Cuando tu pareja te acaba de dejar, ya sea por otra persona o porque las cosas no funcionaban (al menos desde su punto de vista), te encuentras en un momento doloroso y con las emociones a flor de piel. Por ello, para que no hagas nada de lo que más tarde te puedas arrepentir, te contamos 5 cosas que nunca debes hacer si te deja tu pareja.
La ruptura hace que te adentres en un periodo de incertidumbre, sobre todo si se acaba de terminar una relación duradera. Cuando estamos en una relación construimos nuestra vida junto a otra persona y, como es lógico, también nuestras perspectivas de futuro.
Si te dejan, todos esos proyectos se esfuman de un momento a otro y en ti se generan multitud de sensaciones: ansiedad, dolor, rabia, miedo... Aunque suele ser un tópico, el objetivo principal es mantener la calma, dejar fluir esas emociones porque todo pasará y volverás a rehacer tu vida en todos los sentidos (sí, aunque en ese momento no te lo crees). Para ir en esa dirección estas son las cosas que nunca, nunca, pero nunca debes hacer.
1 Obsesionarte con las redes sociales
Por lo general, tras la ruptura, el contacto muchas veces diario a través de las redes sociales o medios de mensajería instantánea se rompe. Experimentas entonces una serie de " síndrome de abstinencia " en el que te puedes preguntar constantemente qué estará haciendo, cómo se sentirá... y tienes unas ganas horribles de hablarle. Como alternativa a esto, si es que consigues abstenerte de comunicarte con la otra persona, sueles caer en la tentación de revisar sus redes sociales.
Desde Instagram a Facebook, pasando por Snapchat e incluso entrando en Twitter aunque sabes que nadie lo utiliza ya. Miras los me gusta o comentarios que le pueda dejar a otras personas solo para mantener alguna clase de contacto. Pero, ¿para qué? Simplemente alimenta los sentimientos de malestar y dolor y no consigue nada. Desde ya lo dejamos claro, tanto en este como en los siguientes pasos lo primero eres tu mismo/misma.
2 Centrarse en las terceras personas
Es común que la relación termine porque tu antigua pareja ha comenzado una nueva relación. Hay teorías sobre si esto hace la ruptura más o menos fácil, lo que sí es absolutamente cierto es que esa otra persona (la haya o no) no tiene la culpa de lo que acaba de ocurrir. No le dediques odio, ni rencor, ni envidia (si es que te comparas con esa persona). No tiene nada que ver contigo. Todo ese gasto de energía no te aporta nada.
3 Guiarse por el dicho "un clavo saca otro clavo"
El refranero español, por muy rico y útil que sea a veces, puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Desde el dolor y el miedo a la soledad no solemos decidir de forma demasiado cuerda. Si, tras una abrupta ruptura, te embarcas en otra relación lo más seguro es que esta esté abocada al fracaso. ¿Por qué? Porque estará basada en los sentimientos que antes señalábamos. Una nueva pareja inmediata no resolverá de golpe todos tus problemas (puede que hasta te complique más la existencia).
Esto no quiere decir que a veces no pueda ocurrir que conozcas a alguien interesante y que realmente te guste al poco de terminar la relación. Solo que hay que ser prudente y nunca negar nuestros sentimientos por tener prisa para estar felices de nuevo.
4 Intentar volver
Si tu (ahora ex) pareja ha decido romper te haces un montón de preguntas (por qué ahora, qué estaba haciendo mal, etc) y lo más seguro, si es que tú estabas a gusto en la relación, es que pidas una nueva oportunidad. Vale, ahora ya han pasado esos dos primeros días y la decisión se mantiene. No insistas, no supliques ni, como se suele decir, te arrastres. Asume la decisión y sigue adelante. Va a doler y será difícil pero todo ese torbellino de emociones inicial acaba pasando.
Dentro de este punto y también relacionado con los deseos de mantener el contacto que comentábamos antes, está la posibilidad de que decidas comunicarte con sus familiares o amigos para que, de algún modo, te ayuden a convencer al otro. Esto es un gran error. ¿De quién era la relación? Vuestra, solo y exclusivamente de dos personas. Incluir a otras personas en esta decisión (como incluir a la tercera persona de la que también hablamos antes) no tiene ningún sentido y no es sano. Además, se trata de sus seres queridos que, lo más seguro, también te tuviesen un gran cariño. Lo único que se conseguiría con esto es que se sintiesen peor o, en caso de que alguien accediese a mediar, se generasen más conflictos.
5 Ocultar tu dolor
Como decíamos, lo que debe ir primero cuando te dejan eres tú. En esos primeros momentos es normal sentir dolor y tristeza. Como ocurre cuando experimentamos otro tipo de pena es el momento de pasar por un momento de duelo.
La duración del duelo es indeterminada. Hay personas que superan su pérdida en unas cuantas semanas y otras que tardan bastante más. Sentirse mal, por muy desagradable que sea, no es algo que debamos evitar ni tampoco esconder. Déjate arropar por tu familia y amigos, comparte con ellos como te sientes y verás cómo este proceso se hace mucho más llevadero y breve. Muchas personas lo utilizan además como un momento de crecimiento personal (búsqueda de nuevas aficiones, conocer gente nueva, viajar, aprender...).
En definitiva, ten en mente (aunque no te lo creas) que nadie se ha muerto de amor y, como hemos dicho varias veces, todo este malestar va a pasar. No volverás a ser la misma persona de siempre sino alguien más fuerte y con más experiencia. Volverás a sentirte bien y, ¿quién sabe?, quizá te acaban de hacer un favor y aun no lo sepas
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