la unión. El anillo de compromiso, en el caso de ser de diamantes también adquiere ese significado. Regalar algo caro ya supone un esfuerzo, una ilusión y un deseo de permanencia, estabilidad y eternidad.
Hay que apostar por algo que pueda lucirse siempre y que permanezca en el tiempo, sin olvidar que debe ser una joya al gusto de la mujer. En algunos establecimientos existe la opción de diseñar la joya propia. Para finalizar y dejar constancia de un mensaje bonito puede grabarse el nombre de la persona o poner iniciales. Esto depende del grosor del aro.
La presentación de la pieza
Otro punto clave es la presentación del anillo. Lo habitual es una bonita y práctica caja. Las hay de colores intensos y en forma de flor o corazón, de tela o terciopelo. El encontrar el anillo perfecto requiere tiempo, ganas de investigar, informarse, preguntar y armarse de paciencia para ver y comparar. Seguramente la cara de la futura mujer cuando reciba el regalo merecerá la pena .
Como dato a tener en cuenta el hombre, si la mujer acepta la petición de matrimonio, pondrá el anillo de compromiso en la mano izquierda, en el dedo anular. Pero por muchas parejas este ritual es opcional. Por el dedo anular pasa la llamada vena del amor que llega al corazón. El simbolismo y romanticismo en este caso están asegurados.