Como cada 14 de febrero, todos los enamorados celebran con sus parejas San Valentín. Esta fiesta sirve para estar juntos y celebrar el amor que se tienen el uno al otro. Desde un mes antes, más o menos, la publicidad nos recuerda continuamente que esta fecha se está acercando y que debemos estar listos para demostrarle a nuestra pareja todo lo que le queremos sea de la manera que sea, teniendo en cuenta aspectos como el dinero o los gustos que pueda tener cada persona que forma esa unión Hoteles, restaurantes, agencias de viajes, tiendas... Todo se prepara para el negocio que puede suponer esta festividad y las ofertas pensadas para este día plagan nuestro entorno.
Normalmente, las parejas aprovechan este día para hacer algo especial juntos más allá de la típica tradición de regalar una rosa a tu pareja. Las escapadas románticas o las cenas en un ambiente entrañable suelen ser algunas de las opciones recurridas en San Valentín. Todos estos planes son muy bonitos cuando en la pareja no hay nada más que dos personas, pero hay relaciones que se han ido afianzando con el tiempo y han decidido tener descendencia. Tener hijos puede hacer que la celebración del día del amor se vea modificada, aunque todo depende de diversas circunstancias, ya que se puede celebrar con ellos o sin ellos.
Consecuencias previstas
El primer cambio se produce cuando una pareja tiene hijos por primera vez y se presenta en el día de San Valentín con un recién nacido. Un bebé es una responsabilidad y depende cuándo hayan sido padres primerizos, dependerá de la dependencia que pueda tener el niño de su madre. Puede que ocurra que le tenga que dar el pecho y, por lo tanto, estará sujeta a un horario que hará que la celebración de San Valentín tenga que estar limitada. También ha de tenerse en cuenta cómo sea el bebé, ya que entonces habrá qué pensar con quién dejarle.
En el caso de que el hijo de la pareja no duerma por las noches o requiera algún tipo de atención especial, hará que la persona que se encargue de él tenga una responsabilidad mayor y no se le podrá pedir el favor a cualquiera. Hay que pensar bien cómo organizarse ese día y qué tipo de planes se pueden llevar a cabo o no por la nueva incorporación a la pareja que pueda suponer algún tipo de limitación si se cuenta con una tercera persona para que se encargue de él. Los nuevos padres deben ajustar su celebración al tiempo que tengan libre, igual con una cena es suficiente y la escapada de fin de semana o algo que tenga una extensión superior deben quedar pospuestos.
Es obvio que personas como los abuelos o familiares cercanos sí que es posible que se puedan hacer cargo del recién nacido, pero tampoco se puede abusar. Los padres son los único responsables de sus hijos, por lo que, antes de hacer ningún plan para este día de los enamorados , lo mejor será contar que igual no es posible realizar una escapada o una cena porque primero están las obligación. Se puede pedir a un tercero que se haga responsable de los hijos, pero siempre teniendo en cuenta que es mucho mejor que sea esa persona la que se muestre voluntaria. En el caso de que la pareja no tenga ninguna persona que pueda encargarse del primero de sus hijos, siempre queda la opción de contratar a una niñera. El inconveniente de recurrir a esta opción para poder disfrutar del amor sin ataduras es el precio que pueda poner.
El cuidado es una delegación muy importante
Para que salga más económico hay opciones como contratar a alguien conocido que quiera ganarse un dinero extra y que cobrará menos que cualquiera que venga a través de una agencia. El plus que tiene el hecho de que nuestra niñera venga a través de una agencia es saber que, para acceder a ese puesto, ha tenido que pasar una serie de entrevistas para poder ser admitida y que está perfectamente preparada para ese puesto.
La paternidad, sobre todo cuando se tienen hijos por primera vez, es un momento precioso del que hay que disfrutar todos los momentos y más cuando el niño está creciendo y día tras día se va viendo una nueva evolución. Por ello, en este primer San Valentín con hijos, posiblemente lo más correcto sea disfrutar del amor de la nueva familia que se acaba de formar.
Cuando en una pareja son padres por primera vez, el estar solos es lo que menos importa ya que ambos han decidido emprender una nueva aventura juntos sumando a una nueva persona a su unión de dos. Pueden dedicar este día a celebrar el amor sin entrar a especificar qué tipo de amor es el que se festeja. Un plan de tres hará este día mucho más especial. Desde salir a dar un paseo, hasta ir a un parque infantil, ir a la piscina... Cualquier idea que implique que los tres puedan formar parte y hacer algo nuevo que no han podido hacer hasta ahora.
Un amor 'in crescendo'
San Valentín no tiene por qué perder su significado tan especial por tener hijos, sino que debe de incrementarlo. Cuando una pareja decide ser padres significa que el amor que se tienen es tan fuerte y su relación tan estable que están preparados para dar un paso más e iniciar este nuevo camino juntos. Tener hijos no ha de ser un problema para celebrar este día, al contrario, ha de ser la celebración de que el amor está más fuerte que nunca y que ahora han pasado a ser uno más en la pareja fruto de los sentimientos que tienen el uno por el otro.
Dar pasos en una relación no deja de ser un triunfo del amor ya que, si dos personas no están enamoradas no dan el paso de tener un hijo y ser padres. Por ello, San Valentín será una gran ocasión para disfrutar con ese premio que la vida os ha dado y estar todos juntos disfrutando del día.