No todo el mundo sueña con una boda grande, llena de invitados, con muchas cosas por hacer y con una celebración enorme. Para muchos, algo así resulta estresante porque al final los novios tienen que estar pendientes de la organización de varias cosas en su gran día, perdiendo tiempo para ellos mismos. Y es que una boda pequeña es siempre una buena opción. No tendrás que quebrarte tanto la cabeza con una enorme lista de invitados, de los cuales probablemente no conozcas ni a la mayoría. Solo estarán aquellas personas que te quieren y te valoran de verdad, es decir, los familiares más cercanos y amigos íntimos de la pareja.
Que haya menos invitados influirá en que el ambiente del enlace sea mejor porque se cuidan más lo detalles y se gana emotividad y cercanía, más variedad musical, más personalización en el decorado, mejor comida y mayor disfrute, pues podrás dedicarle más atención a cada uno de tus asistentes. Además, una boda pequeña no requiere de un lugar enorme para su celebración, basta con un jardín o un salón de celebración pequeño, lo que no significa que sea peor ni menos lujoso.
El dinero es algo que también influye, pues cuantos menos invitados asistan, menos dinero tendrás que gastarte en la fiesta y más podrás reservar para tu viaje de luna de miel, algo único para ti y tu pareja. Ha llegado el momento de ponerte manos a la obra para organizar la boda de tus sueños en tan solo cinco pasos:
Fija un número de invitados
En un enlace íntimo, sencillo y pequeño, el número de invitados no debe superar los 60 o 70. El presupuesto es una variable muy importante a tener en cuenta en la organización, pues está íntimamente relacionada con el número de asistentes. El siguiente paso es hacer un borrador con los invitados del novio, los invitados de la novia y los invitados que se tengan en común. Este primer borrador contará con más asistentes de los que realmente te acompañarán en tu gran día, pues es mucho más sencillo determinar quién no va a asistir a tu boda cuando ves el número total de invitados que si lo ves por separado. Lo más seguro es que estas personas que finalmente has descartado estuviesen en duda o fueran simples compromisos.
Estaría bien que tus invitados supiesen al tipo de celebración a la que van a asistir, es decir, a un tipo de boda más íntima. Sobre todo hazlo saber a tu familia cuanto antes porque son los que casi siempre se encargan de autoinvitar a jefes, amigos de amigos, compromisos... Es importante que vean claras vuestras intenciones y expongáis vuestros argumentos con tacto y un buen diálogo para que ninguno se lo tome a mal, aunque en verdad sea tu boda y tú tengas la última palabra. Y es que en ocasiones, los novios tienen que tener cuidado para no herir sensibilidades y ellos mismos lo pasan mal cuando deben elegir entre varias personas de un grupo.
Elige un espacio apropiado
Hay que elegir cuanto antes el número de invitados para la boda, aunque sea de manera aproximada, porque hay que saber qué tipo de espacio coger tanto para la ceremonia como para el convite. Para la ceremonia puedes optar por un pequeño jardín, la ermita de tu pueblo, una cala... Hay miles de opciones para todos y cada uno de los gustos. Sin embargo, la elección del lugar de celebración del enlace sí que tiene que ser reservada con mucha antelación porque las otras parejas que van a casarse también quieren reservar y se pueden adelantar o, tal vez, haya determinados lugares que no admiten celebraciones muy pequeñas.
Teniendo en cuenta esto, hay muchas parejas que, para no complicarse, tienen calara la organización del enlace y celebran en el mismo sitio la ceremonia y el banquete. Si el lugar elegido pilla muy lejos del lugar de residencia, existe la opción de que los novios alarguen la celebración en un fin de semana aprovechando el número de invitados mínimo y el espacio.
Personaliza la ceremonia
Llega el momento de elegir la decoración y personalizar la ceremonia para convertirla en algo súper emocionante y que consiga hacer que se salten las lágrimas a tus invitados. La boda la podría dirigir alguien cercano a ti para que diese pie a la participación de los invitados. Y es que lo normal es que, aunque la pareja prepare muchas sorpresas, los invitados también se preparen algo. Algún familiar o amigo puede dedicar unas palabras bonitas a la pareja para que sea una boda mucho más sentimental y personal.
Además, no estaría mal que la música estuviese a cargo de algún conocido o un grupo pequeño, ya sea un cantautor, un solista o un dueto que sepan interpretar canciones conocidas por todos y que estén presentes tanto en la cena como durante en la fiesta. Un DJ tampoco sería una mala opción, aunque quizá sería más propio para bodas grandes donde la fiesta se organice en un espacio más grande.
Prepara un banquete tipo buffet o cóctel
Celebrar una boda íntima da la opción de romper con el banquete clásico, es decir, los entrantes, un primero, un segundo y el postre. Podéis innovar y elegir un cóctel largo o buffet para deleitar a vuestros invitados. El picoteo estará asegurado hasta que vuestro cuerpo aguante. Y es que este catering es especial porque a los invitados no les sirven la comida únicamente los camareros, sino que ellos mismos pueden servirse gracias a los diversos puestos que habrá repartidos por todo el espacio. Es algo mucho más informal pero de lo más innovador y creativo.
Se consume de una manera fácil y rápida, aunque no por ello deja de ser sofisticada. Además, un punto clave será la variedad, es decir, podrás encontrar desde hamburguesas, hasta ostras pasando por sushi. Y no hay que comer de pie, puedes también hacerlo en mesas que estarán distribuidas por todo el espacio.
Ambienta ciertos detalles
Aprovecha que no seréis muchos para preparar todo al mínimo detalle. Crea diferentes rincones para que tus invitados disfruten y juega con las temáticas y colores. Para ello, deberás establecer un estilo de boda como primer paso. Puedes crear un guion que te sirva como ayuda para organizarte y que todo el día de tu boda gire en torno a esa temática elegida. Un punto muy importante a tener en cuenta es la invitación, ya que es la carta de presentación de tu boda. Si todo esto te genera un poco de lío, puedes plantearte contratar a una wedding planner para que te ayude con la organización. Y no te olvides de elegir bien los regalos que tendrás que repartir a los invitados después del banquete. Procura que sea algo práctico y con algún valor sentimental para que no les suponga un trasto más y lo acaben tirando.